La pena capital en tela de juicio
Nos sumamos al pedido de indulto para Melissa Lucio.
El caso de la mexicana Melissa Lucio, quien está a las puertas de ser ejecutada en Texas, no sólo revive la polémica sobre la aplicación de la pena capital en Estados Unidos sino que además pone en evidencia fallas profundas en el sistema judicial.
Al día de hoy la defensa de esta madre mexicana, a la que le espera la inyección letal el próximo 27 de abril, ha demostrado que la condena por supuestamente haber asesinado a su hija de dos años en el 2008 estuvo basada en un falso testimonio e incluso que la muerte de la pequeña pudo haber sido un accidente. Teoría que respaldan médicos forenses.
A nivel nacional hay todo un movimiento para frenar esta ejecución. En la petición de indulto de Melissa Lucio, la defensa ha presentado hasta siete opiniones de expertos que apuntan a que la niña (Mariah) tenía los moretones como resultado de un traumatismo craneoencefálico, que pudo haber sufrido durante su caída por las escaleras y no por la supuesta paliza que las autoridades alegaron en aquel momento.
Se sabe que durante horas de incesantes interrogatorios, Melissa Lucio negó más de 100 veces haber golpeado fatalmente a su pequeña de 2 años. Pero al final ya agotada y presionada por la situación del momento, dicen sus abogados, no le quedó más remedio que decir: “Supongo que lo hice”.
Los vacíos en la investigación y el apresuramiento en cerrar el caso pudieron llevar a conclusiones sesgadas. Durante el proceso ni siquiera permitieron que otros familiares que fueron testigos de la caída de la menor declararan a favor de la mexicana. Quienes creen en la inocencia de Melissa aseguran que Texas está por ejecutar a “una madre inocente”.
Lamentablemente ese es uno de los estados donde hasta ahora poco o nada han hecho mella las decisiones adoptadas en el resto del país respecto a la pena capital. Texas tiene al día de hoy casi 200 personas en el corredor de la muerte. El total a nivel nacional es de 3,260.
De los 50 estados del país, 23 han abolido la pena capital, con Virginia convirtiéndose en 2021 en el último en prohibir este castigo. Otros tres han puesto en pausa las ejecuciones: California, Oregon y Pensilvania.
Nos sumamos al pedido de indulto para Melissa. Su caso puede servir de precedente para revisar otras tantas sentencias que pudieran estar viciadas. Esa no es la manera de impartir la justicia.
Tal como lo manifiestan activistas, hay que terminar con ese oscuro legado en estados históricamente conocidos por el uso discriminatorio del sistema judicial y del derecho penal. Muchos de los cuales arrastran un pasado de esclavitud, de linchamientos y de segregación.