Jóvenes arriesgan la vida por hacerse un selfie
Los vecinos ya han pedido varias veces que se cerque la zona para que nadie pueda acceder
Tres chicas menores de edad fueron sorprendidas por la policía local de Gijón, en Asturias, España, sentadas en un saliente del cerro Santa Catalina, un lugar de gran peligrosidad al que decidieron subirse para hacer unas fotografías, según informan medios locales.
Varios testigos de la escena alertaron a las fuerzas de seguridad ante el temor de que las adolescentes sufriesen una caída al vacío. El saliente se encuentra a una altura aproximada de 20 metros, desde otra perspectiva casi parece estar suspendido en el aire. La caída desde ese lugar podría ser mortal.
Varios agentes se desplazaron de inmediato hasta el lugar. Una vez llegaron hasta ellas, les pidieron a las chicas que se trasladasen a tierra firme. Ya sabían que no era el lugar más adecuado para hacerse fotos y subirlas a las redes sociales.
¿De verdad piensan que este es un lugar seguro para hacerse selfies? Esta tarde hemos intervenido con un grupo de jovenes que no veían el riesgo. pic.twitter.com/f45pYWayGs
— POLICIA LOCAL GIJON (@GijonLocal) September 15, 2019
Según informa el gobierno local, la intervención duró escasos minutos. Cuando las jóvenes volvieron a tierra segura, los agentes les explicaron que podrían haber vivido una fatalidad. Hace varios años, una pareja que se encontraba en el mismo lugar sufrió un accidente que acabó con las dos personas fallecidas.
Situaciones como esta vuelven a poner sobre la mesa el debate de la seguridad y los excesos que se cometen, llegando a arriesgar la propia vida, por satisfacer el ego en las redes sociales. Hay más caso como este, de parejas o amigos que se hacen fotos de alto riesgo para sus seguidores de Instagram. ¿Está justificada la necesidad de validación y reconocimiento social? Muchos argumentan que no hay peligro real en las imágenes tomadas, pero la constante exposición ya puede ser un peligro en sí. El debate es infinito y vuelve a abrirse, lo que queda claro es que no vale la pena morir por una foto.