La inteligencia frente a la recesión

Esa lección indica que la Bolsa de Wall Street no es apta para cardíacos

El especialista John O'Hara vigila las acciones en el piso de New York Stock Exchange, el 7 de agosto.

El especialista John O'Hara vigila las acciones en el piso de New York Stock Exchange, el 7 de agosto. Crédito: Richard Drew | AP

A los desempleados seguro que no les sorprendió la convulsión que se registró la semana que apenas termina por el incremento de las proyecciones sobre una posible recesión, esto porque su economía de bolsillo ya anda mal.

Los inmigrantes sí deberíamos tener en cuenta estos movimientos, que parecen complejos, pero si les pusiéramos atención podríamos hacer movidas inteligentes antes de que nos coja el tren en bajada, como parece la economía de la nación, porque sigue pesado el ambiente, aunque ya hace rato dijimos que se acabó la pandemia, y sigue un virus mortal rondando en la economía.

La caída de los mercados despegó con el dato del crecimiento laboral que fue de 114 mil empleos para julio pasado, con un porcentaje de desocupados del 4,3% y estos números no les gustaron a los grandes inversionistas.

Esto porque hablan de riesgo de recesión y usan esos números para presionar, buscando que el Banco de la Reserva Federal baje los intereses antes de la reunión de septiembre, que es cuando está prevista la reducción en el costo del dinero que se prestan entre bancos. Ese dinero es el que usan para otorgar créditos a los clientes para compras de casas, autos o pago de tarjetas de crédito.

Los líos siguieron el lunes con la venta de acciones precipitadas provocando que los inversionistas se asustaran y salieran a vender más papeles de acciones dejando en el ambiente el pánico generalizado.

Lo irónico es que todo comenzó con la certidumbre que llegó con la reducción en las expectativas sobre las empresas de Inteligencia Artificial.

Esas movidas ocurrieron justo cuando los inversionistas buscaban las explicaciones de ¿por qué el multimillonario inversionistas Warren Buffett vende acciones del Bank of America y la mitad de sus acciones en el gigante de la manzana mordida, Apple.

En esa jugada podemos encontrar una enseñanza: tener paciencia en el mercado de valores, y por supuesto dinero para esperar las ganancias que son millonarias.

Buffet compró millones de acciones de Appel cuando estaba barata, es decir entre los $23 a $25 dólares por acción, y ahora vende echándose al bolsillo más de $50 mil millones porque esperó a que cada papel pasará de $230.

Esa lección indica que la Bolsa de Wall Street no es apta para cardíacos, pero si ponemos cuidado en las transacciones y seguimos a los magnates, podríamos saber cuándo es momento de moverse, para hacer inversiones. 

Y el mismo multimillonario explica que se deshizo de Apple y Bank of America para tener dinero con qué comprar otros papeles que están baratos. De modo que a mirar bien y a invertir en el mercado de valores.

Como autora, Sofía Villa escribe esta columna a título personal y sus opiniones no representan a Televisa-Univision donde trabaja como Manager Assignment.

En esta nota

Wall Street
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain