Inicia segunda semana del cierre sin solución a la vista
No hay cambios en las posturas de los republicanos y la Casa Blanca para lograr una salida al cierre gubernamental
Washington — El presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, declaró este domingo que no ve una salida al cierre gubernamental a no ser que el presidente Barack Obama esté dispuesto a negociar con los republicanos.
Pero el secretario del Tesoro Jacob Lew rechazó esa posición, al afirmar que el Congreso debe aprobar con premura un proyecto de ley que permita la reanudación de las labores federales y aumente el tope de endeudamiento nacional, ahora de $16.7 billones. Lew agregó que Obama no ha cambiado su oposición de vincular esas medidas a las exigencias republicanas sobre la ley del seguro médico y la reducción del gasto público.
Boehner ofreció entrevistas de televisión, en las que no dio señales de disponibilidad de ceder para alcanzar una solución negociada que ponga fin al atascamiento presupuestario que cerró parcialmente el gobierno desde el pasado martes, con el potencial de incurrir en mora en el pago de la deuda soberana a no ser que el tope de endeudamiento federal sea aumentado para el 17 de octubre.
Al preguntársele cómo podría terminarse el estancamiento, Boehner respondió en la cadena de televisión ABC que no lo sabe. “Si lo supiera, se lo diría”, afirmó.
El republicano por Ohio dijo que Obama puede llamarle cuando quiera para negociar el fin del cierre. “Sabe cuál es mi número de teléfono”, insistió el legislador.
Pero por el momento no se vislumbra ninguna solución cercana y los republicanos volvieron a culpar a Obama por el cierre.
“Lo que él tiene que hacer es ponerse a trabajar”, dijo este domingo el senador John Cornyn, republicano por Texas, a la cadena CBS.
Cornyn dijo que el cierre, que ha dejado en sus casas a más de 800,000 empleados federales, ha ocurrido 17 veces desde 1976 y no es una crisis. Pero agregó que no es posible concluirlo si Obama no se sienta a negociar con los legisladores republicanos.
Por su parte el senador republicano de Texas, Ted Cruz, considerado el adalid de la facción en el Congreso que dejó sin fondos al Gobierno federal desde el 1 de octubre, reiteró este domingo que la intransigencia está en la Casa Blanca.
Cruz y otros legisladores alineados con el movimiento ciudadano Tea Party condicionan los fondos para el Gobierno federal y aún el incremento del endeudamiento nacional autorizado por el Congreso, a que se prive de fondos la reforma sanitaria promulgada por Obama en 2010.
El presidente Obama y el Partido Demócrata sostienen que la aprobación de fondos para el Gobierno y un aumento de la deuda nacional no pueden vincularse con el repudio de los republicanos a una ley de salud que fue validada por el Tribunal Supremo de Justicia.