Líderes de El Puente buscan crear “refugio climático” y contra la gentrificación en Río Piedras, Puerto Rico, tras adquisición de edificio

El Puente Williamsburg reforzó su compromiso con Puerto Rico al anunciar la compra de la estructura como sede de sus operaciones en el archipiélago

Edificio de organización El Puente Puerto Rico

Líderes de El Puente Puerto Rico en el edificio que recién adquirieron en Río Piedras. Crédito: El Puente | Cortesía

Nueva York – Después de que el huracán María azotó a Puerto Rico en el 2017, los encargados de la organización El Puente se movilizaron para extender alianzas con otras entidades en la isla para establecer centros regionales donde los residentes no solo respondieran mejor a emergencias como la mencionada, sino para que sirvieran como “Oasis Energéticos” en respuesta al cambio climático.

Con la iniciativa también se buscaba educar sobre la necesidad de que Puerto Rico se moviera hacia un mayor uso de fuentes renovables como el Sol para obtener energía y dependiera menos de medios externos.

“Es una iniciativa de un dinero que nosotros recogimos para darle capacidad a las comunidades más vulnerables para que tuvieran centros comunitarios con placas solares y talleres para poder prepararse para futuras emergencias”, contó Federico Cintrón Moscoso, director de programas de la organización cuya sede principal ubica en Brooklyn, Nueva York.

En entrevista con El Diario, Cintrón Moscoso explicó que el alcance es uno de acompañamiento bajo el que la organización, que lucha contra los efectos del cambio climático y el calentamiento global, ofrece apoyo técnico y educativo a las comunidades.

La capacitación desde los centros incluye desde cómo preparar bultos de emergencia y desarrollar planes de escape, hasta la instalación de sistemas fotovoltaicos o paneles solares.

Los seis espacios, que aún operan en el territorio, sirven no solo a nivel material, sino como punto de encuentro, intercambio y afianzamiento de lazos comunitarios.

Las comunidades deciden cómo operan, pero están disponibles, sobre todo, para las emergencias. También sirven para el resto del año cuando no hay emergencias; sirven para que la comunidad se reúna, hagan sus actividades, porque nosotros estamos utilizando el centro comunitario ya establecido…Nosotros lo que hacemos es que los acompañamos en el proceso de dar talleres para preparación”, expuso el activista.

Jóvenes puertorriqueños participan de actividades promovidas por la organización El Puente Puerto Rico. Foto: cortesía

El mes pasado, El Puente Williamsburg selló un paso trascendental en su compromiso con Puerto Rico al anunciar la compra del edificio que ocupaban desde el 2021 como sede de sus operaciones en el archipiélago.

La adquisición de la propiedad en el 54 de la Calle Robles, en Río Piedras (distrito comercial y residencial en San Juan), representa un espacio permanente para los líderes de la organización, miembros de la comunidad y otras entidades a nivel isla. La expectativa es que, en esta nueva fase, El Puente pueda ampliar su influencia y continar sirviendo de enlace para la colaboración entre los puertorriqueños en la isla y los de la diáspora.

Los fondos para la compra provinieron de una donación de la organización privada de MacKenzie Scott, “Yield Giving”, el año pasado.

El trabajo de El Puente Puerto Rico empezó en el 2013. Foto: cortesía

Un “refugio climático” en Río Piedras

Como parte de los esfuerzos, los administradores se han propuesto convertir la estructura de más de 9,000 pies cuadrados en un innovador Centro de Justicia Ambiental y Climática para ampliar la gestión educativa y desarrollar soluciones a los problemas climáticos del territorio.

Cintrón Moscoso reveló que, desde hacía unos dos años, ya habían entablado conversaciones oficiales para adquirir el edificio y transformarlo en lo que describió como un “refugio climático”, aunque desde la génesis del programa en Puerto Rico era esa la intención.

El programa de Puerto Rico empieza en el 2013 y fue parte del sueño del fundador de El Puente, Luis Garden Acosta de tener un programa en Puerto Rico. Así que, desde siempre, se buscó que tuviéramos un local, una sede, donde pudiésemos crecer el programa. Nosotros estuvimos alquilados por varios años en lo que se formaban y consolidaban los proyectos”, relató.

Debido a la pandemia por coronavirus en el 2020, los planes para adquirir la sede se vieron interrumpidos.

“Eso coincidió con la pandemia y detuvo todo lo que estábamos haciendo, y una vez salimos de la pandemia, cuando estábamos rentando el edificio que compramos, eso fue como hace dos años, le propusimos a los dueños del edificio si estaban dispuestos a venderlo. Ahí empezaron realmente las conversaciones”, añadió el entrevistado.

El portavoz argumentó que se busca que el Centro de Justicia Ambiental y Climática funcione como un espacio holístico que ofrezca servicios más allá de la temporada de huracanes.

