¿Existe realmente la gente tóxica?
Muchas veces etiquetamos a las personas antes de llegar a conocerlas a profundidad
La gente tóxica suele ser aquella que, para muchas personas, es problemática y no trae consigo buenas vibras. Sin embargo, la pregunta es: ¿Existen en realidad las personas tóxicas? Aquí te hablaremos más sobre ello.
Qué implica ser una persona tóxica
En este mundo de clasificación y etiquetas, las personas que tienen problemas o suelen generarlos son llamados de esta manera. Si pensamos en la palabra tóxico, se refiere a algo que es dañino, que es perjudicial y de lo que tenemos que tener cuidado.
Clasificar a la gente tóxica no tiene sentido. Es verdad que todos tenemos problemas, incluso algunos más que otros. Y hay quienes tienen el apoyo para superarlo, mientras que otros sencillamente no saben qué hacer.
Igual sucede con las personas problemáticas. No lo son por elección propia. Es por ello que, tal como indica un artículo del portal ABC, todos tenemos valores y virtudes que pueden sobresalir, pero al mismo tiempo tenemos defectos, cosa que podría hacernos “tóxicos” en ciertos momentos.
Empatía: evita ver el lado negativo de los demás
Una cualidad importante es mostrar empatía. Todos tenemos cualidades especiales y valiosas que nos motivan a hacer cosas buenas por los demás. Pero si alguien tiene una mala racha o una mala actitud, no debemos etiquetarla de inmediato y tratarla como algo nocivo.
Lo tóxico implica el contagio. Es verdad que una mala actitud nos puede afectar pero, ¿Qué podemos hacer para comprender a la otra persona? Si mostramos verdadera empatía, estaremos dispuestos a escuchar y ver el panorama completo.
Esto no quiere decir que debamos hacer el papel de psicólogos, pero interesarnos por los problemas de otros y evitar juzgarlos de inmediato es un buen paso para contribuir con la salud emocional. En la vida hay momentos buenos y malos, y ninguno escapa de esta realidad.
Por eso, quedémonos con las cosas buenas, evitemos juzgar a los demás y dejemos de llamarlas tóxicas. Si nos quitamos los prejuicios y dejamos de etiquetar a los demás, nos llevaremos una grata sorpresa.