Ferias de salud son vitales para indocumentados
Centros comunitarios ofrecen exámenes médicos para inmigrantes fuera del 'Obamacare'
Los Angeles – A sus 58 años, Guillermo Castro asegura que nunca se ha hecho un examen físico completo o ha acudido al doctor. Esta semana, por primera vez en su vida, le tomaron la presión y le revisaron el nivel de azúcar y el colesterol.
Su presión arterial estaba tan elevada que Sara Ramos, coordinadora de atención comunitaria del Hospital St. Vincent, en Los Angeles, llamó inmediatamente a una clínica comunitaria para encontrarle una cita lo antes posible.
“A veces me dan dolores de cabeza, me tomo una pastilla y se me quita”, dijo Castro.
Esta semana, gracias a la feria de salud gratuita en el Consulado de El Salvador, patrocinada por el Hospital St. Vincent, Castro se enteró que ese persistente dolor de cabeza puede ser el inicio de un derrame, de ceguera o de ataque al corazón.
Ramos dijo que con demasiada frecuencia se encuentra a personas como Castro que tienen la presión tan alta y que necesitan atención casi inmediata. Lo más triste es que si no fuera por las clínicas móviles gratuitas, personas como Castro, no tuvieran acceso a los servicios de salud más básicos.
“Hay muchas personas que necesitan servicios básicos y que no los tienen porque son indocumentados… nuestros servicios son para cualquier persona que lo necesite. Vamos a consulados, iglesias y llevamos nuestra unidad móvil a organizaciones sin fines de lucro”, dijo Ramos.
Los inmigrantes indocumentados como Castro —cerca de 11 millones de personas —, no califican para obtener seguro médico a través de la nueva Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA), firmada por el presidente Barack Obama en marzo de 2010.
Estas personas no podrán adquirir una póliza privada a través de los Mercados de Seguro de Salud, aunque cuenten con su propio dinero para hacerlo. Mucho menos podrán beneficiarse con la expansión de los seguros de salud públicos para personas de bajos ingresos (Medicaid y CHIP), y tampoco podrán obtener créditos tributarios u otra ayuda financiera federal.
Sin embargo, en algunos estados como Nueva York, las embarazadas, los niños, los ancianos y las personas con discapacidades pueden recibir servicios médicos de emergencia de Medicaid, sin importar su situación migratoria. También podrán acudir a los centros de salud comunitarios y las ferias de salud parecidas a la que acudió Castro, en las que pueden recibir pruebas y servicios gratuitos o a bajo costo.
Para la enfermera Lily Granjo, encargada de revisar el nivel de azúcar en la sangre, estos exámenes muchas veces son la diferencia entre la vida y la muerte para muchos inmigrantes. Ella explicó que muchas personas se dan cuenta que tienen diabetes o presión alta hasta cuando algún órgano, como por ejemplo los riñones o los ojos, les dejan de funcionar.
Castro llegó al consulado por su Documento Único de Identidad (DUI) y a mitad del día ya sabía que no tiene diabetes, pero que necesita ir al médico para controlar su presión arterial.
Al igual que él, otras 30 personas que llegaron con el fin de renovar el pasaporte o hacer algún otro trámite oficial en el Consulado, pudieron enterarse si tienen riesgo de sufrir de diabetes o de enfermedades cardíacas.
Los activistas le recuerdan a los latinos que, incluso aquellos que no son elegibles al ‘Obamacare’, debido a su estatus migratorio, tienen la posibilidad de obtener cobertura de seguro para los miembros de su familia que sí lo son, incluyendo sus hijos ciudadanos.
En el caso de las familias de estatus mixto, que siguen preocupadas y tienen temor de que un familiar indocumentado puede ser deportado si inscribe a los niños ciudadanos y otros familiares elegibles, el gobierno federal les ha garantizado que no deben tener miedo.
A través de un comunicado, la Casa Blanca explicó la semana pasada que nadie puede investigar el estatus legal del resto de los familiares en caso de que un interesado en inscribirse viva al lado de personas sin documentos.
Para más información visite la página:www.cuidadodesalud.gov.