“Esa es la intención; que nosotros utilicemos todo ese conocimiento para que sea sustentable; que haya recogido de agua, y también que sirva para organizar la comunidad en la preparación y en la respuesta a eventos de emergencias, y a otras situaciones del cambio climático, como el calor extremo, que en Puerto Rico rompimos récord el año pasado con 40 días de calor extremo”, detalló.

Esa idea está vinculada directamente a la perspectiva de justicia social que guía a la organización y que parte del entendido de que los retos climáticos inciden en otros problemas ciudadanos y viceversa.

“Nosotros tenemos una perspectiva de justicia climática, lo que significa que tomamos en cuenta todos esos otros problemas sociales y cómo se empeoran con la situación climática. Eso nos permite relacionarnos con organizaciones que trabajan otros temas y enlazar asuntos como el que mencionas de los desplazamientos que es uno central en el área de Río Piedras”, analizó.

En ese sentido, otra de las prioridades de los organizadores de El Puente es que el centro sirva para que comunidades fuera de Río Piedras puedan venir y compartir lo que están haciendo para adaptarse al cambio climático.

El Puente de Puerto Rico ayuda a niños y jóvenes a entender las implicaciones del cambio climático y el calentamiento global. Foto: cortesía

“Yo te diría que el casco (centro) de Río Piedras el espacio con mayores organizaciones de justicia social en Puerto Rico; están concentradas. Hay como 15 o 20, y muchas de ellas nos conocemos. Estamos empezando a articular trabajo juntos por Río Piedras…”, precisó.

Cintrón Moscoso relató que ya se han aliado previamente en campañas como “No te alarmes, organízate”, en respuesta a huracanes, lo que esperan hacer nuevamente este año.

Boricuas más conscientes del impacto del cambio climático

En esta gestión, El Puente apuesta al hecho de que los puertorriqueños cada vez están más conscientes de lo que significan fenómenos como el cambio climático.

Definitivamente, hay un antes y un después del huracán María. El huracán le abrió los ojos a la mayoría de la gente de lo que significaba el cambio climático. Yo creo que la gente está más consciente de que sí nos está afectando y cómo nos está afectando. Por ejemplo, el Departamento de Educación el año pasado lanzó una campaña para atender el tema del calor; eso no se había visto nunca antes. Así que las agencias están ya hablando sobre estos temas, y eso nos demuestra que, en efecto, el tema como tal se está discutiendo mucho más”, consideró.

Un “puente” para atajar el problema de gentrificación

Una alianza importante que ha entablado El Puente es con Junta Comunitaria del Casco Urbano de Río Piedras (JCCURP) para atajar, particularmente, el tema de la gentrificación.

La falta de capacidad del gobierno para adaptarse al calentamiento global provoca que, cada vez que hay una emergencia, las condiciones sociales empeoren. Al empeorar las condiciones sociales, el modelo del gobierno ha sido que para reconstruir eso, hay que vender eso, y que sea la inversión extranjera la que se encargue de arreglar los daños que están siendo causados por le daño climático. Eso lo que provoca es un encarecimiento brutal de la vida en Puerto Rico, pero también el desplazamiento, porque la gente que tiene mucho dinero empieza a comprar edificios que han sido abandonados por el Estado y empiezan a subirle el costo a la renta; los negocios que se empiezan a instalar son distintos; uno no puede comprarlos…”, planteó.

A juicio del líder comunitario, lo anterior a su vez se ha traducido en el desplazamiento cultural.

“Río Piedras ha sido importante en tratar de resistir eso; hacer actividades como mercados los fines de semana en los que se realza la cultura puertorriqueña y se invita a participar a gente de Río Piedras y fuera a vivir la experiencia de Río Piedras”, añadió.

Los resultados de una investigación de abogados del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) divulgados a principios del 2023 arrojó que, en el tramo entre la plaza de La Convalecencia y la avenida Gándara, había nueve propiedades ocupadas, supuestamente, por beneficiarios de la Ley 22 o Ley para Incentivar el Traslado de Individuos Inversionistas a Puerto Rico bajo la que se le exime a extranjeros que se relocalizan en la isla del pago de ciertos impuestos.

Otros reportes, como uno del año previo del Centro de Periodismo Investigativo (CPI), llegó a conclusiones similares al señalar que el alcance de la referida ley, sumado a la la proliferación de alquileres a corto plazo, la escasa construcción de vivienda de interés social y la flexibilidad laboral resultado de la respuesta al COVID-19 provocaron un disloque en el mercado de bienes raíces en la isla que afecta principalmente a los locales menos privilegiados económicamente y les impiden competir en igualdad de condiciones.

Para Cintrón Moscoso, no saber quién compra edificios en cadena en la zona y para qué, es parte del problema que tratan de dilucidar con la JCCURP.

