Innovaciones de la industria alimentaria: insectos como fuente de proteínas
Los insectos son una fuente de proteínas de alta calidad con los aminoácidos que requiere nuestro organismo, por eso se dice que podría llegar a ser el alimento del futuro
Alimentos de calidad y sustentables son los ejes de las investigaciones de la industria alimentaria para garantizar el futuro de la humanidad y del planeta. Nuevas fuentes de alimentos se asoman y una de ellas es consumir insectos.
Los insectos tienen un alto contenido en proteínas, entre el 50% y el 75% de proteína en su peso seco, por lo que son considerados una excelente fuente de proteína.
Estudios científicos aseguran que los insectos representan una buena alternativa a las fuentes tradicionales de proteína, como la carne roja, pollo o pescado.
Un dato relevante es que se trata de proteína de alta calidad, “ya que contiene todos los aminoácidos esenciales que el cuerpo humano necesita”.
Un trabajo publicado por el portal SportLife destacan el aporte nutricional de los insectos por su contenido en: ácidos grasos poliinsaturados (PUFA), ácidos grasos monoinsaturados (MUFA), hierro, zinc, calcio, magnesio, vitamina B12, la vitamina A y fibra.
Insectos comestibles como alternativa
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) desde el 2013, promueve la investigación y revisión de alimentos para aumentar el comercio, el consumo y la aceptación de insectos.
Los insectos surgen como una alternativa “ante el rápido agotamiento de los recursos naturales, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad”.
De acuerdo a un estudio de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) sobre el consumo de insectos, en el futuro podrían ser una fuente alternativa y sostenible de proteína.
Sin embargo, comer insectos no es del agrado de la mayoría, ya que hay un fuerte rechazo y asco por sus características.
Según una encuesta realizada un 58 %, opina que en un futuro podría comer insectos. El estudio realizado por la UOC tuvo como muestra 1.034 personas de las cuales el 86 %, responde que nunca ha comido insectos, mientras que solo un 13 % los ha probado.
Las razones por las que no han probado los insectos son: el asco (38 %), la carencia de hábito (15 %), dudas sobre su seguridad (9 %) o razones culturales (6 %), entre otras.
Cómo podríamos comer insectos
Uno de los obstáculos a superar es que las mayorías coman insectos, para ello se descubrió que la manera en la que puedan ser preparados los insectos es muy importante.
En tal sentido, al menos el 70 % de los encuestados que indica que preferiblemente lo comería en una forma que no sea su aspecto natura. En su mayoría opinaron que el formato de harina sería el más interesante (23 %), seguido por el de galletas (6 %) o barritas (5,8 %).
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