La dura crianza que llevó a Max Verstappen a convertirse en campeón mundial de la Fórmula 1
Golpes en el casco, abandono en una gasolinera y una educación ultracompetitiva, así fue como se moldeó Max
Muchos padres suelen cometer el error de vivir sus sueños frustrados a través de sus hijos, y un claro ejemplo de esto se puede ser en la Fórmula 1 con Max Verstappen y su padre Jos. Con unos abrumadores 13 triunfos en 16 carreras disputadas, el piloto de Países Bajos se hizo con su tercer Mundial de Fórmula 1 con la escudería Red Bull, pero el camino a la gloria no fue nada fácil.
Según recoge el diario Marca, gracias a testimonios ofrecidos tanto por Verstappen padre como por Verstappen hijo en el documental de este último, el actual campeón de la categoría reina del automovilismo tiene ese carácter y personalidad debido a una educación que en la actualidad muchos podrían catalogar de abuso.
“La gente dice lo mal padre que fui y que abusé de mi hijo, pero nunca abusé de él, yo le enseñé, fui duro con él, ese también era mi plan para que él aprendiera a pensar”, argumenta Jos Verstappen sobre la crianza de su hijo.
Golpes en el casco, abandono en una gasolinera y una educación ultracompetitiva, así fue como se moldeó Max, a quien le sobran anécdotas que contar sobre su etapa formativa en el karting. Precisamente 2012, el pequeño Max chocó y destrozó un monoplaza preparado por Jos desde el motor a la última pieza por intentar sobrepasar muy pronto a un rival.
Verstappen padre hizo que Max recogiera el vehículo, arrancó la carpa y lo tiró todo a su camioneta. Según recuerda Max, su padre no le habló durante al menos 2,000 kilómentros de viaje de regreso de la competencia y de pronto le dijo que se bajara en una gasolinera donde lo abandonó. “De todas formas, luego vino a por mí a recogerme, así que está bien (…) Después gané el Europeo y el Mundial” remató Max.
“Mucha gente no tiene ni idea de lo que necesita para llegar a la cima del deporte”, señaló Jos Verstappen, quien apenas logró dos podios en más de 100 carreras y 10 años en su etapa en la Fórmula 1.
Max Verstappen no se queja de su crianza y se toma las reprimendas y a veces humillaciones de su padre como un mal necesario para forjar esa mentalidad de campeón que le ha servido para sumar ya tres títulos mundiales, además del récord histórico de diez victorias en fila.
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