“Contra la ley quieren sembrar transgénicos en México”
Activistas acusan a empresas, entre ellas Monsanto de utilizar medidas dilatorias para salir avantes en la producción de maíz genéticamente modificado
MÉXICO.- La colectividad que interpuso la demanda legal en contra del maíz transgénico en México acusó a las trasnacionales Dow, Dupont, Pioner y Monsanto de utilizar medidas dilatorias para posponer el juicio y lograr previamente que se quite la medida precautoria que impide la siembra de semillas genéticamente modificadas.
“Ellos quieren lograr la siembra durante todo el tiempo que dure el juicio y eso generaría un daño irreversible para la salud y la independencia alimentaria”, dijo Adelita San Vicente, representante de la colectividad que integra a científicos, defensores de derechos humanos, abogados, artistas y campesinos que hace tres años y medio logró que se suspendieron los permisos de siembra.
Desde entonces, los abogados de las trasnacionales interesadas han pujado por eliminar la restricción y prolongar el juicio formal.
En uno de sus últimos intentos buscó que fuera la Suprema Corte de Justicia la que decidiera sobre la suspensión, pero ésta desistió y pasó el juicio a un tribunal colegiado donde actualmente se encuentra y está por decidir el futuro del maíz en México: si se contamina de organismos genéticamente modificados o no.
El abogado Nestor López dijo en conferencia de prensa que en el expediente del tribunal quedó documentado que las compañías cambian sus argumentos, los tiempos de impugnación, lo que confiesan y manipulan la ley misma.
“El 5 de abril de 2016 para lograr que un tribunal de amparo levantara la suspensión de cultivar transgénicos de maíz, Monsanto aseguró que la ley autorizó la siembra y mantener la suspensión era derogar o inaplicar la ley, lo cual es falso”.
Este diario intentó localizar a las empresas involucradas en la demanda de la Colectividad pero hasta el momento no ha tenido respuesta.
La principales preocupaciones de la colectividad se fundamentan en estudios científicos en ratas alimentadas con organismos genéticamente modificados que presentaron disminución de la longevidad y aumento de tumores cancerosos. “Esto es inaceptable para la salud pública”, advirtió Catherine Manelle, de GEA.
Otro asunto es la autosuficiencia alimentaria. Dado que México es la cuna del maíz, donde nacieron todas las variedades: si se llegan a contaminar dependería de los tipos manipulados por las empresas. “Perderíamos la autosuficiencia alimentaria”, advirtió Emiliano Juárez, del Grupo Campesino Vicente Guerrero, de Tlaxcala.
“Con el maíz nativo todavía garantizamos la biodiversidad gracias al sistema milpa en el que se intercalan cultivos de frijol, haba, calabaza que atrae a insectos como chapulines que forman parte del sistema alimentario milpa”.
Antonio Turrent, de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad hizo un llamado al gobierno de México a empujar por la independencia del maíz y establecer programas que poco a poco sustituyan la importación anual de 11 millones de toneladas de maíz amarillo que se utiliza principalmente para ganado.
“Tenemos tierras, tenemos agua, sólo hace falta voluntad y tener claro que no necesitamos los transgénicos”.