NYC llega a acuerdo de $2.25 millones de dólares con familia de hispano que murió tras atragantarse con una naranja en Rikers Island

Herman Díaz, de 52 años. se atragantó con un trozo de naranja en una cárcel de Rikers Island mientras uno de los oficiales se negó a ayudarlo y el otro no estaba en su puesto

El informe interno del Departamento de Corrección así lo confirmó que ninguno de los oficiales fue disciplinado por el caso.

El informe interno del Departamento de Corrección así lo confirmó que ninguno de los oficiales fue disciplinado por el caso. Crédito: NYC Correction Dept. | Cortesía

Los familiares presentaron una demanda contra la ciudad de Nueva York luego de que un hombre que se atragantara con una naranja en una prisión de Rikers Island mientras los oficiales a cargo no hicieran nada por ayudarlo, llegando a un acuerdo de $2.25 millones de dólares, informó Daily News.

Identificado como Herman Díaz, de 52 años, se atragantó con un trozo de naranja el pasado 18 de marzo de 2022 en el Centro Eric. M Taylor, cayendo al piso frente un escritorio vacío donde esperaba ser atendido por un funcionario penitenciario, aseguró familia.

Las fotos del Departamento de Corrección de la Ciudad de Nueva York obtenidas por el medio confirmaron que no había nadie en el puesto.

Había otro agente cerca trabajando en el interior de la cabina de seguridad acristalada de la unidad, sin embargo, no dejó su puesto para socorrer al hispano.

Otro recluso en la unidad, Oslien Borroto, declaró a los detectives que los compañeros detenidos de Díaz “tuvieron que decirle al oficial (en la cabina) que buscara atención médica y la atención médica nunca llegó”.

Por su parte, el oficial de la cabina de seguridad dijo que pidió ayuda médica, pero el personal de la clínica de los Servicios de Salud Correccionales de la ciudad señaló que no recibió ninguna llamada.

Los detenidos “tuvieron que sacar a Díaz del área de vivienda”, expresó Borroto, de acuerdo con el informe del Departamento de Corrección sobre el hecho.

Cuatro internos trasladaron a Díaz a la clínica médica, pero los médicos no pudieron salvarlo, según las evidencias del caso.

Las pesquisas hallaron que pasó cerca de 10 minutos desde el momento en que Díaz cayó al frente del escritorio vacío “B” y de la cabina de seguridad con el personal hasta el momento en que los médicos intentaban reanimarlo.

Asimismo, los registros obtenidos por medio de la Ley de Libertad de Información del estado mostraron que el trozo de naranja estaba lo suficientemente arriba en la garganta de Díaz como para que hubiera recibido primeros auxilios antes de que pudiera ser salvado, de acuerdo con los abogados de los familiares, Neil Wollerstein y Josh Keller.

Este caso está entre varios ocurridos en 2021 y 2022 que han apuntado los costos de vida y seguridad de los problemas de personal que siguen afectando al Departamento Correccional.

En un informe emitido en el mes de mayo de 2022, la Junta Correccional explicó que la falta de oficiales de piso en las unidades de vivienda fue un problema constante en el Centro Eric. M. Taylor de Rikers Island en la primera mitad del año pasado.

“Esta fue una tragedia prevenible y el tema principal aquí es que el DOC [Departamento de Corrección] tiene esta política abierta de aceptar el ausentismo crónico y sostenido de su personal”, manifestó Wollerstein.

“Desafortunadamente, esa política resultó en la muerte del señor Díaz”, añadió Wollerstein. “¿Cuántas muertes más tienen que ocurrir en Rikers debido a esto?”

En el caso de Díaz, el escritorio vacío era lo que se conoce como un puesto “B” y la cabina de seguridad acristalada donde estaba el oficial que rechazó ayudarlo era un puesto “A”.

La Junta de Corrección, organismo encargado de la ciudad para el Departamento de Corrección, recomendó en un documento emitido en mayo de 2022 que, dado que los puestos “B” no tiene personal todo el tiempo, los oficiales asignados a las cabinas “A” deben estar disponibles para dejar sus puestos para proporcionar a los reclusos apoyo de primeros auxilios.

Por otro lado, la hermana de la víctima, Sonia Talavera, dijo a Daily News que no podía soportar ver el video de las cámaras de seguridad donde se puede observar la muerte de su hermano en una reciente conferencia en la corte, por lo que se tuvo que salir.

“Fue horrible cómo murió. No había nadie allí para ayudarlo”, lamentó Talavera. “Nunca se puede pagar por la pérdida de una vida. Extrañamos a mi hermano. No es lo mismo sin él”.

Al final de los acontecimientos, ninguno de los oficiales fue disciplinado por el caso, informaron los abogados. El informe interno del Departamento de Corrección así lo confirmó.

El oficial de la cabina “A” no fue sancionado porque estaba siguiendo una política del Departamento Correccional que requería que permaneciera allí, expresaron Keller y Wollerstein.

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