Desahuciado pide retornar y morir en México
Postrado en una cama Juan Hernández sólo tiene un último deseo.

Juan Hernández, de 30 años, postrado en una cama de su hogar en Nueva Jersey. Crédito: Cristina Loboguerrero / edlp
MORRISTOWN, Nueva Jersey – Postrado en una cama y consciente de que tiene contados sus días de vida, Juan Hernández sólo pide, como último deseo, poder ir a morir a su México querido.
Hernández, de 30 años, fue diagnosticado desde hace ya un año con cáncer de piel. Luego de ser sometido a varias quimioterapias, los galenos le dijeron que los remedios que toma ya no le hacen efecto, por lo que fue médicamente “desahuciado”.
Con su cuerpo lleno de pequeños bultos rojizos y tomando medicina para paliar el dolor, Hernández -residente de Morristown, Nueva Jersey- aseguró que a estas alturas, su vida está “en manos de Dios”.
El joven, oriundo de Tapachula, México, llegó a vivir a Chicago hace 11 años, en donde trabajó como cocinero para varios restaurantes. A los cinco años de estar allá le detectaron toxoplasmosis, una enfermedad transmitida –en la mayoría de los casos- por el excremento de los felinos, dolencia que superó luego de un largo tratamiento.
Ya recuperado, y hace cuatro años, Hernández conoció a Adriana, madre de las dos niñas -de tres y dos- producto de esa relación. Antes de nacer la más pequeña, la pareja decidió trasladarse a Nueva Jersey, con la esperanza de más oportunidades laborales.
“Soy positivo y no quiero dejarme vencer”, afirmó Hernández, mientras trataba de mostrar optimismo, al tiempo que a lo lejos, sus dos pequeñas hijas -en medio de su inocencia- lo miraban mientras buscaban afanosamente los brazos de su madre.
La pareja vive en un pequeño apartamento en condiciones precarias, ya que Hernández no ha podido trabajar desde que fue diagnosticado con el cáncer, pasando la mayor parte del tiempo hospitalizado.
La mujer, de 25 años, calificó la situación de su familia como “desesperante”. Sin poder parar de llorar, la joven -oriunda de Acapulco- reiteró que “en mi país tampoco tenemos recursos económicos, aunque al menos allá vamos a estar rodeados de la familia”.
Diana Mejía, directora de Viento del Espíritu -organización comunitaria que ha estado ayudando a la familia desde hace alrededor de ocho meses- indicó que “nuestra labor ha sido puramente humanitaria”.
Mejía confirmó que, luego de comunicarse con el Consulado de México en Nueva York, se consiguió que le ofrecieran agilizar los trámites de la documentación que necesita Hernández para poder viajar a su país, así como también, le costearan el viaje de regreso a su tierra.
“Uno de los problemas que enfrenta esta familia, es que debido a la enfermedad de Hernández, las dos niñas no han podido ser registradas como hijas suyas y tampoco tienen los documentos mexicanos” dijo Mejía, resaltando que “es bueno que la gente tenga documentos de su país, para estar preparados en caso de cualquier eventualidad”.
“Actualmente, la familia de Hernández necesita urgentemente dinero para poder amortizar los costos del viaje de las menores y de Adriana que quiere acompañar a Juan hasta sus últimos días”, afirmó Mejía.