Cómo dejar tu ropa blanca, bien blanca
Con estas recomendaciones la ropa blanca de tu familia lucirá siempre como nueva.
La ropa blanca es un mal necesario: puede que se ensucie fácilmente o se torne amarillenta con el correr de los años pero -así como el negro- combina con todo, por lo que no puede faltar en nuestro guardarropa ni en el de nuestra familia.
¿Cuántas veces pusimos a lavar una y otra vez las medias blancas de los chicos porque por más que pasaran reiteradamente por la lavadora no recuperan su blancura y siguen luciendo sucias? ¿Cuánto pagamos en la tintorería para que los puños y los cuellos de las camisas queden blancos? Y ¿cuánta ropa dejamos de usar porque no podemos quitarle las manchas de abajo de las axilas?
Ni hablar de ese mantel tan lindo que heredaste de tu abuela pero que simplemente guardas porque no puedes lograr que luzca blanco. ¡Basta! Existen métodos caseros que harán que tu mantelería, tus medias, camisas y demás prendas blancas vuelvan a lucir como el primer día: blancas. Bien blancas.
Antes que nada, comencemos por lo obvio: al lavar la ropa, no mezcles tus prendas blancas con las de color y lávala siempre del revés, así evitarás esas bolitas que la avejenta. No utilices cloro porque la desgasta y maltrata y-para que no se ponga amarilla o negra- añádele al detergente habitual el zumo de dos limones y un poquito de sal. Si está lindo el día ponlo a secar al sol y así se blanqueará aun más.
Ahora bien, todas sabemos que -lamentablemente- si queremos que nuestra ropa blanca esté impecable, cada tipo de prenda necesita un tratamiento especial. En el caso de los manteles y las sábanas viejas que no usamos regularmente y que se tornaron un poco amarillos, el truco está en dejarlos en remojo con leche cruda (sin pasteurizar). Si además, hay manchas de humedad, trátalas agregando un chorro de amoniaco al agua con la que lavarás.
En el caso de los sweaters, bufandas y demás accesorios de lana blanca, una buena idea (ahora que los guardaremos porque se acerca la primavera), es lavarlos con agua fría y detergente para ropa delicada. Posterior a esto, deberás enjuagar con agua que contenga tres cucharadas soperas de agua oxigenada.
El secreto con las camisas es dejarlas un rato sumergidas en agua con unas gotas de amoníaco y agua oxigenada (un vaso por litro de agua). Para quitar las manchas de sudor en puños y cuellos, deberás frotar manualmente con un poco de champú ya que éste está compuesto para disolver las grasas corporales. Luego lava en la lavadora como siempre.
En cuanto a las manchas de sudor y desodorante de abajo de las axilas , trátalas dejándolas en remojo por media hora en agua con un poco de vinagre. Enjuaga y lava normalmente luego. Pero, como siempre es mejor evitar que remediar, comienza por aplicarte el desodorante y dejarlo secar bien antes de vestirte.
Y sí, dejamos lo mejor para el final. ¿Cómo hacemos para evitar que cada vez que saquemos las medias blancas de la lavadora parezcan tan sucias como cuando antes de lavarlas? Aquí el limón es la gran solución. Coloca dentro de cada una un trozo de cáscara de limón y mételas a lavar como haces habitualmente.
Verás como con estas simples estrategias ganarás la batalla de conservar la blancura de tu ropa. Tu ropa puede estar blanca y lucir como nueva; sólo sigue estos consejos.