Profesor universitario de Florida se encogió tras permanecer 14 semanas en un refugio submarino

Los resultados de la investigación realizada por Joseph Dituri se enfocan en los efectos de estar sumergido a cierta profundidad y durante periodos largos

Vivir sumergido provoca cambios físicos y psicológicos en el ser humano

El objetivo del “Dr. Deep Sea” era tratar de determinar cómo funciona el cuerpo humano en entornos extremos. Crédito: OLIVIER MORIN | AFP / Getty Images

Recientemente, Joseph Dituri estableció un nuevo récord mundial de permanencia bajo el agua al pasar 100 días consecutivos en el refugio submarino Jules Undersea Lodge de Cayo Largo.

A pesar de haber emergido sin presentar rastros de ninguna enfermedad, el profesor de la Universidad del Sur de Florida (USF) detectó que su estatura era distinta, pues los efectos de estar sumergido a una profundidad de a 9.15 metros de profundidad en un hábitat submarino de 9.3 metros cuadrados, propiciaron que se encogiera media pulgada (1,27 centímetros).

Sin embargo, el objetivo de su proyecto iniciado en marzo era realizar una investigación sobre cómo responde el cuerpo humano a la exposición a largo plazo y a la presión extrema.

“La curiosidad por descubrir me trajo hasta aquí. Mi objetivo desde el día uno fue inspirar a las generaciones venideras, entrevistar a científicos que estudian la vida bajo el agua y aprender cómo funciona el cuerpo humano en entornos extremos”, indicó.

De acuerdo con la oficina de comunicación del profesor Dituri, entre los hallazgos científicos preliminares de su proyecto destacan los relacionados con el sueño en la fase REM, pues en dicha etapa se producen los sueños más profundos.

Durante 14 semanas, el también nombrado por la comunidad científica como “Dr. Deep Sea” realizó 124 interacciones en línea con más de 5,500 estudiantes de 15 países.

A lo largo de ese periodo, sus valores de colesterol disminuyeron 72 puntos y los índices inflamatorios de su organismo decrecieron hasta en 30%.

Por ello, Dituri se atrevió a mencionar que los datos de su investigación deberían ser tomados en cuenta en los proyectos aeroespaciales dirigidos a enviar a una misión tripulada al planeta Marte pues, aunque los astronautas no estarán sumergidos bajo el agua, sí experimentarán un largo periodo de adaptación a la gravedad del espacio.

“Podría ayudar a preparar mejor a nuestros astronautas para garantizar que lleguen sanos y lo suficientemente fuertes para explorar el planeta. Se necesitan 200 días para viajar a Marte y se tendría que viajar a un entorno similar, en un área confinada que limita las opciones de comida, con pérdida de masa muscular, ósea y problemas de visión“, describió.

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