Descubren cómo el calendario maya puede rastrear el movimiento de los planetas

El enigmático calendario maya se puede utilizar para rastrear el movimiento de los planetas a través del cielo nocturno durante un período de 45 años

Los visitantes levantan la mano durante los festejos por el fin del ciclo maya conocido.

Los visitantes levantan la mano durante los festejos por el fin del ciclo maya conocido. Crédito: Pedro PARDO/AFP | Getty Images

Es posible que una nueva investigación finalmente haya revelado el sistema que una vez conectó la astronomía y el cronometraje, dos pilares de la vida mesoamericana, especialmente de la antigua cultura maya.

Según los autores del estudio, publicado en la revista Ancient Mesoamerica, el calendario maya se puede utilizar para rastrear el movimiento de los planetas a través del cielo nocturno durante un período de 45 años, resolviendo así un enigma de larga data sobre la estructura y función del icónico almanaque prehispánico.

A diferencia de nuestro sistema relativamente simple de días, meses y años, el calendario maya hizo uso de una serie compleja de ciclos entrelazados, como la “cuenta sagrada de 260 días” conocida como Tzolk’in y el calendario secular de 365 días, o Haab. 

Estos dos ciclos se sincronizaron una vez cada 52 años, dando lugar a un período calendárico general llamado Ronda Calendárica.

Sin embargo, las inscripciones encontradas en varios sitios mayas describen un conteo adicional de 819 días. El análisis de estos textos glíficos ha revelado que cada fecha de este ciclo estaba asociada con uno de los cuatro puntos cardinales, lo que significa que se necesitaron cuatro rondas de 819 días, o alrededor de nueve años, para completar la serie.

Período sinódico de los planetas

Los investigadores han sospechado durante mucho tiempo que este ciclo podría estar relacionado con el período sinódico de los planetas, que se refiere al tiempo que tarda cada planeta en volver a la misma posición en el cielo visto desde la Tierra: Mercurio, por ejemplo, tiene un período sinódico de 117 días, que encaja perfectamente en 819 cuando se multiplica por siete.

Sin embargo, ninguno de los períodos sinódicos de los otros planetas se puede multiplicar para dar 819, lo que genera confusión sobre cómo funcionaba este extraño sistema calendárico

Sin embargo, en su nuevo estudio, los investigadores señalan que 20 rondas de 819 días dan un total de 16,380 días, unos 45 años, que se pueden dividir claramente para que coincidan con el período sinódico de cada planeta.


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