Uno de los problemas más grande es que no sabemos quiénes son los dueños (de edificios y propiedades compradas). Hay unas compras de edificios, pero sabemos que los edificios no están en venta, pero no se sabe quiénes son los dueños de los edificios. Algunos están como compañías LLC que no sabemos quiénes son los dueños detrás de ellas”, agregó.

En esta coyuntura, la visión de El Puente junto a las organizaciones con las que colaboran es que
quiénes viven y trabajan en Río Piedras deben tener prioridad en el alquiler y adquisición de propiedades.

“Parte de la premisa de la historia de ciudad universitaria, que se ha ido perdiendo por los ataques a la Universidad (de Puerto Rico, recinto de Río Piedras) y los recortes al presupuesto. Es una visión que trata de atemperar la historia de Río Piedras como un gran centro urbano y los problemas actuales de la especulación, del desamparo de las calles, del recogido de basura, de las necesidades básicas que tienen los residentes que viven allí”, abundó.

En este debate, la lucha contra el discrimen y racismo hacia la zona por ser centro de comunidades migrantes como la dominicana forma parte de la agenda.

“Hay otra cosa que también nos preocupa mucho y es la perspectiva racista en la mirada que se le da a Río Piedras, porque la población migrante en esa zona ha aumentado, y nos preocupa que se convierta en el blanco de los ataques relacionados con gentrificación, porque están vistos como menos, que no contribuyen a la sociedad…”, argumentó.

Historia de El Puente en Puerto Rico

Las labores de El Puente en Puerto Rico empezaron a través de Enlace Latino de Acción Climática (ELAC).

Enlace Latino de Acción Climática fue la idea inicial que le dio forma a El Puente en Puerto Rico, y la idea era crear un enlace en distintos sitios en Estados Unidos, además de Brooklyn, para que los latinos tuvieran una voz y un programa desde donde trabajar con este tema. Con esa idea es que Luis Garden Acosta llega a Puerto Rico y hace la reunión. El programa de Puerto Rico es el primero de esos enlaces que nos gustaría que hubiesen en otras partes”, afirmó.

El Puente fue fundado en 1982 como un movimiento para combatir la violencia juvenil a través del desarrollo de liderazgo y la organización comunitaria.

Garden Acosta, de origen boricua y dominicano, formó parte del Partido Young Lords, movimiento que exigía mejoras a las condiciones de vivienda de hispanos y negros en Estados Unidos y reclamaba sus derechos civiles.

Con la fundación de El Puente, Garden Acosta buscaba, entre otras cosas, responder al incremento en muertes de jóvenes por la guerra de pandillas en el vecindario de Williamsburg.

La llegada de El Puente a Puerto Rico se dio en la coyuntura del impacto del huracán Sandy en Nueva York, y la intención de establecer vínculos enfocados en la discusión de temas climáticos.

Nosotros somos un programa de El Puente NY, así que nos dejamos llevar por los mismos principios. Estamos centrados en la defensa de los derechos humanos y en el trabajo comunitario como eje de los programas…La diferencia central es que, cuando se formó el programa en Puerto Rico, fue después del huracán Sandy en NY, y eso abrió una perspectiva nueva a cómo entender el impacto del calentamiento global. Entonces, cuando se abre en Puerto Rico, el tema del calentamiento global fue clave para poder conectar la realidad de la diáspora con la realidad de la isla. Yo creo que eso fue como la motivación para poder enfocarse en ese tema en particular”, explicó el representante.

Sobre las similitudes con los trabajos que la entidad realiza en Brooklyn, Cintrón Moscoso mencionó que en ambas sedes se trabaja principalmente con jóvenes.

“El programa de nosotros (en Puerto Rico), igual trabaja con jóvenes; trabajamos política pública; enlace comunitario y redes comunitarias, pero nos enfocamos en el tema de cambio climático, sobre todo en la ley de fiscalización del cambio Climático que tiene Puerto Rico que es la ley 33 de 2019 (Ley de Mitigación, Adaptación y Resiliencia al Cambio Climático de Puerto Rico). Ese es uno quizás de los aspectos más específicos. Nuestro trabajo sí está contextualizado en las dinámicas diarias y cotidianas de Puerto Rico y de Río Piedras en particular que es donde estamos”, comparó.

La Caminata Puerto Rico ante el Cambio Climático, que el año pasado se realizó por sexta ocasión, es uno de los eventos cumbre de la organización en la isla.

En la reciente edición más de 1,000 personas acudieron, según los cálculos del vocero.

Para poder continuar ofreciendo servicios en la isla, El Puente inició la campaña “Raíces para el Futuro” bajo la que se busca recaudar fondos para renovaciones al edificio en Río Piedras, así como proyectos de infraestructura verde y el desarrollo de instalaciones sostenibles. Para apoyar la campaña, puede visitar http://www.elpuente.org/raices.

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