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Miles de colombianos celebraron con orgullo las fiestas patrias en Queens

Con música, sabor y tradición, el festejo tuvo lugar en el Museo de la Ciencia, donde reafirmaron su identidad y unidad en el corazón de Nueva York.

Los colombianos celebraron en un ambiente de unidad.

Los colombianos celebraron en un ambiente de unidad. Crédito: Jenny Saavedra | Impremedia

A pesar del clima de incertidumbre que se vive actualmente, cientos de colombianos se dieron cita este domingo en el Museo de Ciencia de Nueva York para celebrar el Festival Independencia Orgullo Colombiano (FIOC 2025). Con camisetas tricolor, banderas ondeando al viento y una energía contagiosa, la comunidad respondió masivamente a esta edición especialmente vibrante: este año, el 20 de julio —fecha oficial del grito de independencia— coincidió con un domingo, lo que potenció la emoción, el arraigo y el sentido patriótico.

Gastronomía, artesanía, música y tradición se entrelazaron para rendir homenaje a Colombia y reafirmar el orgullo de ser parte de una comunidad viva, resiliente y luchadora.

Bajo el lema “Magia y Color”, la edición 2025 del festival se distinguió por una propuesta visual que conectó los símbolos de Colombia con una estética renovada y festiva. El ícono central del evento, un sombrero vueltiao transformado en un sombrero de mago del que emergen mariposas, flores y aves autóctonas, simbolizó la riqueza natural, cultural y artística de Colombia. Este diseño evocó la capacidad de transformación, alegría y creatividad de un país que, aún lejos de casa, sigue brillando con fuerza.

Uno de los momentos más simbólicos del festival fue la entrega de una proclamación oficial por parte de la asambleísta Catalina Cruz, que declara el 20 de julio como el Día de la Independencia de Colombia en el Estado de Nueva York. El anuncio fue recibido con aplausos y profunda emoción por parte de los asistentes, quienes vieron en este gesto un reconocimiento al legado, la presencia y el aporte de la comunidad colombiana en los ámbitos sociales, culturales y económicos del estado. 

Este año, con el orgullo tricolor brillando en su máxima expresión, el Festival Independencia Orgullo Colombiano se vivió como una reafirmación de identidad. Más que una celebración, fue el reflejo del esfuerzo colectivo de una comunidad que no olvida sus raíces; así lo expresó su fundadora, Alexandra Aristizábal, quien recordó cómo surgió esta iniciativa hace más de una década y cómo ha evolucionado hasta convertirse en el evento emblemático que hoy convoca a miles de colombianos en Queens.

Familias enteras motivan a las nuevas generaciones a conservar el orgullo de sus países de origen, en este caso Colombia.
Crédito: Jenny Saavedra | Impremedia

“El festival nació del deseo profundo de volver a ver el amarillo, azul y rojo ondeando con fuerza en Nueva York”, recordó Aristizábal. “Comenzamos en 2012 en el Eisenhower Park de Long Island, con muy poco tiempo de preparación, pero con muchas ganas de crear un espacio para honrar nuestras raíces. Con los años, nos dimos cuenta de que necesitábamos estar más cerca de nuestra comunidad en el área triestatal, por eso en 2019 decidimos trasladarlo a Queens”.

Así la fundadora explicó que la elección del Museo de Ciencia, en Flushing Meadows-Corona Park, fue una decisión deliberada y cargada de significado. 

“Aquí hay mejor acceso en transporte, más espacio para la gastronomía y, sobre todo, seguridad para nuestra gente. Este no es solo un evento festivo, es una manifestación de orgullo, una lección viva de raíces para las nuevas generaciones”, añadió mientras recorría el recinto entre saludos, banderas y abrazos de asistentes.

Como en cada ocasión que la comunidad se reúne para celebrar su cultura y exaltar sus raíces, El Diario, el campeón de los hispanos, estuvo presente acompañando a los colombianos. Fiel a su compromiso de dar voz y visibilidad a las historias de los inmigrantes, en el evento cubriendo cada detalle del festival, como lo ha hecho por generaciones con las comunidades que construyen día a día el alma vibrante de Nueva York.

El Diario también estuvo presente en la celebración de los colombianos.
Crédito: Jenny Saavedra | Impremedia

“Este tipo de eventos nos permite amplificar las voces de las comunidades hispanohablantes que son la espina dorsal de una ciudad tan importante como Nueva York. Hoy nos llena de orgullo poder levantar la bandera de nuestros hermanos colombianos”, indicó Ingrid Jiménez, gerente de mercadeo de El Diario.

