Una flora intestinal fuerte ayuda a prevenir la enfermedad celíaca

En los últimos meses se ha comprobado que gozar de una flora intestinal saludable, es una importante medida de salud general. Aunque no lo creas tiene un papel bastante establecido en el metabolismo del gluten, en la modulación de la respuesta inmune, en la absorción de nutrientes y en la disminución de los síntomas

Salud intestinal.

Crédito: Imagen de Alicia Harper en Pixabay | Pixabay

No es coincidencia que la salud intestinal y la intolerancia al gluten, sean dos de los temas más en tendencia hoy en día. Por un lado en los últimos meses mucho se ha hablado sobre la importancia de gozar de un microbioma fuerte y sano, es considerada una de las más poderosas herramientas para gozar de un sistema inmunológico fuerte y, también en la prevención de enfermedades. Por otra parte la enfermedad celíaca (EC) ha reportado un incremento considerable en los casos a nivel mundial, se trata de un trastorno inmunológico que se presenta con la intolerancia al gluten en personas genéticamente predispuestas ¿Lo relevante? Información científica reciente ha comprobado que los cambios en la composición y función del microbioma intestinal están relacionados con enfermedades inflamatorias crónicas y también con la enfermedad celíaca. 

Una de las referencias más relevantes al respecto se basó en el análisis de todos los estudios publicados entre 2009-2019 utilizando palabras clave como: enfermedad celíaca y microbiota. Cabe mencionar que la búsqueda se limitó a artículos publicados en inglés que proporcionaron datos basados ​​en evidencia. Dichas referencias demostraron de manera contundente que la microbiota intestinal tiene un papel bien establecido en el metabolismo del gluten. Resulta que los pacientes con enfermedad celíaca tienen una reducción en las especies beneficiosas de bacterias (lactobacilos y bifidobacterias) y un aumento en aquellas potencialmente patógenas (bacterias gramnegativas, particularmente Bacteroides y E. coli) en comparación con aquellas personas que no padecen esta condición.

Según un artículo publicado en la prestigiosa revista Gastroenterology, la microbiota de las personas celíacas metaboliza el gluten en péptidos de menor tamaño que son capaces de atravesar la pared intestinal y así presentar mayor capacidad para activar el sistema inmune y por tanto mayor intolerancia.

La enfermedad celíaca o la intolerancia al gluten se presenta con síntomas como diarrea, fatiga, pérdida de peso, hinchazón y gases, dolor abdominal, náuseas, estreñimiento, anemia , entre otros. Se sabe que la principal reacción en personas celíacas ante la ingesta de gluten a largo plazo, genera inflamación que daña el revestimiento del intestino delgado y es cuando se presentan las principales señales digestivas. Uno de los aspectos más negativos de padecer la enfermedad celíaca es que suele derivarse en una malabsorción de nutrientes, por fortuna parte indispensable del tratamiento radica en realizar estrictos ajustes en la dieta y evitar por completo los alimentos que contengan gluten (sobre todo los procesados). Además se recomienda apostar por seguir una dieta rica en alimentos probióticos, que también mejorarán la calidad de la microbiota intestinal. 

Por lo tanto una de las recomendaciones médicas más importantes además de seguir una dieta completamente libre de gluten; es apostar por un estilo de vida que promueva una flora intestinal fuerte y saludable. Es bien sabido que a través de la dieta y los hábitos enfocados en el estilo de vida es posible fortalecer la salud intestinal, por lo tanto se recomienda integrar en la dieta diaria el consumo de alimentos fermentados que brillan por su contenido en probióticos y no contienen gluten.

El yogurt es simplemente una de las mejores y más accesibles fuentes de probióticos, la razón principal es porque está hecho de leche que ha sido fermentada por bacterias amigables, principalmente bacterias del ácido láctico y bifidobacterias. También se aconseja integrar la ingesta de kéfir, kimchi, chucrut, miso, soja y productos derivados. Los expertos recomiendan siempre que sea posible elegir el kéfir por encima del yogurt, se ha comprobado que tiene cinco veces más bacterias benéficas.

La kombucha también se ha posicionado como un extraordinario aliado natural para fortalecer la flora intestinal. Las frutas y verduras de temporada también son un básico, son hidratantes y existen magníficas alternativas que se caracterizan por su contenido en fibra prebiótica. También se aconseja integrar cereales integrales sin gluten como la avena, el arroz, el amaranto, el maíz y la quinoa, hoy en día existen numerosas marcas que señalan en su empaque que no contienen gluten. Por último y no menos importante es indispensable evitar el consumo de alimentos procesados, comidas rápidas y alcohol, en muchas ocasiones las bebidas alcohólicas son elaboradas con granos que contienen gluten.

A modo de conclusión podemos decir que una microbiota intestinal fuerte disminuye el riesgo de presentar enfermedad celíaca o ciertas intolerancias al gluten y en quienes ya padezcan dichas condiciones, es una importante medida para disminuir los síntomas y controlar la enfermedad. 

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