Acusaciones por acoso revierten designación de embajador colombiano en Emiratos Árabes
Víctor de Currea Lugo fue acusado por sus comportamientos entre 2011 y 2014, por haber acosado a alumnas desde su posición cuando era docente en la Universidad Javeriana y en la Universidad Nacional de Colombia
Víctor de Currea Lugo no asumirá la embajada colombiana en Emiratos Árabes Unidos (EAU), como había propuesto el presidente Gustavo Petro, ya que renunció al cargo que nunca asumió después de que se conocieran múltiples denuncias por acoso cuando fue profesor universitario.
El médico, escritor, periodista y profesor fue acusado por sus comportamientos entre 2011 y 2014, por haber acosado a alumnas desde su posición cuando era docente en la Universidad Javeriana y en la Universidad Nacional de Colombia. Él mismo aceptó en 2018 haber mantenido una relación con una alumna a la que dictaba clases.
Ante estos hechos, organizaciones feministas pidieron a un Gobierno que se dice también feminista retirar su nombramiento y “que ningún hombre que esté siendo denunciado e investigado por hechos de violencia contra las mujeres sea nombrado en su Gobierno”, exigió Casa de la Mujer.
Frente a las acusaciones y a las peticiones de dar marcha atrás a este nombramiento, De Currea se defendió publicando una columna y dejó en manos del Ejecutivo su continuidad como embajador. Ni el Gobierno ni la Cancillería colombiana se han pronunciado al respecto por el momento.
Sin embargo, De Currea dijo este jueves a EFE que rechazó la invitación del presidente porque “tiene muchos problemas que atender”, sin aludir a las denuncias ni reconocerlas. Agregó que primero deberá resolver sus acusaciones en los tribunales y dar un debate político correspondiente.
“Tengo dudas de si quienes me persiguen a nombre del feminismo son herederas de las brujas que quemaron o más bien de los inquisidores que las quemaron”, arremetía hace unos días De Currea en una columna, en la que también acusa a una profesora de la Javeriana de “reclutar estudiantes” con el fin de “calumniarlo” e insinuando que saldrán más denuncias en su contra.
Una de las mayores críticas de este nombramiento ha sido la congresista Jennifer Pedraza, del partido Dignidad, que fue alumna de De Currea en la Universidad Nacional y que a través de sus redes ha cuestionado la decisión: “¿No que el cambio es con las mujeres?”, en referencia a la consigna de Petro.
Pedraza afirmó a EFE que la “actitud” de De Currea tras el escándalo “es muy común en las personas cuando han incurrido en cualquier tipo de violencia contra las mujeres”, a la vez que criticó su “actitud de amedrentar, de perseguir a las víctimas y a todas las personas que critiquemos su nombramiento como embajador”. La congresista añadió que en la justificación del profesor usó argumentos “para salirse por la rama”.
De Currea además no ha sido el único embajador polémico que ha nombrado Petro, también el de Colombia en Panamá, Mauricio Baquero, fue denunciado por acoso sexual en un caso que sigue abierto en la Procuraduría.
RENUNCIA AL NOMBRAMIENTO
Seis días después de mucha polémica tras el nombramiento, éste decidió no aceptar la invitación del presidente ya que según él no quiere ser un obstáculo en el desarrollo del país ni quiere que su nombramiento sea una excusa a la oposición, expresó en su Twitter.
La renuncia no fue algo imprevisto, puesto que el profesor había pensado en no aceptar el cargo los últimos días y después de “sopesar los pros y los contras” tomó la decisión.
De Currea, sin embargo, insistió en su papel de víctima de una “Inquisición”, que viene de parte de las “pseudofeministas” a las que acusa “de decidir qué es lo humanamente correcto”. “Ese fanatismo inquisitorial que examinan casos de acusaciones de acoso sexual como es el caso mío y no desde la lógica del debido proceso ni de los derechos humanos”, expresó a EFE.
Además, afirmó que su renuncia sería una victoria “pírrica” para todas las personas que estuvieron en su contra porque “eso no resuelve los problemas de violencia política y sexual que tiene Colombia”, sino que “es una victoria ridícula”.