Qué pasa con el número de Seguro Social de alguien que fallece
El Seguro Social tiene que tomar algunas medidas con el número de una persona fallecida para evitar que se hagan fraudes de robo de identidad

El número nunca vuelve a ser asignado a otra persona, algo que ha sido política oficial desde la creación del sistema en 1936. Crédito: Pauras | Shutterstock
Cuando una persona muere en Estados Unidos, su número de Seguro Social (SSN, por sus siglas en inglés) no se reasigna ni se recicla.
En su lugar, queda inactivo y es marcado oficialmente como perteneciente a una persona fallecida, lo que ayuda a prevenir fraudes de identidad y a mantener actualizados los registros del gobierno y de instituciones financieras.
El destino del número tras el fallecimiento
La Administración del Seguro Social (SSA) se encarga de registrar los números de Seguro Social de personas fallecidas en una base de datos conocida como el Death Master File (DMF).
Este archivo, actualizado semanalmente con información de familiares, funerarias y agencias estatales, es consultado por agencias federales como el IRS y Medicare, así como por bancos y compañías de seguros, para evitar el uso indebido de esos números.
El número nunca vuelve a ser asignado a otra persona, algo que ha sido política oficial desde la creación del sistema en 1936.
Actualmente existen más de mil millones de combinaciones posibles, lo cual permite continuar emitiendo números únicos sin necesidad de reciclaje.
Protegiendo la identidad del fallecido
A pesar de estos controles, los fraudes por robo de identidad post mortem, conocidos como ‘ghosting’, siguen siendo una amenaza real.
En 2022, el FBI reportó 27,922 víctimas de robo de identidad, y solo en 2023, California registró 119,929 casos ante la Comisión Federal de Comercio (FTC).
Por ello, es fundamental que la familia notifique el fallecimiento a:
-Las tres principales agencias de crédito: Experian, Equifax y TransUnion, solicitando una alerta de fallecimiento en el historial crediticio.
-Instituciones financieras donde el fallecido tenía cuentas o inversiones.
-La SSA, presentando un certificado de defunción, para actualizar el DMF.
Además, se recomienda evitar incluir detalles personales como fecha de nacimiento o dirección en los obituarios públicos, con el fin de minimizar las oportunidades de fraude.
Medidas adicionales de protección
Si se detecta actividad sospechosa en el historial crediticio del fallecido, los familiares pueden presentar un reporte de robo de identidad a través del sitio oficial identitytheft.gov, el cual permite iniciar procesos de reclamación y bloquear futuros usos indebidos del SSN.
La vigilancia del crédito del fallecido debe mantenerse incluso meses o años después del deceso, ya que los estafadores suelen aprovechar registros que no han sido debidamente actualizados.
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