¿Qué opciones puede haber si perdieron casa?
Hay quienes opinan que la clave es facilitar el acceso a los préstamos
WASHINGTON, D. C.- Con más de siete millones de potenciales embargos hipotecarios en un futuro cercano, el mercado inmobiliario de Estados Unidos no parece recobrar su salud.
Los hispanos en particular no solo han perdido sus casas, sino que han sido presas de estafadores. Cambios en condiciones de préstamo parecen la clave para revivir la industria y dar una segunda oportunidad a exdueños.
Las cifras hacen temblar a cualquiera. El declive histórico en los precios de las viviendas, desde 2006, ha implicado pérdidas por siete billones de dólares en la plusvalía de las propiedades.
De acuerdo con CoreLogic and Amherst Securities, entre septiembre de 2008 y marzo de 2011 se registraron 3.5 millones de ejecuciones hipotecarias además de 1.4 millones en proceso de completarse.
Actualmente 2.4 millones de hogares están bajo el agua, es decir que el dueño debe más en el valor de la hipoteca que de la residencia. Además, 1.5 millones de propietarios tienen comprometida su historia de pagos, y 3.5 millones llevan más de 60 días en pagos retrasados.
Cerca del 25% de los prestatarios hispanos y afroamericanos han perdido sus casas o están con un riesgo serio de experimentar un embargo, comparado con el 12% en la población blanca.
“La economía todavía está en una fase muy precaria […] Mucha de la gente que perdió sus casas eran buenos candidatos para hipotecas, que simplemente sucumbieron a un producto depredador, como los préstamos de alto riesgo”, aseguró Jim Carr, exdirector de negocios de la Coalición Nacional de Reinversión Comunitaria.
No obstante para los hispanos, los problemas no acaban aquí. De acuerdo con organizaciones nacionales y comunitarias, este grupo ha estado más expuesto a estafadores.
“Mercedes Rodríguez fue un caso que nos conmovió a todos en el centro”, dijo la consejera de vivienda en la Corporación Latina para el Desarrollo Económico (LEDC), Wendy Alvarenga. “Su marido había muerto de cáncer, estaban a punto de embargar su casa y una persona le ofreció ayuda para refinanciarla por el pago de cinco mil dólares […] Luego le dijo que no era posible, pero que compraría su vivienda para dársela; por esto le pidió 60 mil dólares”, recordó.
“Cuando llegó a nuestra oficina, ya le había pasado el dinero. Tras un largo tiempo logró recuperarlo, pero sus opciones con su casa hubieran sido muy diferentes de no haber caído en esta estafa”, agregó.
Además de protegerse de los fraudes, para el presidente y director general de la Asociación de Banqueros Hipotecarios, David Stevens, uno de los mayores desafíos que presenta a los hispanos el mercado inmobiliario es el acceso real que se tenga a una vivienda tras las crisis.
Esto se debe a que, en su opinión, existen pocas posibilidades para este grupo de tener un préstamo a través de una institución financiera. “Antes, 80% de los préstamos para latinos venían de privados, ahora 80% se hacen a través de la Administración Federal de la Vivienda (FHA)”, explicó.
Parte del problema aquí es la historia crediticia: una vez que se pierde la propiedad, el puntaje de crédito de ve seriamente afectado y eso perjudica aplicaciones futuras de vivienda. “El desafío del mercado inmobiliario ahora es ayudar a aquellos que perdieron sus casas a ser propietarios de nuevo, y eso requiere de cambios importantes en el sistema”, insistió Carr.
Asimismo, analistas ven la exigencia del pago inicial de 20% como otro de los grandes obstáculos para que los hispanos opten por una propiedad. También enfatizan que la forma en que se calcula el ingreso por hogar debe ser diferente, considerando que en las familias latinas no es extraño que varias personas habiten una misma residencia.
Por ahora, organizaciones nacionales y comunitarias saben que el Congreso no realizará cambios considerables en esta área hasta después de las elecciones. Pero campañas como Home For Good -impulsada por más de 30 socios, entre ellos el Consejo Nacional de la Raza- esperan dejar el tema al frente de la lista de prioridades más allá de noviembre.