Las 10 localidades con la peor calidad del aire en el estado de Nueva York
Informe revela que 10 localidades superan los niveles seguros de contaminación del aire, Glen Falls registra la peor calidad

El problema de la contaminación atmosférica no es un problema exclusivo de la ciudad de Nueva York. Crédito: Mary Altaffer | AP
El reciente informe publicado por IQAir, reconocida organización suiza especializada en tecnología del aire, ha encendido las alarmas sobre la calidad del aire en múltiples localidades del estado de Nueva York.
Los datos, recopilados durante el año 2024, revelan que numerosas áreas del estado están experimentando niveles preocupantes de contaminación atmosférica, superando significativamente los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Dicha información fue recopilada mediante una extensa red de más de 40,000 estaciones de monitoreo de calidad del aire distribuidas en 8,954 ubicaciones de 138 países, territorios y regiones de todo el mundo.
Este amplio alcance permite no solo identificar las áreas problemáticas en Nueva York, sino también contextualizar la situación del estado dentro de un panorama global de contaminación atmosférica. Los científicos especializados en calidad del aire de IQAir analizaron meticulosamente los datos obtenidos para generar este completo informe.
10 localidades con mala calidad del aire en Nueva York
El estudio realizado por IQAir identificó las siguientes localidades con los niveles más altos de contaminación por PM2.5 (material particulado fino) en el estado de Nueva York:
1) Glen Falls (Condado de Warren): Registró un nivel de PM2.5 de 8 microgramos por metro cúbico, siendo la localidad más contaminada del estado.
2) Saratoga Springs: Presenta un nivel de PM2.5 de 7.9, muy cerca del máximo registrado.
3) Oakwood (Staten Island): Con un nivel de PM2.5 de 7.7, se posiciona como el tercer lugar más contaminado.
4) Nueva York (ciudad): La metrópolis más poblada del estado registra un nivel de PM2.5 de 7.5.
5) Penn Yann (Condado de Yates): Iguala a la ciudad de Nueva York con un nivel de PM2.5 de 7.5.
6) Albion (Condado de Orleans): Presenta un nivel de PM2.5 de 7.4.
7) Horseheads (Condado de Chemung): También registra un nivel de PM2.5 de 7.4.
8) Cheektowaga (Condado de Erie): Con un nivel de PM2.5 de 7.2.
9) Putnam Lake (Condado de Putnam): Igualmente con un nivel de PM2.5 de 7.2.
10) Uniondale (Condado de Nassau, Long Island): Cierra la lista con un nivel de PM2.5 de 7.2.

¿Qué significa PM2.5 y por qué es peligroso?
El PM2.5 es uno de los contaminantes atmosféricos más peligrosos debido a su tamaño microscópico. Estas partículas, con un diámetro inferior a 2.5 micras, son especialmente nocivas porque pueden penetrar profundamente en los pulmones e incluso ingresar al torrente sanguíneo. La exposición prolongada a niveles elevados de PM2.5 se ha relacionado con diversas enfermedades respiratorias, cardiovasculares y otros problemas de salud graves.
Según los estándares establecidos por la OMS, la concentración media anual de PM2.5 no debería superar los 5 microgramos por metro cúbico de aire. Sin embargo, todas las localidades mencionadas en el informe exceden este límite, lo que representa un riesgo significativo para la salud de sus habitantes.
Un problema que trasciende las zonas urbanas
Un aspecto destacable del informe es la distribución geográfica de los puntos críticos de contaminación. Contrario a la creencia común de que la contaminación del aire es primordialmente un problema urbano, los datos revelan que tanto áreas metropolitanas como zonas menos densamente pobladas enfrentan desafíos significativos en términos de calidad del aire.
La presencia de localidades como Glen Falls, Saratoga Springs y Penn Yann en la lista demuestra que la contaminación atmosférica no se limita a los grandes centros urbanos como la ciudad de Nueva York, sino que afecta a comunidades de diversos tamaños y características socioeconómicas en todo el estado.
Implicaciones para la salud pública y políticas ambientales
Los hallazgos del informe de IQAir plantean importantes interrogantes sobre la efectividad de las políticas actuales de control de la contaminación en el estado de Nueva York. Frente a la evidencia de que numerosas localidades superan los límites recomendados, resulta imperativo que las autoridades estatales y locales revisen y fortalezcan sus estrategias de mitigación.
Las consecuencias para la salud pública son significativas. Estudios epidemiológicos han demostrado que incluso pequeños incrementos en la exposición a PM2.5 pueden aumentar el riesgo de mortalidad prematura. Además, los grupos vulnerables como niños, ancianos y personas con condiciones respiratorias o cardiovasculares preexistentes son particularmente susceptibles a los efectos nocivos de la contaminación atmosférica.
Este informe debe servir como catalizador para un debate más amplio sobre la calidad del aire en Nueva York y las acciones necesarias para mejorarla. La transición hacia energías más limpias, la implementación de regulaciones más estrictas para las emisiones industriales y vehiculares, y la promoción de opciones de transporte público y movilidad sostenible son algunas de las estrategias que podrían contribuir a revertir esta preocupante tendencia.
Los ciudadanos también pueden desempeñar un papel activo mediante la adopción de hábitos más sostenibles y ejerciendo presión sobre sus representantes políticos para que prioricen la calidad del aire como un aspecto fundamental de la salud pública y el bienestar comunitario.
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