Mujer trans relata el infierno que vivió en una cárcel de hombres en México
Nataly Oviedo, estilista, contó su historia: dijo que la acusaron falsamente y que ahora le ha costado recuperar lo que perdió en los años que estuvo presa
Una mujer trans relató el infierno que vivió en una cárcel de hombres en México, donde estuvo presa durante tres años por presunto abuso sexual contra un menor. Nataly Oviedo, estilista profesional con más de 20 años de experiencia, contó su historia en Gusgri Podcast.
Afirmó que la acusación era falsa, pero a pesar de ello la condenaron a prisión debido a un procedimiento judicial irregular, en el cual se le obligó a firmar un documento sin permitirle de leerlo. “A lo mejor yo solita me puse la soga en el cuello, pero yo confiaba en mi inocencia. A parte si me acusaban de eso, no había pruebas”.
Dijo que la llevaron a un penal donde le pidieron que se quitara la ropa porque no podía entrar vestida de mujer y le leyeron, junto a otros cinco hombres, las normas de reclusión. La mantuvieron en un módulo en el que estuvo en “observación” durante 20 días.
“Me metieron a la primera celda, en un colchón muy feo, yo sola (porque soy trans). Me dieron unas cobijas muy feas y se corrió la voz de que había llegado una trans y fue cuando comenzaron a llegar celadores —que son los funcionarios encargados de supervisar y controlar a los internos dentro del centro penitenciario— y unos hombres a los que les llamaban ‘chiguas’ para que les enseñara las bubies. Yo me negaba y se molestaban, y tenía yo que mostrárselas. Para mí era muy desagradable y empezó y martirio. Iban y me despertaban a las 2:00 de la mañana para que les enseñara las bubies”, narró.
“Me sentía como un animalito de circo”
“Me sentía como un animalito de circo porque era el desfile… como iban cambiando de turno y son cinco módulos los que hay ahí, de cada módulo querían verme y que les enseñara las bubies”, añadió.
Días después, la llevaron al módulo número uno, donde había algunas personas LGBTIQ+ de quienes se hizo compañera y donde además vendían drogas y cervezas. Allí se hizo respetar y se defendía para evitar que los hombres intentaran aprovecharse de ella. Pasados los cinco meses, afirmó, comenzó a “medio adaptarse” al sitio.
En mes y medio, bajó 14 kilos, se le comenzó a caer el cabello y perdió el apetito por completo.
“Me acuerdo que, como estábamos en pandemia, no había visitas y cuando abrieron la biblioteca comencé a ir y a leer, eso fue lo que me comenzó a relajar. Libros de motivación porque traía una depresión a todo lo que daba. Empecé a hacer actividades para ocupar mi mente en algo”, manifestó.
“Una mente desocupada es muy peligrosa, dicen. Y pasaban muchas cosas por mi mente. La verdad es que intenté salir por la puerta falsa por la misma depresión. Empecé en actividades poco a poco y me fui medio adaptando”, añadió.
“Perdí mi negocio, lo que había levantado en 20 años”
Nataly Oviedo dijo que estaba segura de que no había pruebas en su contra, pero a los seis meses la sentenciaron a seis años de prisión. También manifestó que los abogados que contrató su familia para meter una apelación finalmente no la ayudaron a salir de la cárcel.
Estuvo tres años detenida en la cárcel y por su comportamiento recibió libertad condicional.
“Se siente muy feo que te acusen de algo que no hiciste, estar en el penal es desagradable, es algo que nunca me imaginé. Tres años de mi vida. Perdí mi negocio, lo que había levantado en 20 años, todo se vino para abajo. Me cambió mucho la vida. Perdí tres familiares y dos amigos. En tres años pasaron muchas cosas”, dijo.
Sin contener las lágrimas, reconoció que le ha resultado difícil recuperarse nuevamente. “La gente me ha preguntado cómo sobrevivo, cómo hago, porque me ven sonriente pero es algo que me marcó mucho, algo que nunca voy a olvidar. Me cerraron muchas puertas cuando salí. Ahorita estoy levantándome, pero sí me cambió mucho la vida”, expresó.
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