Aplausos y porras para despedir a Carlos Fuentes
Sus lectores y autoridades le rinden homenaje en el Palacio de Bellas Artes.
México (Notimex).- Gente del pueblo que en oleadas de 30 en 30 ingresan al Palacio de Bellas Artes para despedir al escritor mexicano Carlos Fuentes, han elevado su voz para pedir tres días de duelo nacional por la irreparable pérdida del autor de “Aura” y medio centenar de obras más.
Una vez concluido el acto oficial, al que asistió el presidente de la República, Felipe Calderón; el jefe de gobierno, Marcelo Ebrard, así como personajes de la política, las artes y la cultura del país, las puertas del recinto de mármol se abrieron para dar paso a los ciudadanos de a pie, ávidos de mostrar su gratitud a Carlos Fuentes Macías.
Arengas como “Carlos amigo, el pueblo está contigo” se han dejado escuchar de manera intermitente por quienes, libros bajo el brazo, desfilan alrededor del féretro, o bien, montan guardias de honor ante quien propició horas de gozosa lectura.
El ataúd, cubierto con la bandera nacional, cobija el cuerpo de quien ha sido calificado este día como progresista, liberal, nacionalista y patriota, y aún más, como el abogado de la esperanza mexicana.
Universitarios que hoy estudian en la máxima casa de estudios, la Universidad Nacional Autónoma de México, así como adultos y personas mayores, egresados de sus facultades, escuelas e institutos, lanzan repetidas goyas para Carlos Fuentes, a quien recuerdan como un universitario de “hueso colorado”.
“Carlos Fuentes es de todos y a todos nos duele su partida. Por eso pedimos a las autoridades que decreten tres días de luto nacional”, coincidieron en señalar voces anónimas del pueblo, que Fuentes supo apreciar en su realidad y llevar a más allá en sus obras.
Prueba de ello es que hasta al vestíbulo del Palacio de Bellas Artes ha llegado el personaje principal de la novela “La muerte de Artemio Cruz”, que diera celebridad al escritor, diplomático y ensayista mexicano.
Un auténtico “Artemio” de carne y hueso, con una máscara de calavera bigotona y un sombrero de palma con un letrero que indica su nombre, recorre en este momento el Palacio de mármol. Ese personaje, evidentemente del pueblo, porta en la diestra un ejemplar de ese poema y en la siniestra un crucifijo tallado en madera, finamente detallado y pintado de negro.
Carlos Fuentes sigue en espera de que alrededor de 300 personas más se despidan de él de manera presencial, entre muestras de afecto y comentarios que dejan ver el dolor de quien ha muerto para ser más amado.