Principio del fin a las restricciones

Nos gusta la suspensión parcial del uso de las mascarillas aprobada en NY, NJ y Connecticut, porque se trata de la decisión del ejecutivo, con poderes por la emergencia

Kathy Hochul

Las ideas de reversión hasta ahora no oficializadas por la mandataria estatal impactaría a 10 puntos en la administración de la justicia penal. Crédito: Bryan R. Smith | AFP / Getty Images

El mundo está harto del coronavirus y crecen las protestas para decir ya basta a las restricciones que obligan a aceptar las vacunas, a aplicar inyecciones de refuerzo con apenas meses de diferencia y al uso de las incómodas mascarillas que son, hasta ahora, la mejor manera de evitar los contagios del Covid-19 y sus recientes mutaciones Delta y Ómicron.

Nos gusta la suspensión parcial del uso de las mascarillas aprobada en Nueva York, New Jersey y Connecticut, porque se trata de la decisión del ejecutivo, con poderes por la emergencia, concedidos a los gobernadores, pero si se prolongaran esos poderes parecería el fin de la democracia, porque una sola persona decide lo que debería ser aprobado por la legislatura de cada estado.

Por ejemplo, es posible que la exigencia de las vacunas bajo amenaza de perder los empleos y la orden de utilizar mascarillas para entrar a los restaurantes, que fue levantada, haya sido más perjudicial para la economía que el mismo virus, porque miles de negocios nunca volverán a generar empleos o sencillamente desaparecieron. 

Creemos que llegó la hora para que cada neoyorquino acepte su reto y decida los riesgos que toma; si quiere o no aceptar esa protección, entendiendo que, si se enferma, será difícil que haya cama para tanta gente en los hospitales y los costos serían mayores.

Así podremos reabrir la economía más pronto, pues según estudios de inversionistas, los encierros totales como los registrados en Wuhan, China, donde surgió el virus, hacen más difícil la recuperación, aunque haya servido para frenar la pandemia.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, en China se reportaron casi 140.000 contagiados con alrededor de 5.700 muertos; en cambio aquí, en los Estados Unidos, las restricciones no fueron tan severas y ya van más de 75 millones de contagios con unos 880.000 fallecidos.

¡Qué tal si dejamos que cada persona asuma su riesgo!  De esta manera acabarían las protestas en las calles de New York y en Ottawa, la capital de Canadá, además de las golpizas en el subway entre quienes exigen usar el tapaboca o los pasajeros que se niegan a hacerlo.

En Ottawa llevan semanas en protestas de camioneros que retrasan la entrega de suministros como los combustibles, porque piden su derecho a la libertad y están cansados de las normas ordenadas por el primer ministro Justin Pierre James Trudeau.

Esas manifestaciones hacen que continúe el problema en la cadena de suministros que ya se vio afectada por la interrupción en el transporte a nivel mundial.

Y mientras en la Gran Manzana siguen bajando los reportes de enfermos, contagiados y muertos por la pandemia, inicia el debate de si está bien que los estudiantes dejen de usar la protección y correr el riesgo de llevar el virus a casa enfermando a padres y abuelos, con consecuencias que podrían ser devastadoras. 

Pero creemos que esa es la decisión de los padres, aunque la gobernadora Kathy Hochul dice que en las escuelas si será obligatorio el tapabocas por mayor tiempo.

Y nos parece que no es conveniente dejar ese debate en manos de las autoridades en los distritos escolares, porque generaría aún mayor resistencia.

Entonces de nuevo, dejemos que cada persona decida el nivel de riesgo que quiere manejar, con la advertencia de que el estado no podrá garantizar la atención, y si enferman tampoco pueden echarle la culpa al gobierno, porque llevamos años advertidos bajo la amenaza del coronavirus.

Por eso, todos podemos decidir que hacer, pues el gobierno no es la niñera. Los gobernadores son elegidos para administrar el estado y como ya llevamos más de dos años padeciendo los desastres de la pandemia, es decisión personal si nos protegemos para acabar entre todos con el virus o asumimos las consecuencias de nuestras decisiones, sin protestar.

Sofía Villa prepara esta columna a título personal. Trabaja como Producer Writer en Univision NY y sus opiniones no representan a Univision Communications Inc.

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