Piden al FBI investigar “misterioso” búnker de Rusia en El Bronx, Nueva York: crecen tensiones con EE.UU. por invasión a Ucrania

Ritchie Torres, congresista que representa a El Bronx en el Capitolio Nacional, se unió a las voces preocupadas por el gigante "complejo" diplomático que Rusia tiene en Riverdale y quiere que el FBI lo investigue tras la invasión a Ucrania

El misterioso edificio ruso en 225th St, El Bronx, NYC.

El misterioso edificio ruso en 225th St, El Bronx, NYC. Crédito: GOOGLE MAPS

Ritchie Torres, congresista que representa a El Bronx en el Capitolio Nacional, se unió a las voces preocupadas por el gigante “complejo” diplomático que Rusia tiene en Riverdale y quiere que el FBI investigue la realidad detrás de ese hermético edificio, a la luz de la sangrienta invasión a Ucrania que ha complicado las relaciones entre Moscú y Washington DC.

Torres, un demócrata de primer mandato, cree que el FBI debería asegurarse de que no haya espías escondidos a plena vista en el complejo de 20 pisos en 355 West 255th St. en Riverdale, que alberga a decenas de funcionarios rusos, algunos de los cuales podrían están trabajando como agentes de inteligencia.

“Mientras Rusia continúa su guerra injusta y no provocada contra Ucrania, creo que Estados Unidos debe tomar todas las medidas posibles para proteger a nuestra nación de posibles operaciones de espionaje rusas”, dijo el congresista del Distrito 15 de NY, en una carta enviada al director del FBI, Christopher Wray.

Según Torres, los electores se han comunicado con su oficina preocupados de que estén viviendo entre espías rusos. “Desde que se instaló su primer ladrillo, el Complejo Ruso ha estado envuelto en secreto. Es hora de levantar el velo y descubrir lo que sucede detrás de esos muros”, dijo el representante en un comunicado al New York Post.

El “complejo”, como le dicen los vecinos, es el hogar oficial de cientos de diplomáticos y funcionarios administrativos que trabajan para la Misión Permanente de la Federación de Rusia ante las Naciones Unidas (ONU) y el Consulado de ese país en Manhattan.

El edificio prefabricado fue construido por la entonces Unión Soviética (URSS) en 1974. Incluye instalaciones deportivas y una escuela para niños rusos. Todo rodeado por afiladas rejas de seguridad. Al otro lado de la calle se encuentra una discreta casa de dos pisos que algunos creen funciona como un puesto de mando del FBI.

En plena Guerra Fría, EE.UU. y la URSS tenían tensas y escasas relaciones. Pero por ser el gigante soviético un país miembro de la ONU y su Consejo de Seguridad, Nueva York debía hacer una excepción. Los constructores y todos los materiales fueron importados de Rusia a El Bronx para minimizar el riesgo de que la inteligencia estadounidense pudiera colocar dispositivos de escucha o sabotear la construcción.

Desde entonces, el misterio a su alrededor se ha mantenido. Muchos creen que El Bronx ha sido durante mucho tiempo el epicentro de la intriga y el espionaje rusos. Y ahora más, porque con la invasión a Ucrania a punto de cumplir un mes, las tensiones entre Moscú y la Casa Blanca están de nuevo en su apogeo, con el presidente Joe Biden llamando a Vladimir Putin “criminal de guerra” y “dictador asesino”.

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