“Siempre estamos acompañando a nuestra comunidad hispana, hoy especialmente a los colombianos que están celebrando su independencia y que han hecho parte primordial de nuestro periódico”, agregó Frank Castro, colaborador del equipo de mercadeo de este rotativo. 

Mientras transcurría la tarde, el ambiente se llenó de música, sabor y emoción. Las familias se reunían alrededor de los puestos de comida típica, los niños ondeaban banderas y los adultos cantaban con orgullo el himno nacional. El olor a empanadas, arepas, lechona y obleas se mezclaba con los sonidos de la música folclórica y los aplausos entusiastas del público.

Momento emotivo

Uno de los momentos más conmovedores fue precisamente cuando sonó el himno nacional de Colombia. Cientos de voces se unieron en un solo canto, con la mano en el corazón, lágrimas en los ojos y banderas en alto. Fue un instante de profunda conexión emocional que traspasó generaciones y fronteras.

“Esto no es solo una fiesta, es como volver por un día a mi tierra. Escuchar la música, ver la bandera, compartir con otros colombianos… me llena el alma, yo siempre les he enseñado a mis hijos el amor por nuestro país, así ellos hayan nacido acá tienen que sentirse orgullosos de nuestra tierra”, expresó Luis Ramírez, quien asistió con su madre y sus dos hijos por primera vez al festival.

Durante la jornada, varios funcionarios de la ciudad se unieron a la celebración, entre ellos Ydanis Rodríguez, comisionado del Departamento de Transporte, y Jeffrey García, director ejecutivo de la Oficina de Vida Nocturna. También participaron figuras electas de origen colombiano, como la asambleísta Cruz, quien agradeció la invitación y compartió con la comunidad con entusiasmo, y la senadora Nathalia Fernández, cuyo respaldo reafirma el compromiso de líderes con raíces colombianas hacia su comunidad en Nueva York.

“Cada vez que celebramos juntos, reafirmamos quiénes somos y de dónde venimos. Este año es más significativo que algún otro, porque tenemos una administración federal que está empeñada en borrar nuestra existencia, estamos viendo que la gente está saliendo, pasándola bien, celebrando y no han conseguido amargarnos ni meternos miedo. Estamos reunidos todos en familia de una forma sana, segura y alegre como nos caracteriza a los colombianos, y con ese amor que compartimos como inmigrantes”, expresó Cruz

A pesar del clima de incertidumbre migratoria que vive la comunidad, la asistencia fue masiva y la alegría se desbordaba en cada rincón del recinto. Lejos de paralizarse por el temor, los colombianos respondieron con unidad, color y orgullo. El 20 de julio se convirtió en un día para alzar la voz, celebrar la identidad y reafirmar que, incluso en tiempos difíciles, la cultura y el sentido de pertenencia siguen siendo una fuerza imparable.

“No podemos dejar que el miedo nos paralice. Lo vivimos en 2019 y lo estamos viviendo ahora, pero nuestra comunidad siempre responde con fuerza. Este país también es nuestro, porque hemos aportado con trabajo, esfuerzo y alegría. Hoy, más que nunca, debemos mantenernos unidos y visibles”, afirmó Aristizábal con firmeza.

Orquesta Guayacán se roba el show

Mientras se acercaba la noche, la energía alcanzó su punto más alto cuando la Orquesta Guayacán subió al escenario. Con sus éxitos inconfundibles y una puesta en escena vibrante, la agrupación colombiana hizo bailar a todos los presentes, que coreaban cada canción con entusiasmo desbordante. La emoción fue aún mayor al recordar que esa misma semana, la Ciudad de Nueva York rindió homenaje a su legado musical al nombrar una calle en Manhattan como “Orquesta Guayacán Way”, justo en la emblemática Avenida de las Américas.

“Ver a Guayacán aquí, después de tantos años escucharlos desde lejos, es un sueño hecho realidad. Y saber que ahora tienen una calle con su nombre en Nueva York me llena de orgullo, hoy no solo celebramos a Colombia, celebramos nuestra historia y todo lo que hemos logrado como comunidad”, expresó entre lágrimas de emoción Lina Ríos, una inmigrante caleña que asistió al festival con su familia.

Con el ánimo aún encendido y los corazones latiendo al ritmo de la música, el festival llegó a su fin dejando tras de sí una estampa imborrable de orgullo colombiano en Nueva York. Más que un evento, fue una declaración de identidad, una jornada donde la cultura, la familia y la esperanza se abrazaron con fuerza bajo los colores de la patria.

“Este festival es la prueba de que cuando los colombianos nos unimos, no hay límites. Lo que comenzó como un sueño, hoy es una plataforma de cultura, identidad y esperanza para miles. Y mientras tengamos amor por lo nuestro, siempre habrá motivos para celebrar”, concluyó Aristizábal.

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