Rusia advierte un posible “baño de sangre” en Venezuela, denuncia “usurpación” de Juan Guaidó
El Kremlin ha dicho este jueves que cualquier intervención en Venezuela sería "camino directo a la ilegalidad y al derramamiento de sangre"
Rusia afirmó este jueves que Nicolás Maduro es el legítimo presidente del país y denunció la “usurpación de poder” por parte de la oposición.
En un duro comunicado, el Ministerio de Exteriores de Rusia alertó de que el apoyo internacional al líder opositor Juan Guaidó como presidente es “un camino directo a la ilegalidad y a un baño de sangre”.
Guaidó se autoproclamó el miércoles “presidente encargado” y fue reconocido por parte de la comunidad internacional, incluyendo Estados Unidos.
“Solo los venezolanos tienen derecho a determinar su futuro. Una interferencia externa destructiva, especialmente en esta situación extremadamente tensa, es inaceptable”, dice el comunicado.
A su vez, también el jueves, el portavoz del gobierno ruso, Dimitry Peskov, dijo que la posibilidad de una interferencia militar por parte de Estados Unidos sería “muy peligrosa e inaceptable”.
El viceministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Ryabkov, también recordó en declaraciones de una revista ministerial quiénes eran los aliados de Rusia.
“Venezuela es nuestro amigo y nuestro socio estratégico”, dijo el viceministro
“Estaremos, si lo desean, junto con este país en defensa de la soberanía, en defensa del inadmisible quebrantamiento del principio de no intervención en asuntos internos”, dijo Ryabkov, quien también destacó las consecuencias que tendría hacerlo.
“Creemos que sería un escenario catastrófico sacudir la base del modelo de desarrollo que hemos estado observando en la región de América Latina “.
“Advertimos en contra de eso”, agregó.
Rusia y Venezuela son, en efecto, socios estratégicos pues mantienen acuerdos bilaterales que superan los $6,000 millones en inversiones en los sectores petrolero, minero y armamentístico.
Pero Moscú no es el único socio que ha salido a defender la legitimidad de Maduro.
Otros aliados
China, otro actor clave en la geopolítica internacional, también expresó este jueves su apoyo al gobierno de Maduro a quien ha concedido créditos de más de entre $50,000 millones y $70,000 millones, según cálculos de la firma de análisis venezolana Ecoanalítica.
Pekín mostró el jueves “gran preocupación” por la nueva crisis política que vive Venezuela a la vez que aseguró que apoyaba los esfuerzos del gobierno venezolano de “preservar la soberanía, la independencia y la estabilidad del país”.
“China siempre mantiene el principio de no interferencia en los asuntos internos de otros países, se opone a la intervención externa en los asuntos internos de Venezuela y pide a la comunidad internacional que de los pasos adecuados” dijo el portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores, Hua Chunying, en un comunicado.
Desde Turquía, el presidente Recep Tayyip Erdogan llamó por teléfono a Maduro para brindarle su apoyo, declaró un portavoz del gobierno turco en Twitter.
“Nuestro presidente ha llamado y ha recalcado su apoyo al presidente venezolano Nicolás Maduro y le dijo ‘¡Mi hermano, Maduro. Aguanta, nosotros estaremos a tu lado!”, dice el tuit de Ibrahim Kalin.
Erdogan visitó recientemente Venezuela en búsqueda de “avanzar en las relaciones bilaterales entre los dos países”.
Entre los países latinoamericanos que han mostrado su apoyo están Cuba, cuyo presidente, Miguel Díaz-Canel, transmitió el miércoles su “apoyo y solidaridad” a su homólogo venezolano.
También lo hizo el presidente Evo Morales desde Bolivia que mostró su “solidaridad con Maduro” y acusó a “las garras del imperialismo de buscar nuevamente herir de muerte la democracia y autodeterminación de los pueblos de Sudamérica”, en clara referencia a Estados Unidos.
México no ha apoyado explícitamente a Maduro, pero ha decidido mantenerse al margen y no suscribir la declaración de otros países que reconocen a Guaidó como presidente de Venezuela. Aplicando lo que en la diplomacia mexicana se conoce como doctrina Estrada, el principio de no intervención en los asuntos internos de otro país.