Migrantes varados en frontera norte de México cultivan sus propios alimentos ante precariedad económica
Un albergue en Ciudad Juárez, México, se ha convertido en refugio para 71 personas, además de alojamiento cosechan su propia comida, para ser autosuficientes
Migrantes atrapados en la frontera norte de México, en Ciudad Juárez, cultivan sus propios alimentos ante la precariedad económica y como una terapia ocupacional mientras esperan la oportunidad de cruzar a Estados Unidos.
El albergue El Buen Samaritano se ha convertido en un refugio para 71 personas de distintos países suramericanos que buscan mejorar sus condiciones de vida y, en este espacio, además de alojamiento, cosechan sus propios alimentos como una forma de promover la autosuficiencia y el bienestar colectivo.
El albergue ha implementado un programa de agricultura urbana para que los migrantes participen activamente en el cultivo de hortalizas y legumbres, como parte de un proyecto de sostenibilidad que busca también inculcarles nuevas habilidades.
“Tengo siete meses de estar acá, y a Dios gracias, pues esto nos ha ayudado bastante, tanto física como emocionalmente, nos hemos distraído, hemos convivido, nos ha servido para una sana convivencia, como albergue”, narró a EFE la guatemalteca Gloria Gómez, inquilina del lugar.
La mayoría de los migrantes albergados en El Buen Samaritano provienen de Venezuela, Colombia y Perú, y muchos de ellos están esperando continuar su travesía hacia Estados Unidos, en busca de mejores oportunidades.
“Cada siembra, cada cosecha, cultivamos diferentes, porque ya se sembró también albahaca, ruda, romero, otras plantitas por ahí que son medicinales, porque a veces algún niño enferma de noche, del estómago, y ya se hace un tecito, se prepara un té de las hierbas, y ha servido de mucho para el bienestar de nosotros”, dijo Gloria.
El Buen Samaritano, que funciona gracias a donaciones y al trabajo de voluntarios pide a los habitantes de Ciudad Juárez, uno de los epicentros del drama migratorio en Norteamérica, seguir apoyando este tipo de iniciativas que no solo brindan techo y comida, sino también dignidad a quienes más lo necesitan.
El pastor Juan Fierro García explicó que “este proyecto prácticamente nació con la intención de que participaran los mismos migrantes y se fueran incorporando a la actividad propia”.
“Sobre todo, que muchas de las personas que llegan a los albergues vienen de actividades agrícolas, de campo, y de alguna forma llegaban las personas siempre en ese recorrido, donde ellos pasan situaciones muy complicadas, muy difíciles”, detalló.
Ciudad Juárez sigue siendo una de las principales rutas migratorias hacia Estados Unidos, y la presión sobre los albergues y organizaciones humanitarias continúa en aumento en medio de las políticas restrictivas ante las elecciones presidenciales estadounidenses.
El Instituto Nacional de Migración (INM) reconoció la semana pasada que pasaron más de 13 millones de migrantes por territorio mexicano hacia Estados Unidos durante la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, una de las mayores cifras del mundo, según el Gobierno.
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