Temen que resurgimiento de tácticas contra el crimen en NYC reviva fantasma de criminalización de latinos y negros

La reactivación de iniciativas de vigilancia policial como 'ventanas rotas', la unidad anticrimen y el intento del alcalde Adams y la Gobernadora Hochul por reversar reformas a la ley de fianzas, han desatado las alarmas de un eventual regreso a la época de abusos y vigilancia desigual a comunidades vulnerables

Oficiales del NYPD ya aumentaron su presencia en estaciones el metro, imponiendo más multas a evasores

Oficiales del NYPD ya aumentaron su presencia en estaciones el metro, imponiendo más multas a evasores Crédito: Edwin Martínez | Impremedia

Desde que comenzó a manejar las riendas de la Ciudad de Nueva York, hace casi tres meses, el alcalde Eric Adams se ha puesto entre ceja y ceja el reto de recuperar la seguridad en la Gran Manzana, acechada por una ola de delincuencia, que de acuerdo a datos del NYPD, ha aumentado en casi 60% con cientos de tiroteos que se han vuelto pan de cada día en diferentes rincones de los cinco condados, en lo que va del 2022.

La violencia con armas de fuego en Nueva York es una realidad que nadie oculta, y aunque la mayoría de neoyorquinos están del lado del Alcalde sobre la urgencia de que se ponga freno al crimen y se reestablezcan el orden y la seguridad que campea, incluso dentro del Subway, el resurgimiento de tácticas policiales usadas en el pasado contra la delincuencia ya están generando ampolla.

Y es que a pesar de que Adams ha dado su palabra una y otra vez de que la reactivación de la polémica Unidad Anti crimen, eliminada del NYPD por el exalcalde Bill de Blasio tras serias denuncias de abuso contra comunidades vulnerables, se trata de una iniciativa diferente que se dedicará a prevenir el crimen y no a promover atropellos, el temor de revivir los días de vigilancia desigual y excesiva, están a la orden del día.

Activistas, defensores de inmigrantes, organizaciones de apoyo a comunidades negras, latinas y pobres, y neoyorquinos del común, ven con duda y preocupación los planes que ya empezó a promover el alcalde Adams, y que tiene rondando al fantasma de los excesos y la brutalidad policial que sufrieron grupos vulnerables bajo la Administración del exalcalde Rudolph Guilliani a finales de los 90′ y Michael Bloomberg, desde el 2002 hasta el 2013.

La puesta en marcha de otra iniciativa, que parece hermana de la también controversial táctica conocida como ‘ventanas rotas’, que buscaba frenar pequeñas infracciones o ‘crímenes de calidad de vida’ como saltarse el torniquete del metro sin pagar, beber alcohol en la calle, orinar en sitios públicos y tener música a todo volumen, presuntamente para detener la comisión de delitos mayores, también ha atizado la hoguera.

La comisionada del NYPD Keechant Sewell anunció esta semana la entrada en vigor del nuevo plan de acción del Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York (NYPD) que perseguirá esas faltas con mayor ahínco, y que ya se está viendo como, por ejemplo, con uniformados parando a evasores dela tarifa del Subway e imponiendo multas en estaciones de trenes.

Y al rosario de temores de que los planes de lucha contra el crimen se lleven por delante avances que las comunidades han logrado tras duras campañas de reivindicación por sus derechos, se suma el intento que el propio alcalde Adams y la gobernadora Hochul han estado haciendo en Albany para que la Legislatura Estatal reverse cambios de la ley de fianzas.

A pesar de que la propia mandataria estatal ha manifestado que la reforma a las fianzas, que actualmente permite que acusados de delitos no violentos no estén en prisión y esperen su juicio fuera de la cárcel sin el pago de sumas de dinero por ese beneficio, no ha disparado el crimen, sigue en su cruzada para modificar la norma que entró en vigor en enero del 2020.

