Descuido en Afganistán

La violenta reacción en Afganistán a la quema del libro sagrado del Islam es otro ejemplo de las dificultades de Estados Unidos para retirar sus tropas, dejando una estabilidad gubernamental.

El hallazgo en un basurero de copias quemadas del Corán creó un furor que ha conducido a la represión, a los ataques contra soldados de la OTAN, a un atentado suicida y a numerosos muertos afganos y estadounidenses.

Todo esto crea un clima más complicado en momentos en que, por el lado militar, se preparan intensamente a las fuerzas afganas ante el próximo retiro de las tropas estadounidenses y, en el plano diplomático, se busca una negociación con los talibanes.

Creemos que la quema probablemente es un descuido que resulta en una ofensa a la sensibilidad religiosa musulmana. Es un error que amerita una disculpa de la Casa Blanca ante la percepción de que esto pudo ser adrede. La diplomacia debe predominar en estos casos y hacer oídos sordos a la beligerancia mostrada en este tema por los precandidatos presidenciales.

Es lamentablemente que la larga ocupación y guerra contra los talibanes hayan erosionado la confianza de los afganos en Estados Unidos. En especial ante los ataques por control remoto de los aviones drones y también de tropas que han matado accidentalmente a civiles. Las disculpas ante la muerte de inocentes no sanan las heridas.

Esperamos que se calmen los ánimos ligados al caso del Corán, aunque los talibanes le quieran sacar provecho para ganar popularidad defendiendo el mancillado honor islámico.

La situación en Afganistán es más compleja que el descuido con el libro sagrado y las disculpas del presidente Obama. La tensión en la región está a flor de piel a medida que se acerca el retiro de las tropas estadounidenses y el desafío de dejar un gobierno estable se complica con las explosiones de violencia como la actual.

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