Las “comidas reconfortantes” que hacen muy difícil bajar de peso

Somos lo que comemos. Hoy en día es bien sabido el papel fundamental que juega la calidad de la alimentación en nuestro estado de salud y ánimo, peso corporal y en la fortaleza del sistema inmunológico. De tal modo que la recomendación más fundamental es basar la dieta diaria en el consumo de alimentos frescos, naturales y de temporada, como es el caso de las abundantes alternativas de frutas, verduras, especias, frutos secos, cereales y semillas. Sin embargo existen algunos alimentos que son catalogados como “reconfortantes” y como su nombre lo dice, es normal que solamos consumirlos en nombre de la nostalgia, para evitar el estrés o como un recurso en tiempos difíciles.

Y es cierto que inclusive por un momento pueden ser efectivos para reconfortarnos, sin embargo pueden ser sumamente destructivos para la salud a largo plazo. Lo primero que tenemos que decir es que los alimentos reconfortantes son notoriamente altos en calorías, grasos y azucarados y, a menudo, carecen por completo de cualidades nutricionales. No en vano a muchos los catalogan como calorías vacías. Si bien consumirlos muy ocasionalmente tampoco nos va matar, es importante saber que una dieta rica en este tipo de comidas no solo aumenta las probabilidades de subir de peso, deteriora la salud, afecta el estado de ánimo e incrementa el riesgo de padecer enfermedades crónicas. 

A continuación estas son las comidas reconfortantes más indulgentes, recuerda que la recomendación es vivir en equilibrio. Por lo tanto se aconseja consumirlas raramente y en porciones pequeñas.También si quieres bajar de peso, es importante evitarlas durante el proceso.

1. Pasta 

La reina de la comida cálida y reconfortante es la pasta, que se presta para crear todo tipo de deliciosas, cremosas y calóricas combinaciones. Sin embargo no podemos olvidar que una ingesta alta de carbohidratos puede alterar el nivel de azúcar en la sangre, lo que hace que sintamos hambre poco después de comer y, potencialmente, aumenta la probabilidad de tener antojos. Esto no se trata de posicionar a la pasta como la mala del cuento, de hecho en porciones y preparaciones correctas se trata de un alimento saludable. Sin embargo si quieres bajar de peso, debes saber que uno de los peores infractores es el fettuccine alfredo; generalmente, este plato es extremadamente alto en calorías y no ofrece ninguna proteína saciante.

2. Pasteles procesados 

No existe un ejemplo más contundente que toda la gama de pastelillos procesados, son tan deliciosos, antojables y accesibles. es cierto que comer alguno puede recordarnos tiempos más simples de la vida, sin embargo sus efectos sobre la salud son serios. Estos alimentos están cargados de grasa y azúcar, y pueden estar haciendo mucho más daño de lo que crees sobre todo a largo plazo. De manera más inmediata, podemos decirte que es notorio experimentar un aumento en la inflamación y los problemas gastrointestinales, tienden a volvernos adictos al azúcar y comprometen nuestro rendimiento físico y mental. Y claro, son de lo más ricos en calorías, grasas saturadas, azúcares y harinas refinadas, que son causa directa del aumento de peso y algunas enfermedades crónicas. 

3. Galletas

Otro de los clásicos de aquellos días en que nos sentimos tristes y desanimados, y queremos comer sin parar son las galletas llenas de chocolate. Sin embargo pueden ser ser altamente adictivas y es normal que terminemos comiendo muchas más porciones de las debidas. Su consumo recurrente aumenta la probabilidad de sofocar la pérdida de peso y en muchas ocasiones es la causa directa del aumento de peso. Y las razones son evidentes son muy ricas en azúcares, de los peores ya que son los que se descomponen rápidamente en el cuerpo y provocan un aumento en los niveles de azúcar en la sangre. Estos picos de glucosa son cosa seria, ya que tienen a desencadenar un círculo vicioso de ‘aumento, caída, antojo’ que puede llevar a una mayor ingesta calórica. Otra razón por la cual es importante evitar estos picos de azúcar en la sangre, es que causan inflamación y resistencia a la insulina. Para los días de mucho antojo apuesta por las galletas caseras elaboradas con harinas integrales, avena, frutos secos y sin azúcar. Llevarán tu antojo y energía por buen camino. 

4. Helados

Uno de los antojos más clásicos de todos los tiempos y al que pocos pueden resistirse es el helado. Refrescante, dulce e increíblemente reconfortante, los helados son versátiles y tan variados que cumplen hasta los gustos más exigentes. Sin embargo es uno de los peores aliados cuando se quiere bajar de peso, no solo es perjudicial porque su evidente alto contenido de azúcar y grasas poco saludables, que causan un grave ‘ciclo de antojo de picos repentinos’, sino que también es muy fácil comerlo en exceso. La razón es simple: la mayoría de las personas nunca saben la cantidad de helado que comen en una misma ocasión. Claro el peor de los escenarios es una tarrina de helado completa. Recuerda el helado es un alimento altamente adictivo, está cargado de azúcares y sustancias poco nutritivas, que pueden causar obesidad, desequilibrio hormonal y resistencia a la insulina. También si eres intolerante a los lácteos, mucho cuidado que pueden causar excesiva inflamación y gases. 

5. Aperitivos en bolsas

Así de simple cualquier aperitivo o botana que venga en bolsa, puede ser un enemigo letal como sucede con las papas fritas y pretzels. Siempre disponibles y ciertamente deliciosos, hacen que sea muy sencillo adquirirlos y consumirlos recurrentemente, y lo más factible es que termines comiendo la bolsa entera. Recuerda que se trata de alimentos con muchas calorías, grasas y sobre todo brillan por su exceso de sodio. Apuesta por botanas como frutos secos sin tostar y salar o vegetales deshidratados, y evita a toda costa las versiones empaquetadas. Si creas la costumbre de leer la información en su eti