¿Arrepentida? ¡Jamás!

La vida es muy corta para desperdiciarla, siempre lo hemos escuchado

Lo hemos escuchado una y otra vez; tanto que se ha vuelto hasta aburrido escucharlo de nuevo: la vida es muy corta para desperdiciarla. ¿Correcto?
Teniendo esto en cuenta y siendo extremadamente conscientes de los límites que tenemos en cuanto a tiempo en este mundo, los seres humanos nos empecinamos en, como dicen por ahí, ‘ahogarnos en un vaso de agua’.

Hace unos días, escuchaba una entrevista que alguien le hizo a una enfermera que trabaja en un centro de cuidado para personas mayores. El reportero le preguntó que cuál sería la lección mas importante que ha aprendido en los años que lleva trabajando y lidiando día a día con personas que están en la última etapa de vida.

Su respuesta me dejó perpleja, ya que confesó que gran parte de las personas se arrepentían de no haber hecho lo que habían deseado en su vida.

Me di a la tarea de preguntarle a algunos de mis amigos y conocidos mayores, y estos fueron los tres puntos en que más enfatizaron:

1.Haber comido mejor:

Mi madre siempre me regaña cuando me ve tratando de ahorrar dinero y lo primero que se da cuenta es que como ella dice ‘sacrifico lo que voy a comer’.
Es decir, a la hora de querer gastar menos, te comes algo en un restaurante de comida rápida y te gastas 5 dólares. Ella siempre dice que siempre y cuando se pueda, nunca deberíamos arriesgar la calidad de nuestra comida por ahorrar.

Para ella, y encuentro que tiene mucha razón, es preferible comprarse una camiseta más barata, pero llevarle al estómago un bocado de comida saludable.  Nunca te arrepentirás de haber comido bien.

2.Haber confesado un amor secreto:

Levante la mano quien no pueda contar que algún día tuvo un amor ‘secreto’ y por miedo a ser rechazado por la otra persona o simplemente por el ‘qué dirán’, nunca se atrevió a acercarse a él o ella y demostrarle sus sentimientos. Si no lo expresas, nunca sabrás a ciencia cierta si ese amor era correspondido o no. El ‘no’ ya lo tienes enfrente, pero, ¿qué tal si hubiese sido un si?

3.Haber vivido una vida falsa:

Es precisamente ese miedo a la opinión de amigos, familiares o peor aún, desconocidos, que nos lleva a cometer el error más grande de nuestras vidas y no ser como queremos ser, decir lo que queremos decir y actuar como consideramos es correcto.
Si estos casos se daban antes, ¿imagínate ahora con la presión que han puesto en nuestras vidas las redes sociales?

Amigos, hasta donde sabemos, solamente tenemos una vida. Los invito a vivir sin remordimientos, pero eso si, con el alma y la conciencia siempre limpia.

Espero sus comentarios,

@CarolinaSarassa
http://www.CarolinaSarassa.com

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