¿Juntos por una Iberoamérica justa y sostenible?
Concluyó en República Dominicana la XVIII Cumbre Iberoamericana
La XVIII Cumbre Iberoamericana marcó todas las casillas como era de esperarse. El escenario geopolítico mundial que repercute en la región, el contexto actual en el país sede y los resultados del encuentro Iberoamericano, sugieren reflexión ante la expectativa, el lema del evento y la importancia de la ambición en los compromisos para capitalizar el valor estratégico de los Estados Iberoamericanos.
Tras veintidós meses del lanzamiento de la Secretaría Pro Tempore de la República Dominicana y el mismo número de encuentros, conferencias y reuniones sectoriales y de Relaciones Exteriores a nivel Ministerial, el país acogió a las veintidós naciones que integran la cumbre Iberoamericana en su XVIII edición, bajo el lema Juntos por una Iberoamérica justa y sostenible, traspasándole la posta a Ecuador. País iberoamericano que hace más de un año atraviesa una crisis institucional y pugna de poderes. Marcada fragmentación ideológica, aumento del espacio fiscal, deuda y crecimiento económico más letárgico, además de implicaciones en múltiples aristas para Europa del conflicto bélico en Ucrania son algunas características del escenario geopolítico que repercute en la región y en el país que fungió como sede de esta importante Cumbre.
No obstante, Latinoamérica ha salido del olvido en el ajedrez de las relaciones exteriores. El valor estratégico de los Estados iberoamericanos va en aumento. Las crecientes inversiones chinas en Latinoamérica (una preocupación para EE.UU), las tensiones y fragmentación geopolítica a la triple crisis planetaria y la de las finanzas han resultado en la necesidad de contar con apoyo diplomático y político confiables. Además de socios con recursos estratégicos que pueden mitigar los impactos de estas crisis desde bosques y naturaleza a petróleo, metales y minerales esenciales a la transición energética. Ante este escenario, la relación Unión Europea, España e Iberoamérica se convierte en un espacio clave. Más de la mitad de las empresas encuestadas en un reciente análisis del flujo inversor español, esperan que Iberoamérica sea su principal mercado, a pesar de que el Banco Mundial prevé un decrecimiento en el Producto Interno Bruto (PIB) de la región. Panamá, Uruguay, República Dominicana, México y Colombia, los países con mejores expectativas económicas en 2023 según los inversores españoles.
El Presidente Luis Abinader en su habitual discurso anual de rendición de cuentas, el 27 de febrero, se refirió a una “República Dominicana vibrante y que cambia para bien”. Si bien la economía nacional se mantiene estable, la inflación internacional y el aumento en la deuda externa podrían tener grandes impactos para las empresas. Aunque el país muestra avances en un escenario global cada vez más violento, la demora en los procesos judiciales ha impedido el avance en las condenas por actos de corrupción y junto con continuar la lucha por fortalecer la institucionalidad democrática persisten como desafíos ante el flagelo. Así también la trascendencia de las políticas para enfrentar los efectos de la crisis que afecta al vecino país de Haití, no son menores. Tanto la implementación de la política migratoria nacional como la priorización de la seguridad nacional y sus repercusiones en áreas y manglares protegidos para la construcción del muro fronterizo han generado grandes debates.
En la agenda de la Cumbre figuraron tres actividades oficiales previas, la Reunión de Coordinadores Nacionales y de Responsables de Cooperación el XIV Encuentro Empresarial Iberoamericano y el encuentro de Ministros de Relaciones Exteriores concluyendo con la Declaración de Santo Domingo en la que las máximas autoridades de la Cumbre adoptaron tres(3) de los cuatro(4) instrumentos originalmente propuestos: la Carta Medioambiental Iberoamericana, la Carta de Principios y Derechos Digitales Iberoamericana y la Ruta Crítica de Seguridad Alimentaria, Incluyente y Sostenible. El instrumento sobre la arquitectura financiera internacional, clave en el actual contexto, por falta de consenso pasó a ser un comunicado especial de dieciséis (16) que fueron emitidos. Ante gran expectativa, la presencia del Rey y del presidente del Gobierno Español, así como del primer ministro de Portugal y trece (13) delegaciones encabezadas por Jefes de Estado y el gran número de documentos sobre el tapete, la cumbre mostró que los países tienen claridad de los temas claves que deben ser profundizados en la agenda internacional.
