Nuestro futuro debe ser hacia adelante, pa’lante, juntos

La próxima ola de líderes de la ciudad debería dar un paso audaz: invertir en el futuro de la energía solar de Puerto Rico

Nueva York y Puerto Rico tienen una conexión especial.

Nueva York y Puerto Rico tienen una conexión especial. Crédito: AP

Cuando Puerto Rico sufrió otro apagón en toda la isla hace unos días, una mujer tuvo que recurrir a la amabilidad de un supermercado local con un generador para poder utilizar su respirador. 

Esto parece inimaginable en la ciudad de Nueva York. Aquí vivimos 700,000 puertorriqueños, generaciones de personas que han impulsado políticas y reformas históricas, han dado forma a innumerables instituciones, incluida la Corte Suprema, y sostienen nuestros vecindarios, nuestra fuerza laboral y nuestros corredores comerciales. En Puerto Rico, donde se han trasladado algunos jubilados neoyorquinos, el fallo de la red sigue siendo una crisis. 

Cuando se va la luz, como suele ocurrir, el agua deja de salir de los grifos, los alimentos refrigerados de las casas y los pequeños comercios se echan a perder, los pacientes corren peligro y las llamadas a los teléfonos de salud mental se disparan. Vimos lo peor de lo que ocurre cuando miles de puertorriqueños murieron durante el apagón sin precedentes que siguió a los huracanes María e Irma en 2017.

Como neoyorquinos, siempre hemos creído que nuestro dinero debe trabajar por nuestros valores. No se trata de un eslogan para sentirse bien – sino de un principio que debe guiar todas las inversiones, especialmente cuando hablamos de los casi $285 mil millones de dólares en activos gestionados por los fondos de pensiones de nuestra ciudad.

Por eso, la próxima ola de líderes de la ciudad debería dar un paso audaz: invertir en el futuro de la energía solar de Puerto Rico. 

Desde la energía solar en los tejados, las  microrredes solares sostenibles y el almacenamiento en baterías, hasta otras energías limpias y renovables, el pueblo puertorriqueño sigue insistiendo en un nuevo camino, en lugar de una red rota, combustibles sucios que emiten carbono y corporaciones de mala fe que amontonan subidas de las tarifas eléctricas de ocho en ocho a familias con dificultades.

Entendemos esa visión. Es por eso que los fondos de pensiones de nuestra ciudad invierten en proyectos de infraestructura verde en todo el país y aquí mismo en la ciudad. Hemos financiado parques eólicos en el Medio Oeste y proyectos solares en el Bronx. Así que invertir en Puerto Rico no es nada descabellado cuando ha quedado tan clara y dolorosamente que, ya sea por el huracán Sandy o por el huracán María, todos somos vulnerables al cambio climático y debemos actuar juntos por la resiliencia. 

Hay más medidas que podemos, y debemos, tomar por el bienestar de Puerto Rico y Nueva York.

Ciudades como la nuestra están perdiendo ingresos a medida que una oleada de ricos se aprovecha de una laguna fiscal, conocida como Ley 22, para eludir el pago de plusvalías y otros impuestos. Al trasladarse a Puerto Rico a tiempo parcial y cumplir otros requisitos mínimos, estos millonarios eluden el pago de impuestos en sus ciudades y estados de origen, así como al gobierno estadounidense. 

Puerto Rico se ha visto asediado por estos evasores fiscales ultrarricos, uno de los cuales acaba de ser acusado recientemente de utilizar fraudulentamente esta exención fiscal para evadir impuestos sobre plusvalías por 80 millones de dólares. Las congresistas estadounidenses Nydia Velázquez y Alexandria Ocasio-Cortez lideraron un esfuerzo para que el IRS determinara el alcance del incumplimiento de la Ley 22.

No se sabe cuántos ingresos ha perdido y sigue perdiendo nuestra ciudad. Por eso, el próximo interventor debe emprender un estudio para evaluar el perjuicio de esta maniobra tanto para los neoyorquinos como para los puertorriqueños y tomar las medidas oportunas.  

Incluso con todos los retos hostiles que tenemos ante nosotros, debemos avanzar en la misma dirección, con el poder que tenemos y el que podemos crear. Nuestra ciudad debe proteger los servicios esenciales que los ingresos fiscales ayudan a cubrir. Debemos invertir nuestros recursos en beneficio de las familias trabajadoras, no de los individuos que eluden impuestos. Nuestro sistema de pensiones, las familias de los neoyorquinos y sus amigos de la isla, y nuestro planeta estarán mejor si seguimos centrados en un rumbo que mire más allá del presente para salvar nuestro futuro.

Nuestro futuro debe ser hacia adelante, pa’lante, juntos. 

Justin Brannan es concejal y candidato a Contralor de NYC, y Erica González Martínez es Directora  de la Coalición Power4PuertoRico 

*Nótese que esto no representa ningún respaldo

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