Tensión en Venezuela: Maduro contra González

Mientras Nicolás Maduro está a punto de jurar de nuevo como presidente, el candidato opositor González Urrutia planea su regreso a Caracas

Grandes manifestaciones se han desatado en Venezuela, un día antes de la investidura de Maduro.

Grandes manifestaciones se han desatado en Venezuela, un día antes de la investidura de Maduro. Crédito: Deutsche Welle

La crisis política en Venezuela ha alcanzado un nuevo punto álgido. Tras las elecciones presidenciales de julio de 2024, cuyos resultados son muy discutidos internacionalmente, el jefe de Estado en funciones, Nicolás Maduro, y el candidato de la oposición, Edmundo González, están inmersos en una encarnizada lucha por el poder.

Mientras que la autoridad electoral, controlada por el Gobierno, declaró ganador a Maduro, en el poder desde hace casi doce años, Estados Unidos y varios países latinoamericanos reconocen a González como legítimo vencedor de los comicios.

Nicolás Maduro jurará oficialmente su cargo para un nuevo mandato este viernes 10 de enero. Sin embargo, González, que se exilió en España a principios de septiembre y obtuvo allí asilo político, anunció que regresará a Caracas para la ceremonia de investidura. Pero en Venezuela se ha dictado una orden de detención contra él.

Maduro también intensificó sus amenazas contra la líder opositora María Corina Machado, que permanece en un lugar secreto desde las elecciones. Al igual que González, sobre ella pesa una orden de busca y captura por conspiración, sabotaje e intento de golpe de Estado.

El regreso de González a los titulares

González, de 75 años, ha viajado por varios países del continente americano. Desde su primera parada en Argentina la semana pasada, González ha difundido un mensaje claro: Se considera el presidente legítimo de Venezuela y quiere defender el mandato del pueblo venezolano.

Desde Argentina viajó a Uruguay, Estados Unidos, Panamá y República Dominicana, donde fue recibido por políticos de alto rango. El pasado lunes, González se reunió en Washington con el presidente estadounidense, Joe Biden, quien le dio expresamente la bienvenida como presidente electo de Venezuela.

González ha logrado movilizar un amplio apoyo internacional, especialmente en los países que defienden los valores democráticos, según el politólogo Ramón Cardozo, de la Universidad Católica Monteávila de Caracas.

“El apoyo internacional de Maduro proviene únicamente de un círculo reducido de actores totalmente alejados del mundo democrático”.

Tensión en la víspera

La situación en Caracas es explosiva. Ambos bandos han convocado protestas masivas para este jueves y viernes. Mientras el Gobierno de Maduro moviliza a sus partidarios para celebrar la toma de posesión, la oposición llama a llenar las calles y protestar contra lo que califica de “fraude electoral”.

“El amplio despliegue de efectivos militares, organismos de seguridad y fuerzas de choque persigue un objetivo claro: disuadir o reprimir de manera violenta y expedita cualquier manifestación ciudadana que desafíe el poder de facto de Maduro”, explica Cardozo.

La oposición espera que el valiente regreso de González envíe una señal de determinación y cohesione aún más a la comunidad internacional en su apoyo. Maduro, por su parte, confía en la movilización de sus bases y en el control sobre las instituciones del Estado.

Se han producido numerosas detenciones en vísperas de la investidura prevista. El gobierno ha movilizado un gran contingente de fuerzas de seguridad en Caracas.

El ministro del Interior, Diosdado Cabello, advirtió el martes contra la participación en manifestaciones de la oposición. Amenazó con “consecuencias” para “quienes quieran perturbar la paz”.

El papel de la comunidad internacional

La escalada en Venezuela tiene consecuencias regionales y mundiales de gran alcance. Estados Unidos ya ha amenazado a Maduro con nuevas sanciones si se produce la toma de posesión. La Organización de Estados Americanos (OEA) ha pedido una investigación independiente sobre las elecciones, y ha hecho un llamamiento al diálogo entre las partes en conflicto.

Sin embargo, según Cardozo, no está claro que la presión internacional baste por sí sola para lograr un cambio de rumbo.

La represión y las amenazas “evidencian la profunda brecha que existe entre la voluntad del pueblo venezolano expresada en las urnas el 28 de julio y el poder de facto de Maduro”.

Con el regreso previsto de González y las movilizaciones de ambos bandos, Venezuela se prepara para un enfrentamiento cuyo desenlace sigue siendo incierto.

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