El encuentro marcó todas las casillas, reafirmó una gran parte, sino todos, los compromisos ya existentes en materia de desarrollo sostenible, cambio climático y naturaleza, además de agregar un llamado más-que era de esperarse- a la lista de pedidos para que la comunidad y los organismos internacionales aúnen esfuerzos que permitan encontrar una salida a la compleja crisis que enfrenta el fallido Estado Haitiano, con su anuencia y participación.
El nivel de ambición para avanzar más allá de las actuales conquistas y tocar a profundidad los temas estratégicos y álgidos que el encuentro ameritaba se quedó corto y mostró los verdaderos colores del momento que vive la región. Cabe citar a modo de ejemplo, los trabajadores migrantes, los derechos humanos y las cadenas de suministro, las muertes de los defensores de derechos ambientales, las materias primas estratégicas o la reciente política europea sobre como cubrir la demanda de minerales esenciales para la transición energética.
¿Dieron los países verdaderamente significado al lema Juntos por una Iberoamérica justa y sostenible pese a innumerables referencias a la solidaridad y la paz?
La Justicia implica equidad, distribución equitativa de cargas y beneficios. La sostenibilidad también implica balance entre las dimensiones económica, social y ambiental sin sacrificar a la generación presente y futura. Implica romper silos y un lenguaje común. Los resultados de la Cumbre destacan la necesidad de cohesión para mitigar las repercusiones del escenario geopolítico global, abordar los desafíos climáticos y de la naturaleza que afrontan la región y el mundo, con enfoque de derechos. Trabajar verdaderamente juntos creando condiciones para la prosperidad.
El tratamiento de los temas de la agenda oficial, merece un trato integral con la banca, las instituciones financieras y las empresas como socios estratégicos. Es la única manera de asegurar el abordaje integrado de los riesgos a cadenas de suministro, la seguridad alimentaria, las crisis ambientales, financiera y la fiscal. Entre otras ausencias, es notoria la de la Cumbre Judicial Iberoamericana, dados los desafíos en el ámbito de la corrupción, en los sistemas de justicia y el fortalecimiento de las instituciones democráticas (la media regional del índice de percepción de corrupción en la región es de 40).
Tal vez la plétora de instrumentos adoptados coadyuve a centralizar lo que existe para en una estrategia común. Sin embargo, sin ambición que mueva la aguja en los compromisos y profundice en los temas álgidos con cohesión e involucramiento de lleno de socios estratégicos, ni hilos conductores entre los veinte (20) caminos paralelos que surgieron en Santo Domingo, es posible que estos queden en pliegos de buenas intenciones.
Capitalizar el valor estratégico de los Estados iberoamericanos es la meta. Asimilar los conceptos de justicia y sostenibilidad basados en solidaridad para sobrepasar la fragmentación, fijar posiciones en los temas álgidos, de segmentar la agenda e integrar a los socios estratégicos para generar soluciones es el reto que recibe Ecuador (“Innovación, inclusión y sostenibilidad en Iberoamérica”), agregándole aún más adjetivos a la sostenibilidad en un espacio de colaboración y asociación que tiene hoy mayor auge que antes.
Claudia S. de Windt. Abogada internacional y académica dominicana. Experta en ciencias políticas, justicia, gobernanza socio-ambiental (ESG) y diplomacia para la sostenibilidad. Es directora ejecutiva del Instituto Interamericano de Justicia y Sostenibilidad (IIJS: www.ii-js.org)
Geovanny Vicente Romero. Profesor asociado de comunicación estratégica (ERM) de Columbia University, Nueva York. Estratega político, abogado, politólogo y columnista para CNN en Español.