Cámara de Representantes aprueba el plan fiscal de Trump
La iniciativa será enviada al Senado para su votación esta noche
WASHINGTON- En lo que los republicanos vendieron como la mayor reforma fiscal en tres décadas, la Cámara de Representantes dio este martes una importante victoria legislativa a la Casa Blanca al aprobar un masivo plan de recortes de impuestos por $1,5 billones, pese a que no contó con el apoyo de los demócratas ni tiene el respaldo de la opinión pública.
La medida, aprobada con 227 votos a favor y 203 en contra, fue enviada de inmediato al Senado, donde será sometida a voto esta noche.
Pero la medida sufrió una traba de último minuto, después de que el parlamentario del Senado determinara que ciertas cláusulas del plan violan los reglamentos de la legislación. Una vez que el Senado apruebe el plan, éste regresará al pleno de la Cámara Baja para su votación definitiva mañana miércoles.
Sólo 12 republicanos de la Cámara Baja, casi todos de California, Nueva York y Nueva Jersey, se sumaron a la columna de demócratas que, de forma unánime, votaron en contra del plan.
Si se aprueba en el Senado, como está previsto, el Congreso le daría al presidente Donald Trump su primera victoria legislativa significativa este año como “obsequio navideño”.
Ansioso de un gran triunfo legislativo en su primer año de mandato, tras varias derrotas y controversias políticas, Trump felicitó a los republicanos desde su cuenta en Twitter, y, según su portavoz, Sarah Sanders, prevé firmar la legislación tan pronto como mañana en una ceremonia especial en la Casa Blanca.
Congratulations to Paul Ryan, Kevin McCarthy, Kevin Brady, Steve Scalise, Cathy McMorris Rodgers and all great House Republicans who voted in favor of cutting your taxes!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) December 19, 2017
Durante su acostumbrada rueda de prensa, Sanders evadió preguntas sobre los beneficios financieros que obtendrá Trump del plan, o por qué, pese a los logros que destaca la Casa Blanca, su popularidad sigue en declive.
La reforma es un plan de ensueño que venían elaborando desde hace años los principales líderes republicanos del Congreso, Paul Ryan y Mitch McConnell, y que ahora harán realidad con un aliado en la Casa Blanca.
House Speaker Paul Ryan speaks after the House passes the GOP tax bill: “This is profound change, and this is change that is going to put our country back on the right path” https://t.co/SUYutwqp7N
— CNN Politics (@CNNPolitics) December 19, 2017
Ryan y el resto del liderazgo republicano aseguran que el plan incentivará la creación de empleos, fortalecerá el crecimiento económico, y abultará los salarios de los contribuyentes.
La mayoría de las encuestas, sin embargo, pinta una realidad distinta: buena parte de los estadounidenses se opone al plan, y los demócratas han dejado en claro que lo usarán como arma política en los comicios de 2018 para recuperar el control del Congreso.
Entre sus principales elementos, el plan fiscal reforma el código tributario; recorta la tasa impositiva para las corporaciones del 35% al 21%; recorta impuestos para individuos; duplica la deducción estándar; elimina las exenciones personales, y elimina la exigencia de comprar seguro médico que establece “Obamacare”.
También limite las deducciones de impuestos locales y estatales, y hace permanentes la mayoría de los recortes de impuestos para las grandes corporaciones, pero los deja vencer para las familias a finales de 2025. Para el 80% de los individuos, el recorte promedio sería de $2,100, pero el monto depende del rango salarial, según un análisis del “Tax Policy Center”.
Además, elimina el Crédito Tributario por Hijos (CTC) para alrededor de un millón de menores que carecen de un número de Seguro Social, aún si sus padres declaran impuestos con un Número Individual de Identificación de Impuestos (ITIN, en inglés). Mientras, millones de familias de bajos ingresos recibirían apenas un crédito promedio de $75 dentro del CTC, según un análisis del Centro para Prioridades Presupuestarias y Políticas (CBPP).
En el Senado, los republicanos cuentan con suficientes votos para aprobarlo aún con la ausencia del senador John McCain, por motivos de salud. Eso se debe a que los republicanos hicieron ajustes en la versión final para asegurar el “sí” de senadores escépticos, entre ellos Susan Collins y Bob Corker, pese a que el plan es impopular en sus respectivos estados de Maine y Tennessee.
Corker, que votó en contra de la versión original por considerarla una irresponsabilidad fiscal, niega que su voto fue “comprado” o que haya cambiado de idea porque el plan final beneficiará a legisladores que, como él, son dueños de propiedades.
El legislador republicano por Florida, Mario Díaz-Balart, explicó que votó a favor del plan porque, a su juicio, una familia promedio de cuatro miembros tendrá un ahorro de más de $2,000, que llega en un momento oportuno para ayudar a muchos residentes afectados por los huracanes en su estado.
“La reforma fiscal va a incentivar la economía, lo que permitirá que la gente conserve sus empleos, incrementará los salarios, y creará más oportunidades en el mercado laboral”, afirmó.
¿Un “timo” de los trabajadores?
Pero la mayoría de los demócratas, entre ellos la congresista Nancy Pelosi, y los senadores Chuck Schumer y Dianne Feinstein, así como un amplio abanico de grupos progresistas afines, calificaron el plan fiscal como un “timo” que perjudicará a los trabajadores de las clases media y trabajadora.
El presidente del Caucus Demócrata de la Cámara Baja, el demócrata por Nueva York, Joe Crowley, dijo que, con este voto, los republicanos ya no pueden fingir que “están luchando por la clase media” porque el plan es una “farsa” que marginará a los estadounidenses de las clases media y trabajadora que presuntamente representan.
“Esta medida creará una economía de dos niveles: los que viven de un cheque a otro -los veteranos, maestros, personal de emergencia, y millones más– verán un aumento en sus impuestos. Los intereses especiales corporativos y los ricos, incluyendo la familia Trump, verán recortes de impuestos”, argumentó Crowley.
La congresista demócrata por Nueva York, Nydia Velázquez, se hizo eco de esas quejas, al asegurar que el plan sólo hará más ricos a los ricos, abultará aún más el déficit, y provocará masivos recortes a los programas de asistencia pública.
Tom Steyer, presidente del grupo “NextGen America”, dijo que los republicanos son unos “mafiosos que están saqueando al gobierno para forrar sus bolsillos” y que el plan, pese a los argumentos de la Casa Blanca y los republicanos, terminará perjudicando a la economía nacional.
Por su parte, Jorge Silva, vicepresidente de comunicaciones de “Latino Victory Project”, afirmó que los republicanos elaboraron el plan fiscal en secreto porque da “grandes recortes a los más ricos, a costas de las familias trabajadoras”.
“El plan no se paga por sí solo y añadirá casi $1,5 billones al déficit. Los republicanos están hipotecando nuestro futuro económico, y planean hacer más daño recortando la Seguridad Social, Medicare, Medicaid, la educación y otros programas con los que cuentan las familias trabajadoras”, afirmó Silva.