Entusiasmo electoral en las primarias de Nueva York
Calles del Alto Manhattan se inundan de color y alegría durante la fiesta cívica
Nueva York.- Con una inusual asistencia a las urnas -que por lo general es baja para una elección primaria- las calles del Alto Manhattan se llenaron de color, alegría y entusiasmo político, ante la posibilidad que el nuevo Distrito 13, de mayoría latina, elija al primer dominicano al Congreso.
Automóviles, camionetas, autobuses y toda clase de vehículos fueron utilizados por las campañas del congresista Charles Rangel -aspirante a la reelección para su vigésimo segundo período- y del Senador Adriano Espaillat -su más serio retador- para hacer propaganda, desplegando gigantescas pancartas y con altoparlantes, invitando a los indecisos a que emitieran el voto por su candidato.
“No es un ambiente muy usual para unas primarias”, dijo George Leal, dominicano residente en Washington Heights desde hace 24 años. “Para ser honesto, en este sector cuando se prende el ánimo, es en las elecciones presidenciales o por las de República Dominicana”, añadió el hombre de 49 años.
El ánimo electoral que se hizo notar -durante parte de la jornada de ayer- en las calles del Alto Manhattan como de Harlem, fue de optimismo y esperanza, pero a la vez de pugna para lograr el voto de los latinos, que en apariencia se encontraba dividido.
Rosita Salazar, puertorriqueña residente en Harlem desde hace 25 años, comparó su voto como el escoger entre una canción con melodía de “merengue o de jazz”, refiriéndose a Espaillat y Rangel. “Es muy difícil porque los dos me gustan”, exclamó.
En las inmediaciones de la Escuela Pública #98, a donde Espaillat acudió a sufragar –alrededor de las 10:30 a.m.- sus seguidores celebraban el triunfo prematuramente, apenas cinco horas después de haberse abierto las urnas. “Estoy seguro que ganaremos y haremos historia”, afirmó emocionado Ramón Contreras.
Aunque Espaillat dijo no tener ningún tipo de superstición, sí admitió que se colocó la corbata rosada que utilizó en las fotos para promocionar su candidatura durante la campaña proselitista, y que no sólo lo hizo porque le trae buena suerte, sino porque “me la alabaron mucho”.
Entretanto, cerca a la Escuela Pública #175 de la calle 134, en Harlem -después de las 11:00 a.m.- arribó el congresista Charles Rangel, que muy sonriente y acompañado de su esposa Alma y varios de sus seguidores, admitió públicamente y por primera vez, la posibilidad de una derrota.
“Lloraré hasta quedarme dormido como un bebé”, expresó cuando se le preguntó lo que haría en caso de perder las elecciones.
Igualmente, se refirió a que su estado de salud es óptimo, reiterando que el motivo fundamental de porque su reelección es importante, es por “la vasta experiencia que tengo en Washington”.
“Esta no es una contienda entre hispanos y afroamericanos, esto es por el bien de todos los americanos”, sostuvo Rangel.
La afluencia de electores que se registraron en la mañana, bajó considerablemente después del mediodía, para gradualmente agarrar nuevamente fuerza, a partir de las 5:00 p.m., cuando los electores decidieron sufragar después de su trabajo.