Una guerra nos toca a todos
Con el petróleo rondando los $100 dólares el barril, la suerte está echada
Los juegos de guerra entre Ucrania y Rusia tienen a los estadounidenses al borde de un ataque de nervios por el efecto en los mercados de Wall Street y los precios de la gasolina. Ambos países están entre los principales productores del combustible y cualquier movimiento de tropas amenaza el flujo en Europa.
Aquí, antes de lanzar el primer disparo, ya era cara la gasolina, y ahora en algunas estaciones se paga a seis dólares el galón, por eso crece el interés de detener las acciones militares, con las que Valdimir Putin dice defender a las 14.000 víctimas de los últimos ocho años, tras la creación de las repúblicas populares Donetsk y Luhansk.
Pero en realidad, Putin quiere evitar que Ucrania llegue a la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN, lo que permitiría a Ucrania incrementar su poder y aliados para atacar a Rusia y que el país vuelva a ser parte del imperio soviético como antes de la perestroika.
Al otro lado del telón aparece como pieza en el zapato Volodymyr Zelensky, quien pasó de actor de comedias a ser el sexto presidente, elegido por el 73,2% de los votos de una nación de 44 millones de habitantes y que no oculta su interés de ser parte de la Unión Europea y la OTAN.
Aquí en Estados Unidos lo recordamos cuando Donald Trump le propuso que investigara a Biden a cambio de ayuda militar. Su nombre también apareció en los Pandora Papers, de los ricos y poderosos con empresas de televisión en el extranjero.
A sus 44 años, Zelensky vive el cuento que protagonizó como actor de comedias, al convertirse en presidente del segundo país en extensión en el Viejo Continente, después de Rusia, pero ahora enfrenta el asedio de Putin.
Y nosotros en esta parte del globo sufrimos los fallidos esfuerzos del secretario general de la ONU, António Guterres, su colega del consejo europeo, Jeppe Tranholm-Mikkelsen, y de la OTAN, Jens Stoltenberg junto con los consejos de seguridad de Estados Unidos, Alemania, Francia y el primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, para evitar la guerra. Tampoco sirvieron las sanciones a bancos, empresas, políticos rusos, o la cancelación del gasoducto Nordstream 2 entre Rusia y Alemania.
Con el petróleo rondando los $100 dólares el barril, la suerte está echada, y hay temor que vuelva a la escalada del 2008 cuando llegó a $148 dólares y tuvimos que pagar más por el mismo combustible.
En manos de estos protagonistas de la historia está la paz y la economía de nuestros bolsillos. Porque si sigue subiendo el combustible no habrá quien pare la inflación.
Sofía Villa prepara esta columna a título personal. Trabaja como Producer Writer en Univision NY y sus opiniones no representan a Univision Communications Inc.