Mientras Hochul y legisladores republicanos están arreciando su cometido para que Albany haga cambios a la reforma de fianzas antes del 1 de abril, cuando deberá aprobarse el presupuesto del próximo año fiscal y definir los articulados que regirán las leyes de Nueva York, el alcalde Adams reafirmó esta semana que, con o sin esas modificaciones, que considera urgentes y que ve como herramientas adicionales para que su orquesta de iniciativas para combatir la criminalidad den mayores resultados, seguirá luchando para devolverle a seguridad a Nueva York.

Opiniones divididas por las nuevas medidas

Ese compromiso da esperanzas a neoyorquinos como Marco Rodríguez, residente de Queens, quien se declara “cansado de tanto crimen”, y quien cree que “la Policía debe hacer valer su fuerza para espantar a los delincuentes que, por ahora, están ganando la batalla.

“Yo apoyo al alcalde Adams en sus planes, porque nunca antes vi esta ciudad tan peligrosa y todo mundo haciendo lo que se le da la gana. No me molesta que me paren y me requisen, siempre y cuando lo hagan con respeto y a todos por igual”, dijo el colombiano. “Nunca viví lo que dicen que era Nueva York en la época de Guiliani ni de Bloomberg, porque llevo apenas 8 años aquí, pero creo que necesitamos orden”.

Peggy Perkins, madre de dos niños y miembro de la organización ‘New York Communities for Change‘, comparte el deseo de que la ciudad esté más segura, especialmente después de los estragos que hizo el COVID-19, pero confiesa que le aterra pensar en que los planes de vigilancia de la policía terminen criminalizando a jóvenes negros y latinos.

Yo tengo mucho miedo con los planes de seguridad del NYPD. Tanto miedo, que incluso ando diciéndole a mis hijos que no usen ciertas ropas para que no piensen que son pandilleros, que dejen de hacer cosas que los niños hacen, para que terminen siendo blanco de la Policía. Yo como madre no debería estar diciéndole eso a mis hijos, pero creo que va a empezar otra época oscura de abusos que me da mucho miedo”, dijo la madre de Brooklyn.

“Merecemos planes diferentes para combatir el crimen, más programas de vivienda, más empleos, más educación. Lo que menos necesitamos en este momento es criminalizar a nuestros niños y a nuestras familias. Los criminales están siendo ellos que traumatizan a nuestras comunidades”, agregó.

Jared Trujillo, de la Unión de Libertades Civiles de Nueva York, criticó el enfoque de seguridad que se está buscando promover en Nueva York por parte de los mandatarios, y aseguró que el intento de tumbar los avances de la reforma de fianzas, que por décadas criminalizó la pobreza, es un ataque a generaciones completas de latinos y personas de color.

Estamos asustados de ver que nuestras comunidades otra vez están bajo ataque. No es justo que tengamos que luchar ahora para que la Gobernadora no nos quite derechos que hemos logrado tras luchas de años. Quieren mandar a más gente a las cárceles y encerrar a nuestra juventud”, aseguró el activista.

“Ley de fianzas solo afecta a los negros y latino”

El defensor del pueblo de NYC Jumaane Williams, también cuestionó el enfoque con el que se busca poner a raya los elevados niveles de delincuencia y violencia de armas en la ciudad de Nueva York, y pidió que se promuevan planes completos de inversión en necesidades básicas de las comunidades más vulnerables y no sobrevigilando y criminalizando.

“Como la ley de fianzas solo afecta a los negros y latinos, el mensaje que está mandando la Gobernadora al promover cambios a las reformas que ya ganamos, es que como son comunidades pobres, a quién le importa y no vamos a permitir retrocesos”, dijo el funcionario, quien destacó que frenar la criminalidad desde el miedo no funciona.

“No necesitamos un enfoque desde el temor sino desde el valor. Sembrar miedo levanta el crimen y ya hemos visto por años que la respuesta no puede ser más encarcelamiento y más vigilancia policial excesiva porque meter a más negros y latinos en jaulas no arregla la seguridad pública”, agregó Williams.

Liseth Nieves, de la organización ‘Community Conexion for Youth‘, hizo un llamado al alcalde Adams para que revise su plan de lucha contra el crimen y vincule más a las comunidades, en vez de ponerlas como blanco de acciones que los criminalizan.

