Científicos resuelven el “abominable misterio” de Charles Darwin
El tamaño es posible gracias a un tamaño del genoma "muy reducido"
Científicos estadounidenses encontraron una explicación a una realidad que Charles Darwin catalogó como “abominable misterio” hace casi 150 años sobre las plantas con flores, según un estudio publicado hoy en la revista especializada Plos Biology. El célebre biólogo se preguntaba entonces de qué manera las plantas con flores se hicieron dominantes en los ecosistemas de todo el mundo tan rápidamente, una cuestión que parece estar ahora resuelta.
Investigadores de la Universidad Estatal de San Francisco y la Universidad de Yale determinaron que las plantas con flores tienen células pequeñas en comparación con otros grupos principales de plantas, y que este tamaño es posible gracias a un tamaño del genoma “muy reducido”.
“Las plantas con flores son el grupo más importante de plantas en la Tierra y ahora finalmente sabemos por qué han tenido tanto éxito“, señalaron los autores Kevin Simonin y Adam Roddy en su estudio. Durante más de 200 años, los científicos han especulado sobre la increíble diversidad y éxito de las plantas con flores, que forman la base de nuestro sistema alimentario y son responsables de alimentar gran parte de la diversidad animal que vemos hoy en día.
Tras comparar cientos de especies, Simonin y Roddy demostraron que las altas tasas de fotosíntesis de las plantas con flores están directamente relacionadas con el tamaño de su genoma. Debido a que cada célula debe contener una copia del genoma de la planta, los genomas más pequeños permiten que las células sean a su vez más pequeñas, dando la posibilidad de que exista una cantidad más grande.
Además, descubrieron que al reducir el tamaño de cada célula, el suministro de agua y nutrientes puede ser “más eficiente”. Por otro lado, los investigadores concluyeron que la reducción del tamaño del genoma comenzó hace unos 140 millones de años y coincidió con la expansión de las primeras plantas con flores en todo el mundo. Esta innovación anatómica ha permitido a este tipo de plantas crecer más rápido y competir con helechos y coníferas, que habían dominado los ecosistemas durante cientos de millones de años.