Zona de Juego: Una traición nunca se olvida…

A lo largo de su carrera ha cosechado fama y mucho dinero en México.

Cuando se le presentó la gran oportunidad de regresarle un poco de lo mucho que ha ganado al país que le abrió las puertas, lo traicionó.

Ricardo “Tuca” Ferretti llegó al futbol mexicano hace más de 30 años.

El brasileño fue un muy buen jugador y después se catapultó como un entrenador de respeto.

El torneo pasado ganó el campeonato del balompié azteca dirigiendo a los Tigres del Universitario de Nuevo León.

Con ese galardón entre sus manos, Ferretti tenía la posibilidad de dar a la afición mexicana una ilusión, una esperanza, un sentimiento de orgullo.

Los Tigres entraron a la fase previa de grupos de la Copa Libertadores con una plantilla de jugadores que muy pocos equipos en el continente pueden igualar.

En el club felino se maneja mucho dinero, los jugadores ganan muy buenos sueldos, y Ferretti ni se diga, un salario privilegiado.

Con todas las piezas en su lugar, el técnico sudamericano desperdició la gran oportunidad de hacer que un club mexicano brillara en el evento continental.

En lugar de utilizar su cuadro de lujo, Ferretti se inclinó por alinear a jóvenes de las Fuerzas Básicas para enfrentar al Unión Española de Chile.

El ganador de esta serie ganaría el pase a la fase de grupos de la Libertadores, el evento de clubes más antiguo del mundo.

Al tomar la decisión de no jugar con sus mejores hombres, con aquellos que tienen un gran talento y que ganan millones de dólares por jugar al futbol, Ferretti le faltó al respeto al país que le ha dado todo lo que tiene.

Por no querer arriesgar a sus estrellas, y para evitarse la molestia y la fatiga de trabajar en dos torneos al mismo tiempo, el “Tuca” tiró por la borda el certamen sudamericano.

No se vale que el capricho de una persona acabe con la ilusión futbolística de todo un país.

Es cierto, Cruz Azul y Guadalajara están en la fase de grupos de ese torneo, y ambos equipos han declarado que lo jugarán con sus mejores hombres.

Bien por ellos, bien por esa actitud combativa, por ese carácter ganador, bien por La Máquina y por las Chivas.

Pero la realidad de las cosas es que el equipo que mejor oportunidad tenía de convertirse en el primer club mexicano en ganar una Copa Libertadores era Tigres.

Pocas instituciones de Latinoamérica tienen en sus filas a jugadores de calidad en cada uno de los puestos como los tiene el cuadro de la UANL.

¿Para qué invertir millones de dólares en armar un equipo que a lo único que aspira es a triunfar en el futbol local y no se atreve a pisar fuerte en países como Argentina, Chile, Brasil, Uruguay, Venezuela, Perú o Colombia?

El temor de Ferretti al fracaso contagió a su directiva, que a su vez debió de imponerse para obligar a su entrenador a jugar la Libertadores con sus mejores cartas.

Con su actitud, Ferretti no sólo demostró que le gusta ganar mucho y trabajar poco, lo más lamentable de todo es que pateó el pecebre de que lo vio nacer y esa es una traición imperdonable.

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