Lanzan proyecto de ley para evitar los incendios mortales como el de El Bronx
A la luz de la tragedia, la senadora Gillibrand y el congresista Torres trabajan en una legislación que requerirá que edificios tengan sensores de calor
A una semana del devastador incendio que provocó 17 muertes en un edificio de El Bronx, varios funcionarios electos presentaron este lunes una propuesta para prevenir este tipo de tragedias.
“No podemos permitir que una tragedia como esta vuelva a ocurrir en nuestras comunidades nuevamente”, dijo la senadora Kirsten Gillibrand, quien este lunes visitó el lugar del siniestro junto al congresista Ritchie Torres, el alcalde Eric Adams y funcionarios electos de la Fuerza de Tareas de Seguridad contra Incendios de ese condado para reunirse con voluntarios y líderes comunitarios.
Hoy mismo, mientras se realizaban los funerales de las víctimas, la legisladora anunció su intención de patrocinar una nueva legislación federal para responsabilizar a los desarrollos de viviendas multifamiliares regulados o financiados por el gobierno federal por violaciones relacionadas a la calefacción.
La senadora indicó que trabajará con el congresista Torres y liderará el proyecto de ley en el Senado que requerirá la instalación de sensores de calor en ciertos edificios financiados con fondos federales para que los administradores de viviendas federales, estatales y locales puedan evaluar los niveles de calor en tiempo real, prevenir futuras tragedias de incendios y mejorar la seguridad contra fuegos y la calidad de la vivienda.
El trágico incendio fue provocado, según las autoridades, por el mal funcionamiento de un calefactor en un departamento del segundo piso del edificio de 19 pisos y 120 apartamentos.
“No es casualidad que los cuatro peores incendios en la historia de la ciudad de Nueva York en los últimos treinta años hayan ocurrido en El Bronx”, subrayó el congresista Torres. “La tragedia en Twin Parks North West solo subraya que debemos tomar medidas federales para garantizar que los inquilinos tengan viviendas seguras y asequibles sin importar su código postal”.
Torres considera que la introducción de legislación federal para requerir sensores de calor en edificios financiados con fondos federales mejorará los estándares de vida, especialmente en lugares como El Bronx, “donde vemos los efectos del envejecimiento del mercado inmobiliario”.
Por su parte, el alcalde Adams se manifestó orgulloso de apoyar el esfuerzo legislativo de ambos legisladores en el Congreso.
“Es inaceptable que cualquier neoyorquino se quede a la intemperie cuando está en su propia casa”, dijo el mandatario municipal. “Hemos visto las trágicas consecuencias de los propietarios abusivos que apagan la calefacción; es por eso que he pasado años luchando para proteger a los inquilinos del acoso relacionado con la calefacción y para responsabilizar a los propietarios que actúan mal”.
Voces de respaldo y esperanza se escucharon tras el anuncio.
El concejal Oswald Feliz manifestó que aplaudía a Gillibrand y a Torres por su liderazgo y trabajo para hacer que la tecnología de sensores de calor sea más accesible para los inquilinos vulnerables de su distrito.
“Estos dispositivos permitirán a los residentes realizar un seguimiento y registrar las temperaturas internas del edificio durante todo el día, lo que les permitirá responsabilizar a los propietarios por no proporcionar la calefacción adecuada.
Esta mayor responsabilidad, a su vez, evitará la necesidad de equipo de calefacción personal peligroso como el calentador que contribuyó a esta tragedia reciente”, dijo Feliz.
Salim Drammeh, presidente de la Organización Juvenil de Gambia, recordó que su comunidad todavía estaba de luto y conmovida por las consecuencias del devastador incendio.
“Esta es una tragedia que no tenía por qué suceder. Las condiciones que llevaron al incendio fueron creadas por años de negligencia por parte de un propietario y el desprecio general por las personas que vivían allí”, señaló.
Según Lori Moore-Merrell, administradora de la U.S. Fire Administration, los incendios provocados por calefactores portátiles causan al menos 65 muertos y 150 heridos al año.