Familia mexicana en Arizona pasó del sueño americano a la ruina: 8 mueren por coronavirus y cae su negocio
Por unos 10 años, la familia Aguirre trabajó sin descanso para levantar el negocio "Tamales y Tacos Puebla", hasta que COVID-19 acabó con todo
Una familia mexicana en Arizona que veía los resultados de su esfuerzo por años para trascender económicamente en Estados Unidos vieron sus sueños tronchados cuando ocho miembros del clan fallecieron víctimas de coronavirus.
Por unos 10 años, la familia Aguirre trabajó sin descanso para levantar el negocio “Tamales y Tacos Puebla” que inició como un proyecto desde una minivan y luego como un “food truck”.
La iniciativa se convirtió en un servicio de catering con clientes corporativos y para eventos masivos como bodas, según relató a CNN Ricardo Aguirre, cofundador del negocio.
Pero la mala racha los alcanzó en marzo cuando, debido al cierre de comercios en el estado para prevenir mayores contagios, la empresa cayó.
“Mi cuenta de cheques se fue en negativo”, declaró Aguirre. “Fue literalmente una cuestión de segundos cuando yo empecé a ver mi sustento esfumarse”, agregó.
El emprendedor incluso habilitó una cuenta en GoFundMe en mayo apostando a la solidaridad de la comunidad. Lo anterior tampoco ha sido suficiente.
Al golpe económico se sumó el de salud con el contagio de varios miembros de su familia, ocho de los que han fallecido, incluyendo el padre de Ricardo, Jesús, de 67 años, quien murió por complicaciones de la enfermedad.
Fue el 1 de mayo cuando algunos parientes comenzaron a experimentar síntomas de COVID-19 en una cadena que se extendió más allá del círculo más cercano de Aguirre. Tanto el mexicano, su esposa, los padres de éste y dos de sus tres hijos resultaron infectados.
Jesús tuvo que ser entubado durante una larga estancia en el hospital hasta su fallecimiento el 11 de septiembre. La madre de Ricardo sigue batallando contra el virus por complicaciones pulmonares.
Casi $1 millón de dólares en facturas médicas
Como si lo anterior no fuera poco, la familia -que no cuenta con plan médico porque no es asequible para ellos- acumula deudas de cientos de miles de dólares.
Facturas suministradas a la cadena ascienden casi al millón de dólares.
Al momento, la incertidumbre reina en la familia, particularmente en el caso de Ricardo, cuya esposa se encuentra embarazada.
Además teme reiniciar un negocio que tenga que cerrar nuevamente, ya que la emergencia por coronavirus se mantiene en ése y otros estados de Estados Unidos.
“Yo no quiero llorar porque yo sé que Dios tiene algo mejor para mí”, expresó el mexicano al medio.
“Yo me siento tan incompetente”, agregó.