Nobel de Economía Joseph Stiglitz advierte que plan para reestructurar deuda de Puerto Rico será insostenible

El reconocido economista sostuvo que la Ley Promesa no ha provisto para una reestructuración de los bonos que lleve a una verdadera recuperación económica en la isla, territorio de EE.UU.

Joseph Stiglitz ganó el premio Nobel en Economía, en el 2001.

Joseph Stiglitz ganó el premio Nobel en Economía, en el 2001. Crédito: Stefano Guidi | Getty Images

Por María Soledad Dávila Calero

SAN JUAN – Mientras Puerto Rico está en la etapa final de aprobación de un Plan de Ajuste de Deuda (PDA) de los bonos del gobierno central, el laureado economista Joseph Stiglitz planteó que la Ley Promesa no ha provisto para una reestructuración sostenible que viabilice una verdadera recuperación económica.

“Lo que me preocupa al final es que si no se hace bien la reestructuración de la deuda, -y ciertamente va camino de no hacerse bien-, debilitará para siempre la economía de Puerto Rico”, aseveró Stiglitz, quien ganó el premio Nobel en Economía, en el 2001.

Las expresiones de Stiglitz se dieron durante la Cumbre de Política Pública de Crecimiento, del Centro para una Nueva Economía, que se celebró el jueves pasado en el Hotel Sheraton Puerto Rico, en San Juan, y que contó con otros paneles de expertos en diferentes disciplinas.

Como primera crítica, el economista argumentó que la Junta de Supervisión Fiscal (JSF) no midió correctamente el impacto que la reducción en la población de Puerto Rico va a tener en la capacidad del gobierno en repagar su deuda.

Stiglitz resaltó que durante los 15 años que ha durado la recesión económica el ingreso promedio y producto interno bruto per cápita se estancaron, mientras que la población en Puerto Rico se redujo.

Además, planteó que otro error en el proceso de reestructuración es no atender de manera conjunta la evaluación de cuál es el servicio de la deuda al que Puerto Rico se puede comprometer con el nivel de crecimiento económico que se quiere buscar.

“El problema es que si los acreedores le piden demasiado a Puerto Rico y le piden que pague demasiado, Puerto Rico no crecerá y la deuda será insostenible. Entonces, lo interesante de esto es que realmente a los acreedores no les conviene exigir demasiado a Puerto Rico porque entonces Puerto Rico no crecerá”, dijo Stiglitz.

Para Stiglitz, Puerto Rico no está solo en esta situación y mencionó los procesos de reestructuración de deuda por el que han pasado países como Argentina y Grecia. Planteó que unos de los parecidos es que, gracias a la presión de los acreedores, se atrasó demasiado el comienzo de sus respectivas reestructuraciones, y para cuando estas jurisdicciones comenzaron el proceso de quiebra ya era muy tarde.

Este atraso en comenzar el proceso de quiebra unido con un alivio insuficiente, hace –según el experto– más propenso a Puerto Rico a volver a caer en una crisis.

Stiglitz también entró a analizar cuáles fueron los catalíticos de la recesión económica de Puerto Rico que comenzó en el 2006. Además de la deuda, el economista planteó que las administraciones gubernamentales no supieron crecer o desarrollar las ventajas competitivas de Puerto Rico.

Puso como ejemplo las compañías que llegaron gracias a los incentivos federales conocidos como la Sección 936 e indicó que Puerto Rico no buscó cómo desarrollar otros atractivos para las farmacéuticas más allá del beneficio contributivo.

Aludiendo también a las empresas 936, el economista argumentó que si bien se le puso mucho énfasis a la pérdida de este incentivo como uno de los catalíticos de la crisis, otras medidas económicas que tomó Estados Unidos de igual forma iban a tener un impacto sobre Puerto Rico.

Detalló que en 1994, dos años antes que se aprobara el fin paulatino de la Sección 936, Estado Unidos, Canadá y México entraron en el Tratado de Libre Comercio (Nafta en inglés), lo que hizo más accesibles los bienes de México. Para el Stiglitz, el Nafta le quitó competitividad a Puerto Rico.

Repitiendo las mismas estrategias del pasado

Un hilo conector entre las otras presentaciones en la cumbre es que en Puerto Rico se llevan repitiendo las mismas estrategias fallidas y que las soluciones para encaminar la economía no va a ser sencilla.

El economista y profesor emérito en Economía de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Francisco Catalá planteó que la incapacidad actual de Puerto Rico en articular un proyecto de país o un nuevo modelo económico no es reciente. Catalá indicó que la apuesta para el desarrollo económico ha sido una “improvisación tributaria” a modo de dar créditos contributivos y una dependencia de fondos federales.

En el caso de los fondos federales, Catalá se enfocó en los dineros no recurrentes que han llegado como parte de la respuesta de recuperación a las diferentes crisis, como el de los huracanes Irma y María en 2017. El economista reconoció que estos fondos producen “rebotes” en la economía, pero éstos no son duraderos ya que el dinero no se queda en Puerto Rico porque muchos de los servicios y productos que se adquieren con los fondos de recuperación son importados.

“La ayuda efectiva es la que se torna innecesaria, de lo contrario se torna en debilidad económica”, argumentó el también profesor de la UPR.

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