Comidas para celebrar el día de los muertos
Los mexicanos preparan platillos especiales como parte del ritual que celebra a los parientes y amigos fallecidos
Nueva York — Al papá de Barbara Sibley le encantaban los mixiotes y los platillos con huitlacoche, por eso cada mes de octubre la chef mexicana se los prepara y los coloca en el altar, para honrar su memoria como parte del ritual del Día de Muertos.
Y es que la comida forma parte de esta gran tradición mexicana, que desde el 25 de octubre hasta el 2 de noviembre, celebra a todos los parientes y amigos fallecidos, a quienes se les da la “bienvenida a casa” con sus platos favoritos.
“Se trata de celebrar la muerte, ya que es parte de la vida, y es importante que sea una celebración alegre para que en esos días cuando vengan los espíritus vean a sus familiares y amigos muy felices, y no se queden en la tierra, ni en el purgatorio, y se regresen al cielo”, explica Sibley, dueña del restaurante La Palapa (77 Saint Mark’s Place, Manhattan- lapalapa.com). “Hay que ofrecerles la comida que les gustaba”.
Las familias mexicanas comparten entonces en la ofrenda o altar, y el 2 de noviembre, en el mismo cementerio, las recetas favoritas de esos “espíritus”, como parte de esta gran fiesta.
“Se supone que los muertos se nutren del olor y espíritu de la comida. No se queda en la ofrenda ni en la tumba, todos comemos de ella”, agrega Sibley.
El pan de muerto
Además de las recetas familiares, la ofrenda debe contar con otros alimentos y bebidas tradicionales de la fecha. Uno de los principales es sin duda el pan de muerto, un panecillo dulce que se hornea con diferentes formas, desde simples círculos hasta cráneos, adornado con figuras del mismo pan en forma de huesos, todo espolvoreado con azúcar.
“En Nueva York cada vez hay más lugares donde comprar pan de muerto. Yo lo consigo en Don Paco (East Harlem), donde lo empiezan a hacer desde temprano”, señala Edgar Ramírez, quien asegura que desde aquí sigue fiel a la importante celebración.
Las calaveras de dulce también son fundamentales en la ofrenda. Se preparan disolviendo azúcar en agua hasta obtener un jarabe muy espeso que se vierte en los moldes, y luego se les colocan los nombres de los difuntos en la frente, para después comerse. Mientras que la calabaza se sirve preparada como dulce, cocida con azúcar, canela, tejocotes, trozos de caña de azúcar y otros ingredientes. También se preparan otros tradicionales platos mexicanos, como los tamales de maíz y el pozole.
“Además hay que ponerles agua (a los muertos), por si vienen con sed, tequila o mezcal para celebrar, café, para que aguanten la noche entera, y cualquier otra bebida que les haya gustado para festejar. Yo pongo vodka para un pariente y escocés para otro”, dice la chef.
El 31 de octubre es la Noche de los Angelitos, que según Sibley es la “más triste” porque es para los espíritus de los niños que han muerto. Ese día se hace comida en miniatura, como pequeños tamales, tacos, chalupas, además de muchos dulces.
Pero en general, la idea del Día de Muertos, por raro que parezca, es un festejo, uno que conecta a los vivos con los muertos usando todos los sentidos, como el del gusto…..por la comida.