Coronavirus obliga a negocio a cambiar cosméticos por gel antibacterial
Al reconvertirse logran mantener la fuente de empleo para algunos de sus trabajadores durante la crisis de salud
La pandemia del coronavirus obligó a una fábrica, dedicada a la producción de cosméticos y productos de belleza, a cambiar de giro y dedicarse a la producción de gel antibacterial.
Con esta decisión, la empresa mató dos pájaros de un tiro, mantener a parte de su plantilla laboral y abatir la escasez de geles antibacteriales en el mercado.
La emergencia por el COVID-19 hizo que los desinfectantes para las manos desaparecieran de los anaqueles en farmacias y supermercados, mientras que en el Internet, los precios se fueron por las nubes.
“Antes de la pandemia, teníamos a 48 trabajadores, pero tuvimos que descansar a muchos de ellos porque las empresas a las que les producimos, pararon sus órdenes”, dice Jimmy Ortega, un inmigrante colombiano, propietario de los laboratorios Jova Labs.
Explica que hace un mes se reconvirtieron y empezaron a producir el gel antibacterial, por lo que llamaron a 16 de los trabajadores que habían desocupado a causa del cierre de negocios.
De los tres laboratorios que Jimmy tiene, el único que mantiene abierto con la producción de desinfectante para manos es el localizado en Valle de San Fernando en el condado de Los Ángeles. Ortega tiene dos laboratorios en el Valle de San Fernando, y otro en la ciudad de Irvine en el condado de Orange.
“En los primeros que pensé cuando comenzó el coronavirus y se declaró la emergencia, fue en mis empleados. Por eso le propuse al químico Frank Arias que nos tiráramos a hacer ‘sanitizer’ por la escasez tan fuerte que se presentó y la alta demanda”.
Así fue como se lanzaron a producir un desinfectante de manos que tuviera los niveles de alcohol que realmente ayudan a proteger del COVID-19.
Jimmy señala que hay muchos geles antibacteriales, pero que son productos chafa que no cumplen con los requisitos. “Yo quiero que mi comunidad reciba lo que necesita con una alta calidad”.
Su meta es producir 100 mil botellas de desinfectante para manos en gel, loción y en espray, pero ya han puesto en el mercado más de 23 mil.
Para la creación del desinfectante, Jimmy se apoyó de un equipo de químicos. Una vez lista la fórmula, comenzó a llamar a parte de la plantilla que había mandado a su casa.
“Lo más importante cuando creamos esta compañía fue que pudiéramos dar trabajo a la comunidad hispana y más que nada a la mujer”, dice Frank Arias.
La química Mariana Arias, quien participó en la creación de la línea de desinfectante de manos, precisa que estos productos tienen un 70% de alcohol. Y es que para que un gel antibacterial sea realmente efectivo contra el coronavirus necesita tener arriba de ese porcentaje, completa Jimmy.
El químico Jaime Ortega agrega que buscaron una manera de enfrentar al enemigo invisible del COVID-19 en una situación crítica, al ver el caos y que era imposible encontrar gel antibacterial.
Jimmy dice que los trabajadores laboran bajo estrictas medidas de protección con mascarillas, guantes y manteniendo la distancia social.
De 64 años de edad, el empresario estima que las pequeños negocios como el suyo, tendrán que comenzar de cero cuando regresen a trabajar al levantarse la emergencia.
“Me duele en el alma lo que está pasando con los pequeñas compañías, porque somos los que más generamos empleo en este país. Al regresar, después de más de tres meses de estar cerrados, vamos a tener que reconstruir nuestra clientela y trabajar en ganarnos de nuevo la confianza para que vuelvan a creer en nosotros”.
El gel antibacterial de Jimmy Ortega se puede encontrar en el 6800 del bulevar Reseda, unidad E de la ciudad de Reseda, California.