Dualidad artística acerca a caribeños de NYC

El arte visual contemporáneo de Puerto Rico, República Dominicana y sus diásporas se exhibe en “Borinqueya: An Evolving Travesy”

Una treintena de obras en múltiples disciplinas de las artes visuales muestran la memoria colectiva que moldea la hermandad entre boricuas y quisqueyanos del Caribe y la Gran Manzana, en la exposición “Borinqueya: An Evolving Travesy”.

Desde yuxtaposición barroca y trazos definidos hasta videos hipotéticos e instalaciones minimalistas, la muestra toma lugar dentro de la undécima versión del festival Borimix, el conjunto de actividades que celebra la herencia puertorriqueña en la ciudad de Nueva York durante el mes de noviembre.

Los tocayos Miguel Trelles, 48 (Puerto Rico), y Miguel Luciano, 48 (República Dominicana), artistas de renombre radicados en Nueva York, tuvieron la tarea de curar la muestra de 30 artistas que expresan las similitudes y diferencias del arte contemporáneo puertorriqueño y dominicano.

En entrevistas individuales, los curadores abordan la conceptualización y los aspectos de trabajo que dieron lugar a la exposición.

Miguel Trelles en su taller de Manhattan. /Jesenia De Moya C
Miguel Trelles en su taller de Manhattan. /Jesenia De Moya C

¿Qué propone Borinqueya?
Miguel Trelles: Busca reflejar dos vertientes. Si es verdad que los caribeños nos parecemos más entre nosotros mismos que a otras personas del mundo, también es cierto que tenemos nuestras variantes, unas más grandes y otras más pequeñas. La exposición respeta esa diversidad: lo que parece ser similitud desde fuera y lo que se considera diferencia en el Caribe. Así que Borinqueya las tiene todas.

Miguel Luciano: Considero que este show tiene el potencial de acercar aún más estas dos vigorosas comunidades. Expone el trabajo de artistas de distintas generaciones, desde grandes maestros del arte dominicano y puertorriqueño hasta los emergentes en la diáspora y en las antillas.

¿Cuáles formas de arte contemporáneo de Puerto Rico), República Dominicana y sus diásporas encontramos en la exposición?
Miguel Trelles: Queda un arraigo fortísimo por la pintura. Muchas de las pinturas en la exposición son figurativas porque tiene esa memoria caribeña y latinoamericana del cuento, de la narrativa, de querer ver algo, alguien, cosa. La exposición muestra la influencia de un centro difusor de la cultura como es Nueva York, porque vemos el video, la instalación y los performances como formas o modas, tendencias muy establecidas en Estados Unidos y Europa, por tanto es un vaso comunicante de lo novedoso del primer mundo.

Hablemos del proceso curatorial. ¿Cómo reúnen a los artistas?
Miguel Trelles: Trabajamos por invitación. Miguel pensó en los dominicanos y yo pensé en los puertorriqueños que, al final, no hubo fronteras tan definidas entre ambos, porque yo también conocía a los de República Dominicana y el conocía los de Puerto Rico. Fue un trabajo a cuatro manos, sin dar mente quien era mano derecha o izquierda. Miguel y yo visitamos algunos talleres para ver las obras y otras las manejamos por el internet. Pautamos que la exposición era sobre Borinquen y Quisqueya y los artistas crearon o adaptaron una obra que ya tenían, por lo que dejamos que ellos expusieran su creatividad. Tanto Miguel como yo estamos halagados con lo que se ha hemos logrado.

¿Y qué del proceso museográfico? ¿Cómo organizaron las obras? ¿Cuál es el concepto?
Miguel Trelles: Ahí es que está la chulería de todo esto, que andan todas esas piezas flotando y hay que ponerlas en las dos galerías que tiene la exposición. Aunque Miguel y yo estábamos allá arriba montados en el potro, el interés y la colaboración del galerista dominicano Lyle O. Reitzel, quien representa artistas como José García Cordero, Gerard Ellis y Sherezade García, aportó con la colocación de los módulos de la exhibición, lo que creó una dinámica más sencilla, prolija, que refleja la ambición de Miguel y mía de que la exposición no estuviera abigarrada, no cayera en el lugar común de todos nosotros en juntiña, uno arriba del otro, de lo barroco.

Miguel Luciano: La idea es destacar la hermandad que existe entre ellas [Puerto Rico y República Dominicana], no solo a nivel de las artes pero también, cómo la experiencia diaspórica nos conecta.

Miguel Luciano posa junto al muralista Moses Ros Suárez y su obra “Iconic Journey”, 2016. /Cortesía: Miguel Luciano
Miguel Luciano posa junto al muralista Moses Ros Suárez y su obra “Iconic Journey”, 2016. /Cortesía: Miguel Luciano

En detalle:

Qué: Muestra “Borinqueya: An Evolving Travesy”
Dónde: Centro Cultural Clemente Soto Vélez está localizado en 107 Suffolk Street, New York, NY, 10002, en el Lower East Side
Cuándo: hasta el 30 de noviembe, de lunes a viernes entre las 3:00 pm y las 7:00 pm

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Boricuas NYC

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