La hipocresía del valor familiar
El caso del congresista Paul Ryan refleja la contradicción de prohibir a otros lo que quiere para si mismo
Hay una gran contradicción en defender los valores familiares y oponerse a las políticas que ayudan a mantener ese vínculo en momentos de necesidad. Esta diferencia hace que Estados Unidos sea el único país industrializado del mundo en no otorgar un tiempo libre pago a los padres cuando nace un hijo.
Este desfasaje entre palabra y acción quedó nuevamente al descubierto con la selección del congresista Paul Ryan como presidente de la Cámara Baja, quien exigió que se le respetase la necesidad de pasar tiempo con su familia. Al mismo tiempo, él se opone rotundamente a un beneficio de tiempo libre pago para los trabajadores.
Es más, su gente en el Congreso goza de este beneficio, como los empleados de muchas empresas que deciden otorgarlo, pero el congresista se opone a su obligatoriedad para todos los trabajadores. Incluso, en 2009 Ryan votó en contra de una ley que le habría dado a los empleados federales cuatro semanas de ausencia paga.
La ley actual protege el empleo por hasta 12 semanas, sin derecho a pago, de los trabajadores que tengan que tomar tiempo libre, ya sea por la enfermedad de un familiar o por nacimiento. Los republicanos se han opuesto a la propuesta del presidente Obama de que sea pago, porque lo ven como un costo oneroso para el empleador.
Esto significa, especialmente para los trabajadores de bajos ingresos, que el cuidar a un padre enfermo le quita dinero, que una nueva madre tenga que regresar a trabajar a las dos semanas del parto para poder pagar sus cuentas.
El discurso republicano de los valores familiares desaparece cuando la Cámara de Comercio de Estados Unidos hace su prioridad la oposición a esta ley porque cuesta mucha plata. Se sabe, por ejemplo, que en California, que pasó una ley similar en 2002, el 87% de los empleadores no reportaron aumento de costos asociados a la ley. Y casi 10% dijo que la ley le ayudó a bajar costos porque estabilizó la fuerza laboral, según un estudio del Center for Policy Research.
No debe ser un privilegio el que un trabajador pueda cuidar de su familia y pagar sus cuentas. El sector privado debe ayudar a los valores familiares, pero la hipocresía republicana encarnada en Ryan es hoy el mayor obstáculo a ello.