Un caso extremo de bullying en una escuela
MÉXICO El niño Iván, de seis años, ocultó por dos semanas que tres colegiales de cuarto grado, mayores que él, cortaron parte de su prepucio en uno de los cinco casos de bullying que se presentan diariamente en el occidental estado de Jalisco.
La madre lo descubrió cuando lo llevó a nadar a la piscina. Ahí vio la mueca de dolor del pequeño por el ardor en la herida que le provocó una tijera, según el relato de la mujer a las autoridades que aún investigan los hechos que ocurrieron en una escuela de la ciudad de Guadalajara.
No es la primera vez que los métodos extremos de acoso escolar llaman la atención nacional después de que en meses pasados la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) reportó que México ocupa el primer lugar mundial en este problema con cerca de ocho millones de casos anuales.
En junio pasado, una niña de sexto grado de primaria en Hermosillo, Sonora (norte), quedó inconsciente después de que un compañero de clase le apretó el cuello casi hasta la asfixia.
Dos días después, también en Jalisco, la prensa local reportó el asesinato de dos muchachos, de 15 años, presuntamente por molestar al hijo de un narcotraficante.
Ayer, Iván, el chico de seis años casi circuncidado, tuvo que mudarse de escuela. Detrás de él, la hermana, quien era candidata de acoso después de que los detalles del ataque corrieron como pólvora entre los alumnos.
Que los tres agresores, de nueve años, acorralaron a la víctima en el baño para atacarlo; que las autoridades educativas buscan a los padres para entender qué pasa, por qué callaron, cuáles fueron las razones o los valores perdidos que llevaron a los inocentes a cometer fechorías. No travesuras.