“El problema es que ellos están respondiendo al miedo que la criminalidad está causando en las comunidades y no están viendo los datos que muestran que la reforma de fianzas no es culpable del crimen, ni viendo que lo que se necesita es inversión en nuestra gente. Creo que el problema del plan de seguridad es que no está escuchando a las comunidades y si quieren que funcionen, nos tienen que tomar en cuenta y la solución no es policía extrema no retroceso en leyes”, dijo la activista.

“Arrestar a más jóvenes por infracciones menores no es una solución, cuando lo que ellos necesitan es apoyo, recursos, conexión a servicios mentales, educación y trabajos para ganar dinero. Nueva York tienen que entender que a los jóvenes de 16 y 17 años hay que tratarlos como jóvenes, no como criminales”, agregó Nieves.

¿Puede NYC regresar a los 90’de Giuliani?

Luis Bolaños, organizador de Derechos Civiles de la organización VOCAL-NY, también mostró su oposición a la entrada en vigor de la Unidad An ticrimen y la iniciativa de ‘ventanas rotas’ del NYPD con mayor accionar policial, y dijo que el alcalde Adams está fallando en su enfoque contra la delincuencia, haciendo que pueda regresarse a la Nueva York de los 90’de Giuliani e incluso de hace unos años con De Blasio y el plan ‘ventanas rotas’.

“Hay muchísimo miedo en nuestras comunidades con todos estos movimientos, pues no son más seguras las que tienen más policías, sino las que tienen más recursos. Es triste ver que después de décadas con esa mentalidad de persecución policial se vuelva otra vez a eso, cuando se ha probado que no da resultados”, dijo el joven.

“No hay duda de que las soluciones al crimen que ofrece el alcalde Adams están mal guiadas. Meter a más gente a las cárceles no va a hacer más seguras nuestras comunidades, y él debería reconsiderar sus iniciativas que solo van a servir para poner nuevamente a latinos y negros con el rótulo de criminales, y que haya policías que abusen de su poder”, agregó Bolaños.

La asociación Legal Aid Society también se opone a las reinstalación de prácticas cuestionadas en el NYPD para vigilar, y al intento de la gobernadora Hochul de modificar la reforma de fianzas.

“Nueva York probó un enfoque de ‘mano dura con el crimen’ durante décadas y fracasó. La propuesta de la Gobernadora Hochul solo logrará enjaular a más neoyorquinos negros y latinos, arruinando una oportunidad histórica para promover la seguridad pública al priorizar las comunidades, no las jaulas”, aseguró esa organización.

Ante las preocupaciones, el alcalde Adams ha dicho que el objetivo es recuperar la seguridad de los neoyorquinos, garantizando que los policías van a hacer su trabajo sin cometer abusos, que asegura “no tolerará” y sobre su postura de cambios a la ley de fianzas mencionó que lo que no es posible es “que delincuentes peligrosos que no deberían estar en las calles” salgan a cometer sus crímenes.

Asimismo, la comisionada del Sewell defendió que la Uniformada no regresará a los días de ‘Stop and Frisk’, práctica que criminalizó a comunidades vulnerables.

“Para ser claros, este no es un regreso a ‘Stop, Question, and Frisk’, ni es ‘vigilar por números’. Esta aplicación de la ley responderá a las quejas e inquietudes de la comunidad”, dijo la jefe del NYPD”.

Historia de ‘ventanas rotas’

La política de vigilancia policial conocida como ‘ventanas rotas’ fue impuesta por el entonces comisionado de Policía William J. Bratton, cuando ocupó el cargo por primera vez durante la administración del alcalde republicano Rudolph Giuliani.

Bratton, quien luego volvió a repetir en el cargo durante los primeros años del mandato del exalcalde Bill de Blasio, defendió esa táctica contra los llamados crímenes de ‘calidad de vida’, y que popularmente era conocida como política de “tolerancia cero”, usando la teoría cuyo principio básico asegura que al cortar de raíz las transgresiones menores se evita una escalada del crimen en el futuro.

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