Cómo puede ayudar la naranja a perder peso durante el invierno

Las naranjas son un tesoro nutricional invernal, son naturalmente dulces y deliciosas. Una infalible adición a la dieta de invierno para quemar grasa abdominal y perder peso

Jugo de naranja.

Un vasito de jugo de naranja sin colar todas las mañanas, es ideal para reducir el colesterol LDL y, a su vez, se reducen los valores de apolipoproteína B y del cociente LDL/HDL en personas con hipercolesterolemia moderada. Crédito: Imagen de gate74 en Pixabay | Pixabay

Las naranjas llegan para endulzar el frío invierno, probablemente forman parte de las frutas más representativas de la temporada y son el claro ejemplo de la sabiduría de la naturaleza. Su composición nutricional aporta exactamente los nutrientes esenciales necesarios que requiere el organismo para mantenerse fuerte ante las bajas temperaturas, lo mejor de todo es que también brillan por sus propiedades adelgazantes. 

Lo primero y más importante a mencionar sobre las naranjas, radica en su bajo contenido calórico que las vuelve un buen complemento para potenciar la pérdida de peso. También están llenas de vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra, de manera especial son consideradas las reinas de la vitamina C. Es por ello que aprovecharlas durante el invierno no sólo es de gran ayuda para adelgazar, su consumo es un gran apoyo para la salud en diferentes maneras.

Es bien sabido que las frutas y verduras frescas son un aliado fundamental en toda alimentación equilibrada, también son un complemento clave para perder peso; todo gracias a sus grandes propiedades para frenar el hambre. En el caso de las naranjas resultan un aliado infalible, ya que son bajas en grasas y calorías, pero altas en fibra y nutrientes: la fórmula perfecta en cualquier dieta para adelgazar. 

¿Cómo ayudan las naranjas a perder peso?

Teniendo en cuenta que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda el consumo de varias piezas de fruta al día para mantener el organismo sano, en óptimo funcionamiento y gozar de un peso saludable; vale la pena elegir las variantes de temporada más benéficas. Durante el invierno la ingesta de frutas cítricas es importante, de hecho se cuenta con referencias de la Fundación Española de Nutrición (FEN) en las cuales se enfatiza la importancia del consumo de naranjas. Son catalogadas como una magnífica fuente de vitamina C, folatos, ácidos orgánicos, flavonoides y carotenoides. 

Adicionalmente se cuenta con referencias científicas que avalan las propiedades de la naranja para promover la pérdida de peso, entre las principales se destacan las siguientes:

  • Las naranjas son ricas en fibra y brillan por su poder saciante, de tal manera que son un gran aliado para controlar la ansiedad por comer. De hecho se cuenta con investigaciones que sugieren que esta fruta cítrica parece ser 4 veces más abundante que un croissant y 2 veces más abundante que una barra de muesli.
  • Comer naranjas es una gran adición en cualquier plan de adelgazamiento, sobre todo para los amantes de lo dulce. Son perfectas para controlar los antojos por alimentos azucarados.
  • Según los resultados de un estudio reciente, los investigadores de la Universidad de Western Ontario introdujeron una sustancia llamada nobiletin extraída de naranjas, a la dieta de ratones con sobrepeso mórbido. Este tipo de flavonoide no solo revirtió los síntomas de la obesidad en los ratones de prueba, sino que también redujo la acumulación dañina de placa en sus arterias, conocida como aterosclerosis.
  • También se cuenta con una investigación, que comprueba que una pieza de naranja contiene más de 170 fitoquímicos diferentes y más de 60 flavonoides que tienen propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. Las cuales se relacionan directamente con la pérdida de peso, ya que son de gran ayuda para combatir la retención de líquidos y benefician la depuración del organismo. 
  • El consumo de naranjas es un magnífico regulador estomacal, son de gran ayuda para aliviar de manera natural los espasmos gástricos, las digestiones lentas y pesadas o dispepsias. Asimismo, resultan carminativas en quienes son propensos a padecer gases, hinchazón abdominal y flatulencias.
  • Se asocian con propiedades laxantes, las cuales son de gran ayuda para depurar el organismo y combatir el estreñimiento. 
  • Las naranjas son el complemento nutricional perfecto para eliminar impurezas, son de gran eficacia para estimular las funciones depurativas del hígado y los riñones, y gracias a ello promueven la eliminación de toxinas y desechos alojados en el organismo. Perfecto para beneficiar el adelgazamiento. 

¿Cómo consumir las naranjas para perder peso?

Según información revelada por la USDA, una naranja grande contiene solo 85 calorías. A este bajo aporte calórico es indispensable sumar, su aporte en cerca del 130% de la vitamina C requerida en un día, el 6% de calcio, el 2% de las necesidades de vitamina A.  Además las naranjas también contienen varias vitaminas y minerales esenciales, que incluyen fibra, proteínas, potasio, magnesio y vitamina E. 

  • Las naranjas son fáciles de incorporar a la dieta, lo que hace que la alimentación sea más colorida y saludable. Su versatilidad es inmensa pueden comerse en rodajas, exprimirse, agregarse a cualquier batido y utilizar sus gajos para crear ricas salsas y ensaladas. Además se cuenta con diversos estudios, que han encontrado que comer frutas enteras aumenta la saciedad, lo que resulta en una menor ingesta de alimentos y calorías en comparación con beber jugos de frutas. 
  • Adicionalmente diversos especialistas en nutrición, recomiendan consumirla en infusión. Su cáscara es un poderoso antioxidante que activa el metabolismo y potencia la quema de grasas. 
  • Se cuenta con diversas referencias que avalan los beneficios de incluir una pieza de naranja, en dos de las comidas principales (preferentemente desayuno y comida). Ya que son el complemento rico en fibra perfecto, que acelera el metabolismo y promueven una eficaz digestión, que favorece la pérdida de peso.

Recuerda que es importante consumirlas bajo el marco de una alimentación equilibrada, en la cual se evite el consumo de alimentos procesados ricos en harinas refinadas, grasas saturadas y azúcares añadidos. A la vez es indispensable realizar actividad física, dormir bien y controlar los altos niveles de estrés. 

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