“¡Todavía me cuesta aceptarlo!”: Madre dominicana que perdió a su hija el 9/11 en una de las Torres Gemelas
La historia de Marlyn del Carmen García: La joven de 21 años que pasó a buscar unos papeles en la Torre Norte donde hacía una pasantía profesional, minutos antes del impacto del primer avión contra las Torres Gemelas
Hace exactamente 20 años, en un apartamento del 140 de la calle 65 en Bay Ridge, en Brooklyn, la dominicana Karmen García empezó a recibir mensajes y noticias sobre algo “muy grave” que sucedía en el Bajo Manhattan.
Eran ya cerca las 9:00 a.m. de aquella mañana que partió en dos la historia de la ciudad de Nueva York, y de miles de familias que en cuestión de segundos quedaron dolorosamente desmembradas para siempre.
“Como todos los días de su existencia, o sea durante 21 años, yo me levantaba a las cinco de la mañana a prepararle el café, el desayuno y su lunch a mi niña. A ella le gustaba comer saludable. Ella estaba organizando unos papeles de su pasantía, porque faltaban poquitos días para su graduación”, cuenta Karmen.
El lugar de la pasantía profesional de la estudiante de Leyes del John Jay College, Marlyn del Carmen García, la mayor de las hijas de Karmen, era en el piso 100 del despacho ejecutivo de la corporación ‘Marsh & McLennan’, en la Torre Norte del World Trade Center (WTC).
Allí, a las 8:43 a.m. del 11 de Septiembre del 2001, entre los pisos 93 y 99 impactó la aeronave del vuelo 11 de American Airlines. En ese instante, la ciudad, el país y el mundo todavía no sabían de qué se trataba: ¿un accidente, un ataque, una guerra?
Karmen sí tuvo una respuesta inmediata desde sus entrañas. Cuando encendió la televisión local y vio las primeras imágenes de esa escena infernal de la “ciudad de los rascacielos”, que quedó tatuada en la historia de la humanidad, tuvo claro de inmediato que parte de su vida se había ido también para siempre.
“Me empezaron a llamar compañeros de Marlyn que sabían que ella hacía pasantías en las Torres Gemelas. Y me preguntaban sí yo sabía dónde estaba. Porque algo muy grave estaba pasando en esa área”, relata hoy quien dos décadas después, desde una casa en Florida y alejada de las calles de Nueva York, todavía está buscando vías para superar una estocada que aún la desgarra.
Marlyn sí estaba en una de las torres
En efecto, la joven estudiante que se preparaba para ser defensora de los Derechos Humanos, que quería luchar contra cualquier forma de discriminación y racismo, que quería tener posiciones políticas para defender a los más vulnerables, la hija de inmigrantes dominicanos que vinieron años atrás a buscar una mejor vida en la Gran Manzana, se encontraba en la torre que a las 10:28 a.m. se desplomó y quedó convertida en una montaña de escombros. La Torre Sur, que fue impactada de segunda a las 9:03 a.m. por otro avión del vuelo 175 de United Airlines, se desplomó primero a las 9:59 a.m.
“La noche antes, es decir el 10 de septiembre, era día lunes, nosotros salimos juntas a hacer unas compras a la farmacia. Ella estaba siempre alegre. Pero esos últimos minutos que vivimos juntas, tenía una sonrisa más radiante que nunca. Así la recuerdo. Se sentía muy emocionada y feliz”, relata la madre de una de las 2,753 almas que desaparecieron en el ataque terrorista más cruento en la historia del país.
En lo que restaba de 2001, la joven tenía muchos planes. Se iba a integrar a grupos de liderazgo político en Sunset Park, sus pasantías estaban a punto de terminar, su fecha de graduación ya estaba en el calendario de ese mismo año.
¿Por qué fue esa mañana tan temprano al WTC? Su madre recuerda claramente que no tenía planteado en su horario semanal ir ese martes a la oficina, solo pasaba a recoger una documentación que necesitaba para llevarla a la universidad. El destino detuvo cruelmente todos sus planes.
En la agonía de aquel 9/11 vinieron días de búsqueda, algunos trazos de esperanza que se fueron apagando en medio de los monumentales escombros. Desvelos que no han terminado después de 240 meses. Preguntas que nunca tuvieron respuestas. Una familia destrozada con un nombre en un papel y una fotografía que le costó admitir que Marlyn sí estaba en una de las torres.
“Como te dije, desde el primer momento algo muy poderoso dentro de mi me dijo que ella se había ido. En esos momentos por más que tengas la verdad en frente, te cuesta aceptarlo. Inclusive hoy 20 años después me parece que fue una pesadilla“.
Honrando una memoria
A los meses de esa tragedia, la inmigrante nacida en Santo Domingo, luego de semanas de búsqueda en donde fue imposible encontrar siquiera alguna evidencia de Marlyn, decidió junto a toda su familia abandonar Brooklyn y mudarse a Florida. Solo ha venido a la ciudad de Nueva York por horas a los actos conmemorativos que han realizado en los últimos 19 años. A excepción del año pasado por los límites que impuso la pandemia del COVID-19.
“Estar en Nueva York es como sentirla en cada esquina. Por eso me angustia estar allí. Desde que construyeron el Museo del 9/11 vengo con devoción a rendir honor a su memoria, en el espacio que abrieron para los familiares de víctimas cuyos restos no se pudieron encontrar”, acotó.
Hasta julio del 2019, solo el 60% de los restos de víctimas del WTC han sido identificados.
Este sábado el nombre y el apellido de Marlyn del Carmen García, quien creció en la Octava avenida con calle 43 de Brooklyn, una intersección que hoy lleva su nombre, será una de las miles de menciones en los actos conmemorativos para honrar a las víctimas del ataque terrorista del 11 de Septiembre de 2001. Su familia ha encontrado otras formas de recordarla todos los días.
“Durante estos años me he dedicado a hacer cosas que ella soñaba, como una forma de recordarla. Ella quería una mesa de comedor grande, en donde pudiera compartir con toda la familia. Ahora, tenemos esa mesa. Y ella tiene su silla en su honor”, comparte la dominicana.
La estudiante de Derecho Internacional había visitado como parte de una experiencia académica varios países Bálticos. Tenía planificado como una forma de celebrar su graduación, llevar a su mamá de paseo turístico por Rusia, el país de toda esa gira que le pareció más interesante.
“Justamente meses antes de la pandemia me llené de valor e hice ese viaje. Lloré mucho. Sentía que estaba a mi lado, que me guiaba y me hablaba. Ella días antes de irse me insistía que íbamos ir juntas a Rusia. Y de alguna manera lo hicimos”, destacó Karmen.
Marlyn estuviera cumpliendo 41 años de edad este 2021.