Indocumentado juramenta como abogado en California
Culmina una lucha de cinco años para un joven indocumentado que nunca claudicó por lograr obtener la licencia que le permitiría ejercer como abogado
SACRAMENTO.- “!Ya eres un abogado”, le dijo arrebatado por la emoción el ex primer magistrado hispano a la Corte Suprema de California, Cruz Reynoso levantando la mano a Sergio C. García, el inmigrante mexicano indocumentado que después de una lucha de casi cinco años por obtener su licencia para ejercer el derecho fue juramentado en el Capitolio Estatal.
Entre gritos y porras de “!si se pudo!” de los cientos que se dieron cita para presentar la juramentación, García dijo que su historia manda un mensaje claro y alto al país de que California está tomando la delantera en material de migración.
“Vamos a incorporar a los inmigrantes”, dijo el nuevo abogado con los ojos rojos a punto de las lágrimas mientras el mariachi daba rienda suelta a las estrofas de la popular canción de El Rey.
“Lo más importante es que se abre las puertas para que otros jóvenes indocumentados que se gradúan de las escuelas de leyes y pasan el examen de la Barra de Abogados puedan ejercer”, dijo García a La Opinión.
“No sólo eso sino que cualquier otro dreamer que se gradúe de la Universidad y necesite una licencia en cualquier otra profesión, puede pelear usando como argumento la ley estatal AB1024 que se creó basado en mi historia”, señaló.
Feliz a más no poder, rodeado de sus padres Salvador y Albertina, y amigos y seguidores que hacian fila para abrazarlo y tomarse la foto, adelantó, “lo primero que haré, es ir a mis oficinas, y agregar en el rótulo que está afuera, la palabra legal. Así que ya no serán sólo las Oficinas de Sergio C. García sino las Oficinas ‘Legales’ de Sergio C García”, dijo el abogado quien nunca claudicó en sus esfuerzos por lograr la licencia para ejercer.
“Todas las críticas, desalientos y reveses fueron el combustible que me hacían dormir tres, cuatro horas al día, y seguir luchando no solo por una licencia para misión para abrir el camino a otros”, platicó.
García de 36 años fue traído por sus padres de Michoacán, México a California a los 17 meses de nacido. Creció al lado de sus seis hermanos en Chico, una pequeña ciudad agrícola al Norte del estado. Su padre Salvador, un trabajador del campo y su madre Albertina lo llevaron de regreso a México durante su adolescencia, pero regresaron cuando Sergio tenía 17 años.
Convertido en ciudadano, su padre solicitó en 1995 la residencia legal para Sergio pero casi 20 años más tarde, no la ha conseguido.
Se graduó de la Escuela de Leyes del Norte de California en 2009, y meses después en un primer intento pasó el riguroso examen de la Barra Estatal de Abogados.
Debido a su falta de papeles, la Barra de Abogados no le dio la licencia pero le dijo que consideraría su caso. Durante dos años, silenciosamente, García peleó y presentó argumentos al interior de dicho cuerpo colegiado. Finalmente en mayo de 2012, la Barra hizo público que estaban estudiando el caso de García. Y basado en el buen carácter moral del muchacho, pidieron a la Corte Suprema de California emitir una recomendación.
El abogado indocumentado sufrió un duro golpe cuando el Departamento de la Justicia, en plena reelección de Obama en 2012, le informó que no lo podían dar la licencia ya que en muchas circunstancias no se le podría pagar.
García no se desmoralizó y siguió en la lucha. El año pasado se presentó a dar sus argumentos en la Corte Suprema de California, la cual determinó que la decisión estaba en manos de la legislatura estatal.
En menos de siete días, la bancada latina introdujo una medida que el gobernador Jerry Brown hizo ley, para permitir que los jóvenes indocumentados que cumplan todos los requisitos que marca la Barra Estatal de Abogados puedan ejercer el derecho en California.
En enero de este año, finalmente la Corte Suprema de California autorizó dar a García la licencia de abogado.
García quien se ha especializado en derecho civil en su bufete, atendiendo casos de accidentes, dijo que ahora con la licencia, lo ampliará y contratará tres litigantes para atender temas relacionados con el derecho migratorio y de compensación de los trabajadores.
“Usaré además toda la plataforma que se ha construido a mi alrededor para presionar por una reforma migratoria. Ya basta de nada de acción. La comunidad Latina tiene un gran pdoer”, indicó.
García trabaja también en una fundación para dar becas a estudiantes no sólo indocumentados. “Yo sufrí por no tener papeles pero también enfrenté muchas dificultades económicas, por eso he creado esta fundación, y ya llevamos juntados $57,000 dólares”, reveló.